¡El INE no se toca! En defensa de la democracia, el INE es intocable, eran algunas de los lemas que se gritaban durante la marcha masiva que se llevó a cabo en la ciudad de México donde según algunas voces de organizaciones opositoras al presidente del país, hubo un estimado de medio millón de personas exigiendo la detención y suspensión del famoso Plan B de reforma electoral propuesta por Andrés Manuel López Obrador ante el Congreso de la Unión.
Lo cierto es que, no se tiene una cifra exacta de la cantidad de personas reunidas en el zócalo capitalino en días pasados, el conteo oficial del gobierno desestima a la oposición mencionando que hubo apenas 90 mil personas reunidas gritando la consigna de defender la democracia.
Si bien, la ciudadanía ha logrado algo importante, organizarse en defensa de la institución que considera es el impulsor de la democracia en México. Pero, para conocer un poco sobre los hechos, debemos remontarnos un poco en el pasado para comprender por qué el presidente mexicano desde el año 2022 ha venido atacando al Instituto Nacional Electoral (INE).
La historia del sistema político mexicano es bastante compleja, a lo largo de los años el poder y las elecciones estuvo a cargo de un partido hegemónico durante el siglo XX, no había partido opositor que le diera lucha al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sería en 1988 cuando los comicios electorales de ese año se vieron manchados por la corrupción y los fraudes electorales, el partido dominando se veía rebasado por el partido de izquierda de reciente creación donde su líder Cuauhtémoc Cárdenas lideraba las encuestas, dejando por debajo a su rival político el Lic. Carlos Salinas de Gortari.
El fraude electoral con la caída del sistema en el año de 1988 y el repentino triunfo del PRI después de ir perdiendo las elecciones, sentaría la base para que el Congreso comenzara a emitir una reforma a la ley en el que, se impulsaría la creación del Instituto Federal Electoral, órgano que tendría como objetivo transparentar y dar legalidad en el futuro proceso electoral.
Sería hasta el año de 1993 con la reforma al Código Federal Electoral cuando el IFE recibió como atribuciones de validez electoral a diputados y senadores, así como establecer topes de campaña a los candidatos a los puestos de elección popular. No obstante, el control de dicho instituto aun dependía del Poder Ejecutivo, esto hasta el año de 1996 cuando por completo se impulsó la separación como un órgano independiente.
Sin embargo, a pesar de convertirse en un organismo independiente, el INE se mantendría en muchos sentidos como un instituto al servicio del gobierno en turno, donde sus consejeros más que ejercer una imparcialidad en el proceso electoral, inclinaba la balanza en favor de los intereses políticos de unos cuantos, dejando de lado el objetivo con el que fue creado, ejercer la democracia y ser imparcial en lo electoral.
En ese sentido ¿Por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó la pugna contra el INE y a qué se debe la propuesta de reformar dicho instituto? De acuerdo con lo mencionado por AMLO en muchas de sus conferencias, el objetivo principal de la reforma o de los también llamados Plan A (propuesta inicial) o la recientemente rechazado “Plan B” tendría como finalidad reestructurar al Instituto Nacional Electoral en todos los sentidos, dicho plan propuesto por el representante del Poder Ejecutivo Nacional gira sobre tres ejes, los cuales son:
1.- Ejercicio de derechos políticos, este punto tiene como principales ideales garantizar el voto a personas privadas de la libertad, con discapacidad en estado d postración y aquellos que se encuentran en el extranjero.
2.- Sistema Nacional Electoral donde se destaca la reestructura de las autoridades electorales, así como la desaparición de las salas regionales especializadas en la materia.
3.- Justicia electoral en el que se propone un rediseño en los medios de impugnación, los procedimientos de queja y sanciones, así como la implementación de los juicios en línea.
Estos datos proporcionados por el periódico Expansión Política nos muestra los principales ejes de reforma que propone en este caso el “Plan B” del presidente de la República y que a su vez se integra también a otras modificaciones que según el representante del Ejecutivo son necesarias para impulsar una reducción en los gastos de dicho instituto. Disminuir el número de consejeros a solo 7, eliminar la Junta General Ejecutiva, (espacio donde se dicta el ejercicio presupuestal), extinguir el fideicomiso de pasivos laborales con los que cuenta el INE, reducir el salario de los funcionarios electorales, así como revisar los tabuladores salariales de dichos servidores públicos para sujetarse a un ajuste del mismo.
Con lo antes mencionado, se da respuesta a dicha pugna entre el Ejecutivo Nacional y el órgano electoral, en el que también la ciudadanía y los grupos opositores al partido gobernante se han inmiscuido con el lema de ¡El INE no se toca!
Con ello buscan y buscaron que la Suprema Corte echara abajo la propuesta presidencial y convocara a estructurar una nueva iniciativa de reforma electoral diversa donde se establezcan mecanismos electorales adecuados que permitan una transformación del organismo electoral que beneficie la democracia del país.
Por consiguiente, la lucha por la reestructuración electoral sigue en pie, desde la presidencia se esta gestando un plan alternativo que busque de todas a todas reformar al INE y reducirle poder económico en todas sus aristas, no obstante, también con esto se busca desde un análisis político, disminuir el recurso a los partidos opositores del presidente para que, una vez entrado el año 2024, no se cuente con el presupuesto necesario para hacerle frente en la nueva campaña de elecciones presidenciales, diputaciones federales y senadurías que entrará en vigor en los primeros meses del año antes mencionado.