“El cine documental de Arantxa Aguirre: un compromiso con la belleza”

La directora de cine documental Arantxa Aguirre, cuyos trabajos sigo desde hace más de una década y, a quien he tenido ocasión de entrevistar en varias ocasiones a través de diversos encuentros en el tiempo, cooperativa y solidaria con la cultura, persevera con sus películas con el paso de los años. Arantxa Aguirre afirmó: “Mi interés por el cine se remonta a mi infancia y tiene que ver con mi interés por la literatura, la música y todas las artes que me asombraban y me enriquecían. El cine además tenía la virtud de reunirlas: todo aquello que me apasionaba tenía cabida en el cine” (García Diego, 2019 Lado Berlín). Su minuciosidad antes de acometer un trabajo es garantía para afrontar un discurso de alta intensidad evocando la lectura de sus obras documentales en términos de verdad. Sus realizaciones están fuertemente marcadas por la música y la danza. La compañía de danza Béjart Ballet Lausanne dirigida por Gil Román le encarga, un tiempo después de la desaparición del bailarín y coreógrafo, una película que trate sobre la herencia dejada por su creador, “El esfuerzo y el ánimo” (2009). Béjart con su revolución en el arte de la danza consigue despertar el interés de muchos espectadores con anterioridad indiferentes a la danza. Arantxa Aguirre afirmó: “Me deslumbró el humanismo que respiraba esa compañía, como a través de la música y el arte era capaz de conectar tanto con los espectadores que había allí, cosa que hacía Maurice Béjart, quien saco el ballet de los teatros y lo llevo a las plazas, al festival de Avigñon, a los estadios de futbol, a sitios inusitados, porque convocaba a enormes cantidades de personas” (García Diego, 2022, Cineférico. Radio Bukowski.)

Con “Dancing Beethoven” (2016), una vez más Béjart Ballet Lausanne ponen su danza al servicio de Beethoven. Arantxa Aguirre afirmó: “La compañía decidió retornar este montaje [Dancing Beethowen] cuando se cumplieron los 50 años y me llamaron, para hacerlo. La compañía es más pequeña que en los años 60 y decidieron aliarse con el ballet de Tokio y luego unir a la aventura a la orqueta sinfónica de Israel dirigida por Zubi Metha y a un coro japonés, toda esta superproducción la iban a estrenar en Tokio en noviembre de 2014 y me llamaron para que yo hiciera un documental” (García Diego, 2022, Cineférico. Radio Bukowski.)

La consecución de la belleza artística está a la altura de la elección. La beldad intrínseca de los movimientos armonizados, junto a la cotidiana práctica y la disciplina reclaman la entrega total de los bailarines. La directora apuesta por lo particular, lo concreto, aquello que la cámara capta en los momentos íntimos: un movimiento sueve, un esguince en el cuello, una pirueta fantástica, contribuyendo con ello a que la memoria del espectador se alerte ante lo que debe permanecer y no desaparecer en el tiempo. Con el seguimiento que Aguirre realiza del Béjart Ballet Lausanne en sus documentales, “El esfuerzo y el ánimo” (2009), “Le Béjart Ballet Lausanne au Palais Garnier” (2010), “Gira por China BBL” (2013) vamos apreciando la cotidianidad de la tradición del culto a Maurice Béjar. La capacidad de la directora utilizando el arte cinematográfico como si fuese una realidad visible quita importancia a la misma y la desplaza hacia la belleza de las imágenes. Arantxa Aguirre afirmó: “… con la danza me puedo sentir más segura porque tengo estudios y una tradición de años frecuentando ese arte y lo mismo con la música, la literatura o el teatro, están fijados con mi vida” (García Diego, 2024, Enfoque. Cine Iberoamericano Siglo XXI. Radiousal).

En “El amor y la muerte. Historia de Enrique Granados” (2016), la figura del compositor Enrique Granados, catalán, su música y viajes por Europa y New York propician este documental. Imágenes de archivo inéditas y expertos que emiten su opinión se dan cita para elaborar el perfil de este enigmático compositor. En él se deja sentir la lealtad que mantuvo con sus colegas de profesión, Isaac Albéniz, Pau Casals, Ricardo Viñes, Apelles Mestre o Amadeo Vives. Las últimas dos décadas de vida de Enrique Granados estuvieron presididas por nuevas vías de investigación artística que propiciaron formas de expresión diferentes hasta el momento. Todo ello presidido por el poder de la burguesía que controla economía y gusto artístico. El compositor en su juventud viajo a París para convivir con la bohemia, marcando un salto cualitativo en su persona y obra. Arantxa Aguirre afirmó: “Es evidente que Barcelona le proporcionó un espacio propicio para formarse y llegar a ser quien fue. Además de su pujanza industrial y económica, Barcelona era una ciudad en plena ebullición cultural y con una enorme afición por la música (el Teatro del Liceo, por ejemplo, había sido levantado en 1845 por suscripción pública)” (García Diego, 2019 Lado Berlín). Enrique Granados fue un excelente pedagogo, el célebre Doctor Andreu, le ayuda a abrir su Academia y más tarde le construye la Sala Granados para hacer conciertos. Documentos gráficos, dibujos de animación, actuaciones musicales y danza, juntos estudiosos de la vida y obra de Granados conviven en la realización este film, y la directora consigue que cada elemento esté al servicio de la historia narrada.

Después llegó a la pantalla grande, “Zurbarán y sus doce hijos” (2020) producida por el Centro de Estudios Europa Hispánica (CEEH), The Auckland Project e Intervenciones Novo Film. Arantxa Aguirre afirmó: “El ser se resuelve en el hacer, le dice Don Quijote a Sancho, nadie es más que otro si no hace más que otro (García Diego, 2022, Cineférico. Radio Bukowski.). Esta frase maravillosa que la directora tiene asimilada e integrada en su alma, en su vida y en su hacer, con sus personajes al servicio de la cultura poseedores de gran notoriedad, me sirve para referenciar su trabajo a propósito de Zurbarán. Una historia que recrea una serie de trece cuadros pintados por Francisco de Zurbarán en Sevilla hacia 1640, Jacob y sus doce hijos. Esta labor de Aguirre es buena muestra de las posibilidades que ofrece el arte como herramienta de transformación social.

Su trabajo siguiente, “Ciento volando” (2024), recrea la investigación de un artista, Eduardo Chillida, donde toma contacto con la prosa poética, la correspondencia y los escritos del propio escultor le llevan al jardín “Chillida Leku” en Hernani, Guipúzcoa, donde descansan parte de sus obras más importantes. Arantxa Aguirre afirmó: “Observé el diálogo de las esculturas con sus connotaciones medievales, el jardín del Edén, el jardín de las delicias, el jardín de las Hespérides, un jardín es un macrocosmos donde pueden pasar muchas cosas, elegí quedarme en ese jardín” (García Diego, 2024, Enfoque. Cine Iberoamericano Siglo XXI. Radiousal).

Al indagar la obra de Chillida observamos como el escultor se nos muestra introvertido, generoso con los tiempos para regalar al futuro. Entregado, leído y observador de la naturaleza que le empuja a inmortalizar sus esculturas en “Chillida Leku”. Arantxa Aguirre afirmó: “le permitió encontrar su voz, un problema que tienen los artistas cuando son jóvenes es que están en un mundo repleto de otras figuras, de otros autores, abiertos a miles de influencias y es muy difícil encontrar lo que tú ves en esa selva” (García Diego, 2024, Enfoque. Cine Iberoamericano Siglo XXI. Radiousal). “Ciento volando” nos vislumbra la intención de llegar a los demás con los sentidos, con los paisajes marinos a través de la escultura, “El peine del viento”, conjunto de tres esculturas de acero de más de 9 toneladas cada una, situadas donde acaba la ciudad de San Sebastián y empieza el mar. El artista pensó que “la mar” era su maestra. Con la “luz negra” del mar Cantábrico nos invita a llegar más lejos de lo que pensamos. Junto a ello Aguirre nos convoca a través del documental a observar como el artista trabaja de manera tradicional el hierro formando simbiosis con la luz del lugar. Arantxa Aguirre afirmó: “Un documental es como la punta del iceberg” (García Diego, 2024, Enfoque. Cine Iberoamericano Siglo XXI. Radiousal).

Su último trabajo hasta la fecha es “La conquista de la democracia” (2025) serie de 6 capítulos producida por la RTVE PLAY donde se recogen los orígenes del antifranquismo -dictadura sufrida en España durante 40 años que se cobró múltiples victimas-, una idea original de Fernando Galindo y el dirigente sindical Nicolás Sartorius. En ella la directora participa con un primer capítulo, “Se hace camino al andar”, donde se narran las protestas estudiantiles contra la dictadura en el año 1956. Con este trabajo Arantxa Aguirre se centra en la faceta más socio-política de sus documentales, utilizando todas las fuentes gráficas y materiales junto a la incursión de la animación para recrear sucesos donde no hay grabaciones que los reproduzcan. Arantxa Aguirre afirmó: “La política es una palabra que ha perdido su vigencia, su valor, está muy desprestigiada, pero la política es un arte y muy noble, en realidad es el arte de mejorar la vida de la sociedad, de los demás, y por supuesto que el arte muchas veces ha caminado paralelamente a la política” (García Diego, 2025, Enfoque. Cine Iberoamericano Siglo XXI. Radiousal).