El hashtag empleado me sirve como guiño conceptual hacia el colectivo YO EXPONGO que abogan por la visibilidad de las mujeres en las artes visuales. En este artículo, no voy a hablar de mujeres sino de reivindicaciones, valores y reflexiones que creo necesarios en el mundo del Arte, más si cabe para aquellos que nos dedicamos, o nos gustaría hacerlo, en relación a un Arte sincero (en lo que se hace, cómo, por qué, su difusión y su repercusión).
Quisiera pensar que todos somos conscientes de la importancia de los valores morales; la honestidad y el buen saber hacer de los profesionales de cualquier sector son aspectos a ensalzar puesto que, ayudan a encauzar los objetivos y a luchar por un avance sea el campo a trabajar el que sea.
Por ello, tras leer el ensayo que en PAC publicó el artista José Luis Serzo (Hacer para deshacer. Notas a vuelapluma para un cambio de paradigma a través del arte) comencé a relacionar aspectos que él trataba con otros artículos que, estas semanas, están saliendo de la mano de otros profesionales del Arte.
Me quedé con frases como “El arte verdadero no es otro que aquel que está configurado sin mentiras ni engaños hacia sí mismo (…) Esto ocurre con todos los demás trabajos y campos de la vida”.
Y me vinieron a la mente (salvando las distancias temporales y sociales) otras reflexiones que ya Kandinsky en su De lo espiritual en el arte se hacía eco, compartiendo soledades (y esa fantástica metáfora de secciones de triángulo y visiones sesgadas) donde un público mira sin comprender y pierde el interés en un tiempo mudo.
Artistas que reivindican su papel, a lo que ahora podemos unir artículos que nos dan que pensar sobre lo que ocurre al otro lado, aquel en el que nos encontramos los que buscamos la transmisión y difusión coherente de lo que se crea.
Son muchas las voces que se escuchan, sobre todo desde un ámbito más independiente en el que me incluyo, y cuando digo independencia me refiero a los freelance o autónomos que, como muy bien explica María Salas (Agenda Magenta) en su post “Mamá, quiero ser autónoma” así como, Cristina Riera en “Menos emprendeduría y más ideología” nos encontramos en una especie de “obligado” status quo de incierto futuro.
Llego incluso a pensar que, da para estudio sociológico lo que está ocurriendo en el mundo del Arte, donde casi el voluntariado involuntario se institucionaliza.
Puesto que nos apasiona este ámbito, es lógico y necesario creer en lo que hacemos, hacerlo por amor al arte (ante todo, con los proyectos que viajan en nuestro mismo barco) donde partimos de situaciones en “igualdad de condiciones” económicas. Pero no hay que olvidar que todos comemos y que el rigor y la profesionalidad de nuestro trabajo son de obligada remuneración, siendo agotador el tener que remarcar continuamente, el buen hacer de la labor que uno desempeña ante empresas e instituciones que, abogan por un no poder remunerar ciertos servicios para los que solicitan implicación.
Esto simplemente es una breve reflexión (de la que seguramente vendrán más partes) y creo interesante que leáis aquellas referencias que aquí remarco y que finalicéis con el artículo de Elena Voz Mediano con el que, sin duda, llegaréis a percibir que el estado de la cuestión (a nivel general, estatal e institucional) merece de un análisis profundo sobre la Cultura y el Arte en nuestro país.