De repente una línea roja se introduce en la densa y espesa vegetación que camina junto al Río Tanghe, parece que trata de evitar las grandes masas verdes, las más inaccesibles, pero parece también que no. Parece, de repente, que las busca, que se enreda a través de ellas, allá adonde el delicado pie del ser humano no es capaz de alcanzar sin sucumbir a la peligrosa incomodidad del fango y del enredo floral.
Este proyecto, de la mano de TURENSCAPE, se encuentra en la periferia urbana al este de la ciudad de Qinhuangdao, provincia de Hebei, China. Un proyecto complicado de afrontar por la delicadeza del lugar en el que se encuentra. Parece uno de esos proyectos que, precisamente por su ubicación y entorno, debe generar momentos de incertidumbre en el desarrollo de su idea. «¿Será o no acertado entrar y maneosear todo este enclave?»
Lo cierto es que esta línea roja que se desliza acariciando el Río Tanghe justifica su intenso color, tratando de canalizar un bonito contraste con el azul del río, y el verde de la vegetación. «Red Ribbon» le llaman, «Cinta Roja» para nosotros los hispanoparlantes. A mi me gusta llamarlo ‘línea’, me hace pensar que el primer pensamiento de los proyectistas fue el de crear una situación sin apenas presencia física, capaz de insertar nuevos usos de recreo y esparcimiento a las orillas del Río Tanghe, salvaguardando los hábitats naturales existentes.
La delgada línea roja o, cómo habitar lo naturalmente desconocido.