Este 2023 que está a punto de tocar fin, ha destacado por ser un año excepcionalmente vibrante para la escena musical en español. A lo largo de estos doce meses hemos sido testigos de una evolución continua. Los artistas, han asumido el desafío de romper convenciones preexistentes, aventurándose valientemente en nuevos territorios sonoros brindando a los oyentes una riqueza y diversidad de experiencias musicales.
Para ello, haremos un recorrido por la esencia de un año musical marcado por su diversidad y vitalidad, poniendo especial énfasis en aquellos álbumes que, aunque quizás no hayan recibido una atención mediática masiva ni hayan inundado las ondas de las radios convencionales, han dejado una huella duradera en el tejido artístico del año.
El Diablo en el Cuerpo de Alex Anwandter:
Abrimos este viaje sonoro con El Diablo en el Cuerpo de Alex Anwandter. Este álbum no solo es una invitación a la pista de baile, sino un intento audaz de transformarla en el epicentro de la expresión y la resolución de conflictos a través de la música. Anwandter no busca solo hacernos mover los pies con una base rítmica arrebatadora, sino convertir la discoteca en un espacio donde los enfrentamientos encuentran su resolución al compás de la música.
Pueblo Nuevo de Fiera:
Continuamos nuestro viaje con Pueblo Nuevo de Fiera, una obra que marca el regreso de Pablo Peña y Darío del Moral después de siete años. Acompañados por Lorenzo Soria en la producción, el álbum se sumerge en la intersección perfecta entre el minimalismo y el punk. Bautizado como «ghetto punk», celebra la cultura de baile, rave y suburbana con una mano, mientras abraza la vertiente consciente del punk con la otra.
Posdata de Dani:
La artista viguesa Dani nos presenta Posdata, un álbum que va más allá de ser una mera continuación de su predecesor. Dani pulsa la identidad construida en trabajos anteriores y marca un punto de inflexión en su carrera. Aunque sigue siendo fiel al pop, en esta ocasión, comienza a perfilar su sonido de manera más personal y propia, afianzando aún más su esencia.
II de Grande Amore:
II de Grande Amore nos sumerge en un territorio musical crudo, directo y polifacético. Con letras y música afiladas, el álbum presenta una amalgama de influencias que van desde el punk hasta el black metal, pasando por la música industrial. Todo esto, hábilmente adaptado al formato electrónico distintivo de Grande Amore.
Carlangas y su Álbum Homónimo:
El que fuera líder de Novedades Carminha, nos sorprende con su álbum homónimo de debut en solitario. Un viaje musical que abarca diversas sensibilidades, coqueteando con la electrónica, el hip-hop, la cumbia, el funk y el reggae. Este debut refleja la habilidad del artista para atrapar diversos universos musicales en una única obra.
Suerte, Chica de Shego:
Shego nos invita a explorar Suerte, Chica, donde las guitarras, el bajo, la percusión y la electrónica se mezclan con delicadeza. Experimentando y atreviéndose, el álbum confirma que la versatilidad es una de las señas de identidad de Shego. Influencias diversas se entrelazan, creando un viaje musical que desafía las expectativas.
Sed de Triangulo de Amor Bizarro:
Triangulo Amor Bizarro nos sumerge en su sexto trabajo, Sed, un disco que explora emociones primitivas en un contexto mundano y terrenal. Desde la fama hasta las estrellas apagadas, las letras provocativas del álbum se reflejan en el sencillo principal, «Estrella Solitaria», cuestionando la audiencia presente en la pista de baile.
La Película de Películas Geniales:
La Película es un viaje narrativo en forma de álbum, el primer material de larga duración de Películas Geniales. A través de un recopilatorio de canciones basadas en momentos vividos y recuerdos inventados, el álbum teje una historia de amor y crecimiento personal, capturando las escenas clásicas y románticas de una relación.
¿Quién es Billie Max? de Ginebras:
Ginebras nos transporta a un sonido atemporal con ¿Quién es Billie Max?, donde las guitarras nos recuerdan el indie-pop nacional de guitarras que buscaba conquistar los festivales en 2012. Más allá de añadir vientos, toques tropicales y dificultad en sus cuerdas, Ginebras logra salir triunfante manteniendo un equilibrio entre su sonido luminoso y sus letras comprometidas con la realidad en su totalidad, sombras incluidas.
Jardín Salvaje de Tunacola:
Jardín Salvaje de Tunacola se erige como un ambicioso álbum de 17 canciones, inspirado en el paisaje marino, la paternidad y los complejos escenarios sociopolíticos de Chile. Con dos partes que exploran el equilibrio entre la fiesta y la introspección, el disco ofrece una experiencia musical única, con singles como «Santiago», «Tan Lejos Tan Cerca», «Cae la Noche» y «De un Solo Aliento».
Todavía No de La Paloma:
La Paloma nos invita a su mundo de pop y distorsión con Todavía No, un álbum que logra un meritorio equilibrio entre resistirse a ceder protagonismo y ofrecer una narrativa realista y cruda. Con once piezas que combinan inmediatez con letras que dejan un poso duradero, La Paloma demuestra que la fórmula del rock puede seguir siendo efectiva.
Reboot de Los Pilotos:
Los Pilotos fusionan pop de guitarras con electrónica en su EP Reboot. Este dúo presenta un sonido orgánico y cinemático que incorpora arcoíris de guitarras entre nubes de teclados. Desde influencias que van desde el shoegaze hasta la psicodelia electrónica, «Reboot» ofrece una mezcla de melodías que exploran la electrónica minimalista, el ambient y la IDM.
Sheriff Playa de La Trinidad:
Sheriff Playa de La Trinidad nos sumerge en un rock atemporal. Este segundo LP demuestra que el imaginario de Sixto Martín y compañía no entiende de desfases cronológicos ni de barreras generacionales. Con producción juguetona y ladina, La Trinidad construye puentes brillantes entre el ayer y el hoy, entre graves bailongos, arreglos ásperos y costumbrismos crudos.
Blockbuster de La La Love You:
Blockbuster certifica la versatilidad del grupo, destacando su capacidad para explorar diferentes facetas musicales sin perder su esencia. Es un testimonio de la madurez artística de La La Love You, consolidando su posición como innovadores en la escena musical. El álbum es una carta de amor a las influencias de la banda, fusionando elementos del pasado con un toque contemporáneo. Desde el sonido de guitarras que define sus raíces hasta las melodías más suaves y la esencia naíf del pop noventero.
No Hay Un Dios de Pipiolas:
Cerramos nuestro recorrido con No Hay Un Dios de Pipiolas, un álbum que abraza la diversidad con una propuesta ecléctica. Desde el hedonismo punk hasta la trascendentalidad épica, el disco ofrece una amalgama de sonidos que transita entre lo experimental y lo pop. Con colaboraciones destacadas, como LAS GINEBRAS, «No Hay Un Dios» se erige como una obra que invita a explorar horizontes musicales diversos.
Ha sido un año de exploración musical, donde la diversidad de sonidos ha brillado con fuerza. Estos álbumes, han demostrado que la verdadera riqueza musical reside en la experimentación y la innovación. Cada uno de estos trabajos representa una joya única en el paisaje sonoro del año, recordándonos que la música es un viaje continuo de descubrimiento y expresión. En un panorama donde la creatividad se desborda, estos artistas han dejado su huella, ofreciendo una experiencia auditiva que trasciende las fronteras del convencionalismo musical.