Hablar de la ciudad de Alausí es hablar de la historia del ferrocarril en Ecuador. Alausí se sitúa entre el nudo de Tiocajas y el nudo de Azuay. Su posición estratégica convierte a esta ciudad en una parada obligatoria, se viaje desde la costa o desde la sierra ecuatoriana. La construcción del ferrocarril comenzó con el presidente Eloy Alfaro en 1895, la orografía andina hizo que esta construcción bien recibiera el merecido nombre del “ferrocarril más difícil del mundo”. El ferrocarril llegó a Alausí por primera vez en septiembre de 1902 donde cuatro años después nacería Teodosia Robalino el 15 de enero de 1906. La casualidad hacía que en la misma ciudad donde se soñaba con el progreso asociado al ferrocarril comenzase la vida de una de las mujeres más importantes de la historia del Ecuador. Teodosia Robalino fue una locomotora que no se paró ante nada ni nadie, una visionaria de su época y una infatigable activista. El libro de Raquel Rodas Morales “Tonos y Destellos en la evolución de Teodosía Robalino” destaca la labor de la alauseña recuperando un relato perdido: el de las mujeres ecuatorianas que han contribuido al desarrollo de la educación y progreso del Ecuador.
Nuestra protagonista estudió en la escuela Inés Jiménez dónde desde muy pequeña tuvo clara su vocación docente. Teodosia se traslada a Quito para estudiar pedagogía y graduarse como maestra. Al finalizar sus estudios comienza a trabajar en Sumag y Capsol. Aquí conoce la miseria y la explotación a la que estaban expuestas lxs campesinxs. Sus primeras experiencias docentes la sobrecogen, acostumbrada a su Alausí natal y a las comodidades de su familia se encuentra con una pobreza que hasta ese momento desconocía. En esta etapa de su vida se enfrenta a diversos retos: escasos recursos y un alumnado que solo habla Kichwa. Ante este panorama decide diseñar un sistema para enseñarles lengua castella e idea unos palitos para que puestos en la boca de lxs niñxs les ayuden a pronunciar las vocales abiertas, también se ayudó de un sistema de rótulos para designar en castellano las palabras de los objetos cotidianos para de esta forma introducirlos en una lengua que les era totalmente desconocida.
Su énfasis fue más allá del de un mero trabajo, fue de casa en casa tratando de convencer a padres y madres de que escolarizaran a sus hijxs e insistiendo en las ventajas que tendría en sus vidas el poder saber leer y escribir. Su tarea titánica tuvo recompensa, al año siguiente comenzaba el curso escolar con 80 alumnxs. Esta vivencia marcará su carácter y afianzará en ella la convicción de que la justicial social es patrimonio de cada ser humano.
Más tarde enseñará también en Cobshi y el río Chanchán. Después de un tiempo decide dejar su trabajo como maestra rural y vuelve a su Alausí natal. Allí realiza su mayor proyecto pedagógico poniendo en marcha una escuela nocturna para enseñar a adultos. Sus iniciativas no estuvieron exentas de controversias y se toparon con un sin fin de reticencias y obstáculos, sobre todo por parte de aquellos poderes que veían como amenaza lidiar con un pueblo campesino alfabetizado. La maestra Robalino consiguió poner nerviosos a más de un terrateniente y ministro ya que en cuestión de cuatro meses enseñaba a leer y escribir a adultos en su mayoría campesinos. Resiste e insiste en su proyecto, incluso cuando la echan del local municipal en el que impartía clases obligándola a buscar otro espacio. Desarrollando esta labor la alauseña se convierte en la pionera de la alfabetización de adultos en el Ecuador.
Tengo la impresión de que la iglesia fue causante también de la miseria indígena
Yo soy afiliada a un partido que no da carnet: el pueblo. El pueblo no da carnet y yo me debo al pueblo.
Los ataques que recibe de forma casi constante y las situaciones de abuso a las que asiste la impulsan a estudiar abogacía. Esta nueva formación la acerca especialmente a la desprotección de las mujeres conviertiéndose en una figura que reclama y entona sus denuncias. Sus luchas comienzan a ir más allá de las vinculadas estrictamente a la educación y da un salto a la política local siendo entre 1981 y 1986 concejala. Sus frentes serán la lucha por la luz, por el agua y por las minas.
No solamente actué como maestra. Desde que ya me di cuenta de las necesidades y los problemas sociales empecé a participar activamente. He intervenido en todo lo que sea para el bienestar del pueblo. Siempre he estado a la cabeza. A pesar de ser mujer, lo que es difícil. Por suerte he logrado agrupar a la gente para trabajar conjuntamente. Me di cuenta de que Alausí no tenía agua, no tenía luz, no tenía nada a pesar de ser un centro comercial. Sobre todo no teníamos luz.
A parte de abarcar los frentes mencionados anteriormente, se involucra en la creación del Frente Nacional de Educadoras una vuelta a sus orígenes docentes. Teodosia estaba convencida de la necesidad de que las maestras participaran de forma activa en la búsqueda de logros en la educación y en una mayor vinculación con los sectores populares con los que trabajaban. Algunas de las reivindicaciones que junto a más maestras realizaban suenan a día de hoy todavía utópicas: educación gratuita y obligatoria, coeducación, educación por el arte, jubilación a los 25 años de servicio, educación extraescolar para mujeres campesinas y empleadas domésticas…
Muchas de estas propuestas continúan después de casi 30 años en un horizonte por conquistar y por el que todavía merece la pena seguir haciendo camino. Los libros Maestras que dejaron huella e Historia de Mujeres e Historia de Género en el Ecuador permiten aproximarnos a una historia que se está escribiendo todavía.
De manera que al decir educación no se desprende necesariamente de ello formación, porque muchas veces deformamos con una educación reñida con la realidad, que lleva al alumnado a mirar con superficialidad y a mentir los problemas, a hablar y actuar con irresponsabilidad o en otros casos a actuar con desconfianza, con complejos, a creer en el poder de la mentira.
Con estas pocas ideas únicamente he querido insistir una vez más en la necesidad de una enseñanza responsable, sincera y veraz que no flote por sobre la realidad sino que la penetre, la comprenda y analice.