De la traición del espectador
Toda obra de arte camina sola. Igual, toda película que lleva inscrita al menos una tilde de pasión y de talento camina sola. Su marcha puede ser imperturbable. Es indiferente al olvido o a todo bullicio que despierte en el espectador (desde el que se arrellana en su butaca hasta el censor). Es inmune a […]