El valor de un gran discípulo
«Que no está muerto lo que yace eternamente…». Y por eso este libro. Porque Lovecraft siempre estará ahí. Y porque esas palabras son el fundamento de las aventuras con las que Derleth dio continuación al legado de Los Mitos de Cthulhu. Mitos que se llaman así gracias también a él, pues no sólo perteneció al […]
Mr. Sandman
Lo desconocido, lo extraño. Aquello que trastorna nuestra percepción de la realidad y nos perturba en lo más profundo del alma. Y es que, de entre todos los miedos que nos pueden afligir, hay un tipo de angustia que posee una esencia propia; una sensación que debe su particularidad al carácter irracional de aquello que […]
Del libro como mal menor
Imaginen ustedes a una joven pelirroja que pasea por las calles de Buenos Aires, aquejada de bibliofagia –por utilizar el término de Delepierre- y decide, dentro de sus adquisiciones, hacerse con la escasa obra de un ignoto autor en España, nacido en Rosario, y que responde al nombre enigmático de C. E. Feiling. No satisfecha […]
Una lectura desde la casa de la calle Santa Teresa
Al final de la calle solitaria hay una casa antigua. Una de esas que tienen más de noventa años, pero podrían sumar otros noventa. Una casa antigua en tiempo de estío, cuando las noches son calurosas, corean afuera las cigarras y alguna lechuza solitaria transita con sus párvulas zancas por algún lugar de la arquitectura […]
Otra vuelta de tuerca al suspense
Todos nos hemos sentado, alguna vez, en corro o alrededor de una mesa a contar historias de fantasmas, sólo que éstas suelen repetirse en toda la geografía –con matices, eso sí-, como si un ejército bien entrenado de chicas demacradas y vestidas de blanco se hubieran dispersado para aparecer en curvas de carreteras estrechas, sin arcén, en noches oscuras. “Otra vuelta de tuerca” no es un relato más de aparecidos, pues su ambivalencia permite hacer una doble lectura. Esto es posible gracias a la voz narradora, que recae sobre la institutriz. El hecho de ser contado en primera persona, poco a poco, nos hace desconfiar de su testimonio ante la excepcionalidad de los acontecimientos. ¿Son sus dos pequeños discípulos las víctimas de fuerzas demoníacas, situadas en un limbo impreciso entre la vida y la muerte?, ¿es la institutriz quien percibe alucinaciones como parte de la realidad y pretende que el lector sea su aliado?, ¿puede el receptor estar seguro de algo cuando, capítulo tras capítulo, la situación se agrava?