Cetus
Comentario a OLSON, Charles: Llamadme Ismael. Siruela, Madrid, 2020. [Parergon y puede que primer dato: Pienso que los que buscan respuestas en las estrellas hacen algo erróneo, aunque el lugar no puede ser más adecuado. Ya saben, la ley dentro de mí y el cielo cuajado encima de mí. Estas son las variedades de la […]
El arco iris de Rubik
Hundido en el relativismo y la guerra, el mundo sigue empeñado, bien entrado ya el siglo XXI, en emprender un largo viaje hacia el final de la noche. Así lo predijeron Céline y O’Neill, cada uno por sus razones, y ese es el mandato social y político. Sin embargo, mientras escribía estas líneas, he podido […]
Una escritura todavía (desde entonces siempre) pendiente
Blanchot reescribió a Kafka, ¿pero sabía la reescritura que realmente rige el texto del cazador? Fue necesario un estudio de los manuscritos que la primera versión francesa no conocía para sacarlo a la luz. Otras ediciones dejan una incoherencia en el final del relato, sin duda siguiendo el ejemplo de las primeras ediciones alemanas: el cazador Gracchus, que le cuenta al alcalde sus largas andanzas, evoca de repente, al final de su discurso, una actividad de escritura que cabe en una frase y se insinúa brevemente en el hilo oral del diálogo.
Llamadme todos los nombres: deseo trágico y locura en Moby Dick
Es difícil hablar sobre Moby Dick[1]Todas las referencias utilizadas pertenecen a la edición MELVILLE, Herman. 1994. Moby Dick. London: Penguin, pp. 536 (aunque las traducciones son nuestras, se recomienda, por su accesibilidad y calidad, la efectuada por Inga Pellisa y Enrique Pezzoni para Penguin Clásicos). porque es un gran libro. Porque es tal cosa y, […]
Billy Budd: ¿arquitectura del deseo o «morality»?
Las novelas de Herman Melville (1819-1891), nos dice Pérez Gállego, «son siempre un cúmulo de situaciones […]novelas en las que, a pesar de la limitada dimensión donde a veces ocurre, tienen lugar muchas cosas»[1]PÉREZ GÁLLEGO, Cándido. 1967. El Héroe Solitario en la Novela Norteamericana. Madrid: Prensa Española, p. 22. Desde luego que Billy Budd, Sailor […]