Expoliar lo identitario. «La chimera», de Alice Rohrwacher.
Alice Rohrwacher se consolida en su último trabajo como la continuadora del mejor cine italiano de antaño –el neorrealismo que surgió con urgencia después de la II GM por razones históricas y trasunto de la amarga realidad social–, con la singularidad de aportar una pátina de realismo mágico que no ahoga tanto, pero sí se establece como la depositaria de un renovado cine del pueblo, de los desheredados, de la calle.
Sangre de mi sangre (Marco Bellocchio, 2015)
Poder y religión, opresión e injusticia, corrupción y dinero, pasado y presente. Bellocchio con «Sangue del mio sangue» (que se estrena en España más tarde que su última película «Fai beni sogni» en otro acierto más de la distribución nacional) mantiene el reconocible estilo del cineasta italiano, jugando a la paradoja de enfrentar al espectador […]