El pintor belga Stefaan Eyckmans propone un trabajo singular, pues utilizando la tradición de la pintura flamenca consigue componer piezas de valía contemporánea. Se introduce por los caminos formales de la plástica figurativa, igualando su perfección en la traslación de la imagen al lienzo. Su dibujo es preciso, el color incorporado descarnadamente real. Mas su obra no se reduce a un cuadro de impresión perfecta de la imagen, pues penetra en el espíritu luminoso que todo lo envuelve.
Hay pintores que aprecian en sus trabajos la luz que nos rodea, cómo incide en las formas, preguntándose continuamente cual es su naturaleza, diseccionándola, analizando sus finos hilos irradiados, la realidad es Luz según ellos. Otros utilizan el color como expresión sensitiva surgida del interior, de la idea o emoción, cuan lenguaje interpretado por las impresiones que suscita.
En el caso de Stefaan Eyckmans, son las claridades que nos envuelven el motivo plástico que le interesa. Luces que desvelan, luces que dan vida, se reflejan en la visualización de los elementos bañados en ella. La variabilidad cromática nos comunican sensaciones, recuerdos, incluso pulsaciones de vida.
Convierte sus producciones en contemplaciones gozosas, salvadas del instante perdido en el pasado. La quietud del bodegón observado es transitoria, pues se convierte en momento estático de evasión temporal, espacio de reposo, lugar de evocaciones varias, siempre soportadas en el ritmo luminoso.
Stefaan Eyckmans expresa una visión desbordante de la realidad sentida, generadora, al ser mirada, de historias diferentes, pues el dinamismo impregnado, en las tonalidades de su obra, es responsable de su relato.
La muestra ofrecida en esta galería posee frescura, fuerza y habilidad plástica.
| Título: A still life (Exposición) |
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