Con los ecos de nuestra macroencuesta frescos como el pescado, aquí tienen la primera parte de los comentarios que nos enviaron algunos de nuestros colaboradores, que no fueron publicados el sábado para no disparatar la extensión del artículo ni desvirtuar la magia de los votos. Aún así nos ha quedado largo pero ¿quién dijo prisas?. Desconecte el móvil, prepárese un café y ya sin más preámbulos…
Daniel Arana – El pollo urbano
1.El reverendo ****
Estados Unidos, dir. Paul Schrader
(2017, estrenada en España este año)
- Una de las mejores películas de la filmografía de Schrader y, desde luego, a años luz de sus últimas incursiones en la gran pantalla. Drama que, aunque vaya de la mano de Bresson y Bernanos, tiene el sello calvinista inconfundible de su director y a un tremendo Ethan Hawke al frente.
Lo mejor: Todo.
Lo peor: Que hayan tenido que pasar años para ver algo así en la filmografía del gran Schrader y que suene, por lo tanto, a despedida cinematográfica.
2. Hereditary ****
Estados Unidos, dir. Ari Aster
(2018)
- Una de las obras maestras más contundentes del cine de terror actual, absorbente retrato de la locura y la enfermedad mental, con un reparto excepcional y un director que conoce cada uno de los estilemas del género y los deconstruye a su antojo.
Lo mejor: Su exquisita disección de la locura.
Lo peor: Que el final no se haya entendido en toda su complejidad.
3.Most beautiful island ****
Estados Unidos, dir. Ana Asensio
(2017, estrenada en España este año)
- Aunque pensada como un drama sobre la inmigración, esta pesadilla terrible de nuestra Ana Asensio (colosal en un triplete dirección, guión e interpretación protagonista) está más cerca del cine de horror conforme avanza en metraje. Carente de vanidad o pretenciosidad, se trata de una de las grandes obras maestras del cine independiente.
Lo mejor: Ana Asensio.
Lo peor: Que, por su condición de independiente, haya pasado muy desapercibida.
4.Corporate ****
Francia, dir. Nicolas Silhol
(2016, estrenada en España este año)
- A medio camino entre el drama y el thriller, tiene la calma cinematográfica de un Rohmer y la disección de la burguesía de un Chabrol, resultando en un magnífico retrato de la sociedad actual.
Lo mejor: Céline Sallette y la sencillez con la que está contada una historia tan terrible como actual.
Lo peor: Una cierta complacencia en el final, aunque quede, por fortuna, abierto.
5.Basada en hechos reales ***1/2
Francia-Bélgica, dir. Roman Polanski
(2017, estrenada en España este año)
La última película de Polanski, que cerraría la línea que une «Repulsión» y «El Quimérico Inquilino», es magnífica, aunque esté algo más lejos de sus dos precedentes, quizá porque nos recuerda también a François Ozon y, en ocasiones, no tanto a su director real. Empero, dos actrices formidables, la necesaria dosis de sordidez que la historia requería (pese a una cierta pobreza de guión) y, desde luego, una dirección exquisita la convierten en la gran película que realmente es.
Lo mejor: El dúo protagonista y lo malsano de Polanski, en estado de gracia.
Lo peor: Cierta ambición en el guión de Assayas, que no se ve completada del todo en el resultado final.
6.Un lugar tranquilo ***1/2
Estados Unidos, dir. John Krasinski
(2018)
- Un nuevo peldaño en esa escalera actual del nuevo cine de terror, que estimula y escalofría en no pocas ocasiones, evitando caer en los tópicos más sobados del género y manteniendo una tensión que dura buena parte de la película, basada en lo que el espectador no sabe.
Lo mejor: Emily Blunt, una de las mejores actrices de su tiempo.
Lo peor: Que era innecesario mostrarle al espectador los monstruos.
7.Beirut (El Rehén) ***1/2
Estados Unidos, dir. Brad Anderson
(2018)
- Quienes esperen en ella acción adrenalínica o heroicidades al estilo Bourne, quedarán sumamente decepcionados. Precisamente por eso es extraordinaria y así, su pertenencia al subgénero Le Carré sienta como un soplo de aire fresco.
- Lo mejor: Su impecable dirección y Rosamund Pike.
- Lo peor: Que sea éste un género tan (mal) trillado que nos sorprenda todavía una buena película.
8.Molly’s Game ***1/2
Estados Unidos, dir. Aaron Sorkin
(2017, estrenada en España este año)
- El debut de Sorkin en la dirección no podía ser más arrollador. Aunque mejor guionista que realizador, la elección de una Chastain en estado de gracia y lo endiablado del libreto, hacen que nos olvidemos enseguida de una cámara algo impersonal
Lo mejor: Chastain y la disección de todas las fisuras de la imperfección humana.
Lo peor: Que Sorkin pretenda, por momentos, ser David Fincher.
9.La chica en la niebla ***
Italia, dir. Donato Carrisi
(2017, estrenada en España este año)
- Pese a algunas evidentes lagunas en el guión, el debut cinematográfico del novelista Carrisi ocurre con tal fuerza expresiva que reinterpreta, a su manera, un género bien conocido por el espectador. Por supuesto, Toni Servillo se encuentra en su habitual estado de gracia.
Lo mejor: Toni Servillo y la exquisitez técnica con la que está rodada.
Lo peor: La sensación de algunos flecos en el guión, detalles que, por cierto, ni siquiera la novela original de Carrisi explica.
10.El Cairo Confidencial ***
Suecia, dir. Tarik Saleh
(2017, estrenada en España este año)
- Por su novedad genérica como thriller egipcio y la frialdad moral con la que aborda cuestiones tan controvertidas como la corrupción policial o la impunidad del crimen.
Lo mejor: un guión durísimo que desmonta tópicos sobre la sociedad egipcia, Fares Fares y el homenaje al crooner egipcio Abdel Halim Hafez.
Lo peor: Una cierta suciedad formal, con una cámara que se mueve en exceso.
Esther González Couso – Profesora de cine y programadora del Grupo de Diálogo sobre cine contemporáneo en el MUSAC
Sin orden ni predilección, estas son las 10 películas estrenadas en el 2018 que más me han interesado :
La estrella errante de Alberto Gracia. Me dejó fascinada con el Quinto evangelio de Gaspar Hauser (2013 ) y esperaba con inquietud su próximo título, el talento de Alberto Gracia es incomparable.
Phantom Thread de Paul Thomas Anderson, el gran maestro norteamericano nos entregó una película excelsa y muy precisa en cuanto a factura.
La cámara de Claire de mi adorado Hong Sang- soo es la más pequeña de las películas que presentó durante el 2018, pero me provocó una emoción palpitante. Todavía no he podido ver Grass…
El sur de Victor Erice en la edición de The Criterion Collection : Película vital, la copia restaurada me ha hecho llorar, su belleza es inconmensurable.
The tree (Drvo) de André Gil Mata es puro arte, creo que entré en trance cuando la vi en el Festival de Cine de Gijón.
Carelia: Internacional con monumento, todos sabemos que Andrés Duque hace magia con el cine. El hallazgo de la familia Pankratev es absolutamente maravilloso. Estrenada en la Fundación BBVA (Madrid) a finales de año será sin duda uno de los grandes títulos del 2019.
Closing Time de Nicole Vögele nos lleva a transitar por fascinantes paisajes oníricos y a presenciar el detalle de una realidad cotidiana en la que lo poético se revela con lustroso talento. Un film de signo melancólico.
Sin amor (Loveless) , Andrey Zvyagintsev se presenta conmovedora y con un rotundo a la vez que desolador poder visual.
Lazzaro Felice de Alice Rohrwacher , la forma en la que la directora acomete este trabajo enaltece la tradición del cine italiano. Fantástica.
An Elephant Sitting Still , el legado póstumo de Hu Bo es probablemente uno de los retratos más descarnados de la soledad humana que he podido ver y un ejercicio de cineasta mayúsculo.
Y mi gran decepción , First reformed de Paul Schrader , con ella me he aburrido como Boyero.
Celso Hoyo –MusicZine.es
1)BURNING, de Lee Chang-Dong
Por la incuestionable capacidad de su director para trazar la densísima maraña de sensibles inclemencias emocionales que van a ir carcomiendo la aparente mediocridad en la que los protagonistas del film se ven obligados a determinar sus respectivas existencias. La inmisericorde templanza con la que Chang-Dong resuelve la inaplazable progresión de rabias, recelos y arrojos, siempre contenidos, sobre la que son emplazados los acontecimientos y las escudriñaciones privilegiadas sólo está al alcance de un verdadero maestro. Una sosegada y ardida reflexión sobre las trabas del deseo, sobre la inaplazable obsesión que este impone y sobre el dolor de resignarse a esa imposibilidad. Dentro de ella, la secuencia más hermosa del año. Un atardecer, una mujer que baila transportada hasta el lugar en el que ha sido feliz, unos ojos que observan y la mirada de todos ellos escapando en secreto hasta el declive de sus más íntimas querencias. De súbito, la terca sombra alargada de Hitchcock irrumpe, reclama y acecha. BURNING concluye deflagrando justicia y soledad, convirtiendo en fuego atónito y entregado la retina de quien está siendo testigo de esa magistral combustión.
2) LA CASA DE JACK, de Lars Von Trier
Por la caudalosa mordacidad y el febril temple retorcido con los que el gran director danés se emplea para que este verdadero festín autoreflexivo, abigarrado, lúcido, cruento y ponzoñosamente sagaz no devenga jamás en avieso capricho confesional, lastrado de vacua indulgencia irreverente. Tan sabio como maligno, tan precisamente ejecutado como impíamente impelido, el último trallazo fílmico del autor de ROMPIENDO LAS OLAS vuelve a acreditarlo como el severo moralista crudo, ensimismado, fértil, carnicero y endrinamente crédulo que ha demostrado ser siempre. Fábula perturbada y ensayística, LA CASA DE JACK vomita cáusticamente la pericia de su autor para transitarse sus furias privadas, convertidas en proeza fílmica certera, por entre los senderos del próvido averno creativo en el que arde desde hace años.
3) EL HILO INVISIBLE, de Paul Thomas Anderson
Por la implacable compostura con la que Thomas Anderson resuelve el nada cómodo compromiso de exponerse a la versión más asimilable de sí mismo. EL HILO INVISIBLE es, ante todo, la insultante provocación de uno de los más talentosos cineastas contemporáneos, que, en lugar de urdir este falso acercamiento al gran público escorándolo hacia el terreno de lo factible, lo masticado y lo peliagudamente correcto, aprovecha la ocasión para ahondar en la secreta fórmula de su alambicada y tersa perversión contemplativa. El film supura tenebrosa elegancia, persistencia de alfiler y alta costura afectiva pespunteada con turbios deshilachados pasionales. La pareja y sus descosidos adictivos, convertida en patrón indescifrable.
4) ENTRE DOS AGUAS, de Isaki Lacuesta
Por el decoro cristalino y conveniente con el que Lacuesta acomete el difícil cometido de retomar un milagro fílmico, logrando que los hallazgos de aquel sirvan de protocolo de partida reflexionado, maquinador y vertebral de una mirada posterior y, por lo tanto, gravemente distinta, fecundamente transformada con respecto a la mirada motriz. ENTRE DOS AGUAS principia en LA LEYENDA DEL TIEMPO. De esta última pide prestados a quienes van a ser sus protagonistas. La clave del prodigio ahondador, además, claro está, de la edad de estos, la sustenta la decisión de no convertirla en una mera continuación, sino en hacer evolucionar las claves documentales y contemplativas desde la que la primera fue construida. El lirismo deviene en crudeza; la madurez vital, en incertidumbre, herida y desengaño.
5) GIRL, de Lukas Dhont
Por la fiera, convulsa pertinencia con la que el joven realizador belga decide convertir a su cámara en mediadora expresiva de la suma de flagelos, aspiraciones y dolencias que van a irrumpir en su protagonista, Lara, una adolescente transexual que decide llevar a límite de sus posibilidades físicas su anhelo de ser bailarina, al tiempo que someterse a los exigentes prolegómenos médicos de una operación de cambio de sexo. Dhont despliega un afilado acercamiento al silencio punzante con el que Lara define su respuesta al cúmulo de incertidumbres irrumpidas. Fisicidad, inquietud y resquebrajamiento de calma. Una puesta en escena siempre en el filo del tormento y el pudor más sinceros da en la diana del respeto reclamado por su protagonista.
6) PETRA, de Jaume Rosales
Por la valentía de levantar (y concretar con sumo acierto) un proyecto fundamentado en la maquinación de un elevado y audaz dispositivo estructural y formal. Rosales se propone un acercamiento a la tragedia en tanto que género clásico imposible de rescatar en puridad, pero al que hacer emerger desde la experimentación contemporaneizante. El autor de LAS HORAS DEL DÍA orquesta una arrojada madeja de nítidos y evidenciados vaivenes temporales, explicitados argumentalmente mediante el inserto de textos anunciadores de los acontecimientos, antes de que estos sean escenificados, que tiene como objetivo convertir al espectador en depositario último del hálito y el sino trágicos construido. Tan nítida como magistralmente violentada.
7) WESTERN, de Valeska Grisebach
Por la impecable verosimilitud casi documental con la que Grisebach zanja esta propuesta de fuerte calado teórico, al tratar, nada más y nada menos, que de imponer un western intuido, conscientemente contemporáneo, despojado, esencial, lejano y autónomo, en el que los códigos del género son, por supuesto, vetados. Ni aureolas, ni leyendas, ni misticismos. El relato de los avatares profesionales de un trabajador de una gran empresa constructora alemana en un pequeño pueblo búlgaro subordina a la radiografía de los misterios y las honestidades del protagonista todo el acopio de elementos dramáticos usurpados al género vindicado, explicitando siempre una vocación mucho más naturalista y etnográfica que relectora. Un film solidísimo, áspero y reparador, que se aferra con inusitada rudeza intuitiva a la desarraigada desubicación tanto genérica como subjetiva que define el comportamiento del soberbio personaje central.
8) BRAGUINO, de Clement Cogitore
Por la inhóspita hondura que cuaja esta deslumbrante extrañeza cinematográfica que, desde las coordinadas del más aguerrido documental, sabe virar ese posicionamiento observativo hacia los parámetros del cine de terror contemporáneo. Un fogonazo etnográfico, selváticamente incomodador y desaliñado, que hace de la extrañeza frente al ámbito geográfico arribado y frente a la situación dramática descubierta, oscura, rugosa, austera incertidumbre intensiva.
9) QUIEN TE CANTARÁ, de Carlos Vermut
Por la indómita capacidad para la sugestión, el resquebrajamiento y la complejidad insertada en calidad de retórica significante y escrutadora a la que Carlos Vermut retorna y afila en esta hipnótica maraña de vampirismos rotos y aliviadores que propone tras la inolvidable MAGICAL GIRL.
10) JOY, de Sudabeh Mortezai
Por la brutal honestidad escénica con la que la realizadora sortea la tentación del maniqueísmo lastrador del que adolece este tipo de propuestas denunciativas. JOY propone una novedosa y muy documentada mirada al tema de la prostitución femenina a la que se ven abocadas la mayoría de las jóvenes africanas que anhelan conseguir una nacionalidad europea. Tan dura y desgarradora como debe, y, al tiempo, tan milimétrica, alumbradora y pertinentemente pergeñada como no suelen estarlo obras similares.
Hubbell Kumada – Programador del Craft Film Festival de Barcelona
Todas las listas de “las películas del año” son reduccionistas, lo cual puede ser criticable sin ningún tipo de duda. Pero también tienen un halo de “mapa del tesoro”, tan necesario para el cinéfilo de esta inabarcable época, que es muy difícil no caer en la tentación de escudriñar todas las que caigan en nuestras manos.
La pulsión, en cambio, para realizar la propia lista creo que tiene su raíz en el proselitismo intrínseco en todo ser humano. Yo este año tenía la intención de luchar contra él y no elaborar ningún listado, pero finalmente he sucumbido con el pretexto del anzuelo lanzado por Miguel Martín. Lo que no he sido capaz de hacer es jerarquizar la selección y he dejado que sea el orden alfabético el que las numere. Tampoco he enumerado las razones para que mi visión sea más informativa que influyente… Sin más, les dejo con una parte de mi 2018 de cine, esperando que encuentren algún tesoro en su interior:
- A elephan sitting still de Hu Bo
- Burning de Lee chang-Dong
- Call me by your name de Luca Guadagnino
- El hilo invisible de Paul Thomas Anderson
- El reverendo de Paul Schrader
- La flor de Mariano Llinás
- Lazzaro Felice de Alice Rohwacher
- Lean on Pete de Andrew Haight
- Roma de Alfonso Cuarón
- Vivir deprisa, amar despacio de Christophe Honoré
José Luis Márquez – Shangrila Textos Aparte
Si se me permite, añado algunas más que considero no hay que dejar pasar:
La maison des bois, miniserie para TV que Maurice Pialat filmó en 1971 pero hay que consignar por diversos motivos, entre otros, a casi 50 años de distancia sigue siendo un hermoso paradigma de cine puro ante las series para TV que hoy se facturan; y en la suma: Isla de perros (Wes Anderson), Lucky (John Carroll Lynch), Lady Macbeth (William Oldroy), Lean on Pete (Andrew Haigh), No soy una bruja (Rungano Nyoni), Dogman (Matteo Garrone), Tres rostros (Jafar Panahi), El jinete (Chloé Zhao), Amante por un día (Philippe Garrel), En tránsito (Christian Petzold), Pájaros de verano (Cristina Gallego y Ciro Guerra), Un asunto de familia (Hirokazu Koreeda), Sin amor (Andrei Zvyagintsev), Cuervos (Jens Assur), La mujer joven (Léonor Serraille),
Western (Valeska Grisebach), Cold War (Pawel Pawlikowski) y Buscando a Ingmar Bergman (Margarethe von Trotta), entre muchas otras más, porque pese a lo que se diga, 2018 fue otro buen año para el cine. Y nos seguiremos encontrando, en el (d)año que apenas llega.
El próximo miércoles segunda y última parte.