Cine por mujeres no ha tenido solo cine dirigido por mujeres, por las distintas miradas femeninas, si no que el interior de cada cinta estaba compuesto y dibujado por la visión de protagonistas mujeres en distintos ámbitos y aspectos de la vida, ya fueron basados en realidades o ficción, que al final no deja de ser un reflejo de lo que se piensa.
El cierre del festival fue por parte de Placer femenino un documental de la directora Barbara Miller que se estrena el próximo mes de mayo. Un gran colofón a unas proyecciones que han estado impregnadas de personalidad y reivindicación.
Placer femenino, reivindica por medio de cinco historias reales, la necesidad de la independencia de la mujer en la sexualidad, en poder elegir lo que quieran cuando quieran. Unas narraciones conmovedoras, duras, pero necesarias para comprender lo que hay dentro de nuestra sociedad, marcado por las costumbres y por las religiones.
En sección competitiva el premio fue para Fig Tree de Alamork Davidian, trasladándonos a la guerra civil en Etiopía, por medio de la vida de Mina, sus ilusiones y sus miedos ante el futuro que está por venir. La directora ha querido plasmar la fortaleza e ideales desde la infancia, con personalidad y ahí radica la potencia de la cinta, en ver como los ideales se forjan desde muy temprana edad.
La propuesta que ha expuesto Corea con la directora Jeon Go-Woon, Microhabitat, posee ese carisma intimista japonés, donde parece que no sucede nada, pero pasa todo. Un personaje principal que parece totalmente desapegada de todo el mundo, con una gran independencia, y finalmente es ella quien está arropando y acercándose a los demás, con sus pros y sus contras.
Ya triunfó en el Festival de Málaga, y Las niñas bien de Alejandra Márquez Abella, es de esas películas que cuando a priori se puede hacer un tanto melodramático e incluso de telenovela, llega un gran montaje que da paso a unas interpretaciones con poder y sobre todo esa forma de narrar, donde el sonido ambiente y la música parece estar en la propia sala de cine y no en la cinta en sí. Una historia la de Sofia, la de estar en lo más alto de la sociedad, a no saber lo que le ofrecerá el futuro, algo que cuenta la directora desde la visión de la crisis económica de 1982 en México, pero que se puede trasladar a la actualidad y cualquier país.
La road movie viene de la mano de Zaida Bergroth con Miami. Una historia de sueños, de huida de uno mismo, en cada una de las protagonistas, pero al mismo tiempo de búsqueda de su propia identidad, podríamos decir que es una Thelma y Louise pero en adolescente, de dos hermanas que se conocen y ya están fusionadas en una aventura dónde una de ellas no sabe a donde va, pero quiere estar finalmente. Es sobria en miradas, pero potente en todo su conjunto actoral y narrativo.
Una de las cintas mas emocionales dentro del festival ha sido Figlia mia de Laura Bispuri, discurriendo entre el planteamiento de la adopción y la necesidad de saber de donde se viene, además de esa madre biológica de tener un contacto con su sangre y descendencia. Hace una balanza del amor del día a día, al que puede surgir por el impulso de lo que se puede trasmitir por lo que hubiera sido una familia. Habla al mismo tiempo de la tolerancia, de la búsqueda del apoyo social y la no discriminación.
The Miner, es la única propuesta donde la parte protagonista no es una mujer, ya que muestra en cierta forma, la condición social de la minería a estar completamente manipulada y centralizada por hombres. Pero aquí la directora Hanna Slak ha plasmado unos hechos reales, cuando un minero bosniao, econtró en Eslovenia un pozo sellado después de la Segunda Guerra Mundial. Aboga por los derechos humanos, por la razón frente a la sinrazón de la política de tapar el pasado, por seguir un presente que sigue con llagas por lo sucedido. Es un relato que detalla a la perfección la crudeza de las guerras y del poder en todo su esplendor.
En los tiempos que corren es verdad que la naturaleza y la ecología está tomando mucha conciencia en los directores y por ello Le vent tourne habla de ello, por medio de una pareja que vive aislado de la civilización y su última adquisición es un generador eólico. La cinta es de la directora suiza Bettina Oberli, y enfoca los contrapuntos que se tienen queriendo ser muy progresista y no querer nada del materialismo que nos impone la sociedad, pero si querer poseer a las personas. Una balanza entre el corazón y la cabeza.
Esta segunda edición de cine por mujeres, de mirada femenina, deja una gran calidad en cada propuesta, que demuestra que hay mucho más cine fuera del circuito comercial que es necesario visionar para una mirada mucho más amplia, como han hecho en todas las películas las propias directoras.