El azul
Decía Kandinsky que «Cuanto más profundo es el azul, más llama al hombre a lo infinito y despierta en él el anhelo de lo puro y, finalmente, de lo suprasensible». La vie d’Adèle (2013), es la adaptación cinematográfica de Abdellatif Kechiche de la novela gráfica Le bleu est un couleur chaude (El azul es un color cálido) de Judy Maroh. El azul es el único color que aparece en el comic que Maroh comenzó a dibujar en el 2004, a los 19 años, pero publicado en 2010. También se le da una gran importancia en la película, incluso en las diferentes versiones del cartel del film. Ocurre lo mismo con la película Call me by your name (2017) de Luca Guadagnino, adaptación también de la novela homónima de André Aciman, escrita en 2007. En el cartel también vemos el azul como protagonista. Este color, asociado a tantísimas cosas, a mí siempre me recuerda a la tristeza de la canción Blue Moon, concretamente a mi versión preferida, de Billy Holiday, cuya letra podría ser parte de la banda sonora de estas dos películas independientes pero que tanto han calado en el público universal.
[Os invito a ver los trailers antes de continuar leyendo.]
Tráiler de La vida de Adèle
Tráiler de Llámame por mi nombre
La novela
Las dos historias tienen grandes similitudes que he querido destacar. Las dos parten de una novela. En ellas, sus protagonistas cuentan la historia a modo de diario. En El azul es un color cálido, Clementine (que en el film cambian su nombre a Adèle), deja sus diarios para que Emma los lea, y de esta manera conocemos la historia que vivieron en los años 90. La novela comienza revelando que Clementine ha fallecido, y Emma va leyendo las líneas que Clementine fue narrando hasta que conocemos todo lo que vivieron juntas. La historia se cuenta bastantes años después. El comic es duro, y a pesar de ser muy cortito, ha inspirado a una película de casi tres horas.
En Llámame por tu nombre Elio nara la historia que vivió con Oliver en el verano del 1987 (aunque en la película hablan del 1983). Es narrada por él muchísimos años después, y todavía conserva ese recuerdo. Cuando leemos esta novela, cuya historia de amor de sus protagonistas transcurre a finales de junio [así que si todavía no la has leído, es la época perfecta para hacerlo], te transporta a ese calor, esos olores, esa brisa nocturna, y está relatado tan magistralmente que sientes lo que Elio siente, y lo haces tan tuyo que duele. Es la única novela que he leído de André Aciman, no sé cómo serán el resto, pero en esta, su prosa tan intimista y tan minuciosa, hace que sintamos cada palabra, que podamos notar todo tan intensamente que si prestamos mucha atención hasta escuchemos el chasquido al romper con la cucharilla la parte de arriba de los huevos pasados por agua que Oliver destrozaba y que Elio los abre cuidadosamente para él.
La película y la elección de sus intérpretes
Aunque La vida de Adèle parte del comic, es una interpretación diferente, cuenta también solamente el fragmento de la historia de amor que ocurre en el pasado -al igual que en Llámame por tu nombre-, pero La vida de Adèle no ha sido totalmente fiel al comic. De hecho, su escritora dijo que habría sido diferente si la película no hubiera sido dirigida por un hombre heterosexual e interpretada por actrices heterosexuales. Las escenas de sexo, que ocupan unos diez minutos de una película de unas tres horas, han sido tachadas de pornografía por la crítica. Cuando vi la película en el cine, no entendí por qué, pero el resto de espectadores se reía con esas escenas cuando a mí me parecieron muy naturales. La trilogía Before (del director Richard Linkrater e interpretada por Ethan Hawke y Julie Delpy) está rodada cada diez años, en la primera parte se conocen, en la segunda diez años después se reencuentran, y en la tercera llevan diez años de relación. Los actores crecen con los personajes y los acompañamos en esa relación, pero cuando Céline le dice a Jesse [atención SPOILER] «Creo que ya no estoy enamorada de ti», la gente en el cine empezó a reír, en una escena que a mí me pareció tristísima… Así que por qué tomar en serio las risas de los espectadores en el cine… Yo pienso que las escenas de sexo de La vida de Adèle están rodadas de una forma muy pasional, y por fin era hora de que se mostrara de una manera tan cruda el sexo entre dos mujeres en la pantalla grande.
Aprovechando la referencia a la trilogía Before, en la que vemos la evolución de una pareja hasta el desgate y la destrucción del amor, podríamos compararlo con los dos filmes que nos atañen en este artículo para analizar que quizá el amor es más fuerte cuando tiene que terminar la relación antes de que el amor se acabe, y gracias a eso puede perdurar ese sentimiento. Anhelamos lo que no tenemos, pero puede que cuando somos poseedores de ello, acabemos descuidándolo hasta el punto de dejar de sentir.
En La vida de Adèle, las protagonistas comienzan la historia con unos 15-16 años y unos 20-21. En la vida real, las actrices tenían en el momento del rodaje 20 años Adèle Exarchopoulos (1993) y 28 años Léa Seydoux (1985). En Llámame por tu nombre, los protagonistas tienen 17 y 24 años (quiero enfatizar que en cada país, la edad de consentimiento es diferente, por ejemplo en Italia, donde está contada esta última historia, dicha edad son los 14 años). En la realidad, los actores tenían en el rodaje 22 Timothée Chalamet (1995) y 31 Armie Hammer (1986). En los dos relatos queda patente que la edad no importa.
El sexo
Tanto Adèle/Clementine como Elio tienen primero relaciones con un hombre y una mujer respectivamente, pero ya saben que no es lo que desean. Fantasean solos en su cama con Emma y Oliver correspondientemente, hasta que finalmente ambos acaban teniendo relaciones con ellos. Como explicaba anteriormente, las escenas de sexo entre ellas son muy explícitas. Como dato curioso, contaré que colocaron prótesis en sus genitales para no mostrar los propios a cámara. Además, todas las escenas son improvisadas, no están coreografiadas. Las escenas de sexo entre ellos no aparecen en cámara tan explícitas, pero también hay varios momentos a destacar en este aspecto. Ya casi ha quedado como distintivo de esta película la escena del melocotón. En el libro pasan más cosas que en la película no cuentan tan directas, pero Elio utiliza un melocotón al que le había sacado el hueso para masturbarse con él y culmina en el agujero que le había hecho. Luego llega Oliver, se encuentra a Elio en la cama y coge el melocotón. Y en el libro es mucho más explícito lo que hace con él, y quiero destacar ese fragmento, porque a pesar de tratarse de semen en un melocotón, lo convierten en algo muy íntimo, y algo que a algunas personas les podría provocar asco, a otras les provocará ternura:
«Observé cómo se metió el melocotón en la boca y comenzó a comerlo lentamente, mirándome con tal intensidad que llegué a pensar que ni cuando hicimos el amor había sido tan penetrante.
—Si quieres escupirlo, hazlo, no me importa, de verdad. Te prometo que no me sentiré ofendido —lo dije más para romper el silencio que como una súplica final.
Negó con la cabeza. Podía notar cómo lo estaba degustando en ese preciso momento. No entendía qué me ocurría en aquel instante, mientras le observaba, pero me sobrevinieron unas ganas enormes de llorar. Y en lugar de luchar contra ello, como si fuese un orgasmo, simplemente me deje llevar, aunque sólo fuese para mostrarle algo igual de privado sobre mí.»
Metaliteratura y escultura
En el fotograma de La vida de Adèle vemos a su protagonista escribiendo en un diario, y esos segundos son la referencia más directa que la película hace al comic, ya que aunque el comic comienza con Clementine (Adèle) que ya ha fallecido, Emma lee sus diarios y es así como recuerda su historia. En la película, sólo acontece la historia entre ellas. Elio, al igual que Adèle, lee muchísimo y en ambas películas hacen varias referencias a otras novelas literarias que incluso analizan. En la primera nombran a Pierre de Marivaux, Pierre Choderlos de Laclos, Madame de La Fayette o Jean-Paul Sartre; en la segunda, a Friedrich Nietzsche o Heráclito de Éfeso entre otros. Además, en las dos aparecen esculturas clásicas, Emma y Adèle visitan un museo y ven esculturas clásicas de mujeres, en las que observan los cuerpos desnudos, y Olvier y Elio también ven un hallazgo de una figura masculina, o hablan de las esculturas clásicas, haciendo referencia a la expectación del cuerpo del hombre.
El primer beso
No sé si vuelve a haber paralelismo por casualidad, pero el momento en el que se besan por primera vez las dos parejas sucede mientras están tumbados en el césped. Los dos filmes tienen momentos muy íntimos entre las dos parejas con los que cualquier persona puede sentirse identificada, ya que probablemente haya vivido momentos en pareja similares. Siguen sucediendo similitudes como cuando comen con sus padres, escenas que se repiten mucho, ya que son escenas muy cotidianas. Poseen un éxito apabullante los dos largometrajes y ambos son simplemente una historia tan tan tan real, que la única fórmula es que hacen que nos sintamos demasiado identificados con sus historias mostrando el amor desde un punto de vista diferente, más intenso, más de verdad.
Éxito de banda sonora.
La Vida de Adèle se estrenó en el 2013 y 5 años después, todavía sigue escuchándose todas las noches en los bares la canción I follow rivers de Lykke Li. La canción es del 2011, pero gracias a la película, tuvo una mayor acogida. En Llámame por tu nombre aparece también una escena de baile con Love My Away, de The Psychedelic Furs, canción de 1982, tema que también se ha recuperado en la actualidad gracias a la película. En la primera, solamente aparece música cuando están en fiestas o en bares, sólo escuchamos música cuando los personajes la escuchan. En la escena del primer encuentro entre las protagonistas, se escucha una música instrumental de fondo, interpretada con un hang por un músico callejero. Este instrumento se puso de moda a raíz de la película. En la otra, no sólo escuchamos música cuando Elio la interpreta con el piano o la guitarra –instrumentos que aprendió a tocar expresamente para la película además de aprender italiano-, también hay una banda sonora estremecedora donde destacan todas las canciones del gran Sufjan Stevens, que el director de la película tuvo claro incluso desde antes de empezar a rodar, que quería los temas de este cantautor para acompañar al film y dotarlo de una magia única, ya que hay escenas, como la final de la película, en las que la música juega un papel crucial e intensifica la actuación de Elio, que incluso sin palabras, es merecedor de un Óscar ya sólo por esa secuencia. Mystery of love de Sufjan Stevens estuvo nominada a los Óscars. Las dos películas han estado nominadas y han sido premiadas con numerosos galardones importantísimos como premios Óscar, Bafta, César.. etc.
#LoveIsLove
Las dos historias son un viaje emocional tanto para sus personajes como para nosotros, que viajamos con ellos. Si hubiera que elegir un tema para ambas, sería el despertar. El despertar sexual, el despertar intelectual, el despertar emocional… Tanto en la literatura como en el cine, todas las películas que han sido clasificadas de temática LGTBI+ han tenido grandes factores dramáticos, es complicado encontrar películas con un final más amable, o que la pareja pueda acabar bien. Además, en muchas de las historias, tanto en el cine como en la literatura, los personajes homosexuales han acabado suicidándose, o muriendo de alguna forma muy dramática, o los han internado en un manicomio, y un largo etc. Si hasta con los títulos podemos hacernos una idea del dramatismo que encierran empezando por la primera novela lésbica, que data de 1928, de Marguerite Radclyffe Hall, llamada El pozo de la soledad. Los fotogramas que se ven a la derecha corresponden a los finales de las películas, muy afines, sublimes los dos, pero con el de Llámame por mi nombre es imposible levantarse de la butaca después de vivirlo tan intensamente junto a Elio.
Aprovechando estas fechas, con motivo del día del orgullo LGTBI+, es el día perfecto para reivindicar los mismos derechos, la misma igualdad, aunque hay que seguir luchando cada día del año. Cuando una película o un libro es de esta temática, la gente sólo se queda con eso. Ese dato anula todo lo demás. Si con el resto de películas y libros no se hacen comentarios del tipo «he visto una película de una pareja heterosexual», ¿por qué hacerlo con las de LGTBI+? No penséis que sólo son para verlas las personas de este colectivo. Son totalmente necesarias para dar mayor visibilidad, tanto para las personas que están dentro de esta comunidad y necesitan referentes para sentirse menos incomprendidos, como para las personas de fuera y que así se normalice, ya que es horrible que estemos en el 2018 y todavía exista la homofobia. El amor es el amor, es universal, no importa que en la película sean dos mujeres o dos hombres, porque los sentimientos son universales, el placer es universal, el dolor es universal… En toda mi vida cinéfila, sólo me ha pasado dos veces salir del cine tras ver una película e ir con mi acompañante en completo silencio hasta llegar a casa, porque me impactaron tantísimo y me sentí tan identificada con esos sentimientos universales a los que me refería anteriormente, que directamente me dejaron sin palabras. Me pasó en el 2013 y en el 2017, y evidentemente fue con La vida de Adèle y con Llámame por mi nombre.