Le gusta conducir y disfrutar del paisaje cambiante que ofrece un viaje por carretera. Mientras escucha y tararea la canción One of us de Abba, la tormenta ha oscurecido el cielo y los rayos lo rasgan. La lluvia, cada vez más intensa, dificulta la visibilidad y los limpiaparabrisas no dan más de sí. Para en una estación de servicio. Al entrar saluda a los dos empleados, uniformados con colores vistosos, que desembalan unas cajas. Un televisor, junto al mostrador, emite la película La invasión de los ladrones de cuerpos. Siendo crítico de cine y considerándola una obra maestra del género de ciencia ficción, no puede evitar hablar de ella y de su director Don Siegel. Los dos trabajadores sonríen tras oír la valoración del film. Saca un café con leche de la máquina y se sienta al lado de la ventana. La carretera, rodeada de terreno llano, muestra un paisaje desolado bajo la lluvia. Mira el reloj; son la siete de la tarde. Espera que pase pronto la tormenta. Está a dos horas de llegar a su destino.
Al día siguiente el cielo está despejado y el paisaje ha recuperado su color. El coche sigue en el mismo lugar donde paró ayer, en medio del campo, a unos metros de la carretera. No hay ninguna estación de servicio. La policía realiza una intensa búsqueda. Sin rastro del conocido crítico de cine.