Einar Turkowski es un ilustrador alemán (1972) de reconocido prestigio internacional. Sus trabajos han recibido numerosos premios y ha destacado por abrir nuevos caminos a la hora de grafiar sus relatos. Tanto sus historias como sus dibujos construyen mundos profundamente sensibles y mágicos. En muchas ocasiones, en su obra crea una condición natural-maquínica francamente interesante y la anatomía de sus animales o plantas se conforma por tuercas, cables y piezas de acero.
“Una luz diminuta surgió de la nada” , “Estaba oscuro y sospechosamente tranquilo” o “Cuando las casas regresaron flotando” son ejemplos de cómo sus artefactos se transforman en mariposas o ovejas. Si bien la experimentación de este ilustrador se centra en la traslación de la estética maquínica a la realidad natural, también podríamos decir que sus trabajos son construcciones poéticas muy pertinentes en una contemporaneidad cuya materia prima son coches, smartphones, ordenadores, grúas de puerto, tractores y relojes. De hecho, algunos de dibujos nos traen a la cabeza algunas de las investigaciones de urbanismo-artefacto de Archigram como las Walking o las Plug-in Cities.