Impulso es el trabajo documental del director Emilio Belmonte, sobre la bailora Rocío Molina y su obra, basándose en Caída del cielo, Impulsos y sus trayectoria. Un viaje hacia el interior y el exterior de la artista, desde su día a día, su creatividad y su trabajo en esencia. Una película que trasmite la misma pasión que Rocío Molina en imagen pero también en persona. Se ha presentado en DocumentaMadrid 2018 habiendo recibido el premio a mejor documental iberoamericano, y este fin de semana se volverá a proyectar. Una cinta que incita y provoca a ver a Rocío Molina subida en un escenario.
¿Cómo nace la propuesta de realizar el documental?
Emilio Belmonte, el director, estando yo de gira nos propuso una cita en un hotel, me contó un poquito su idea, después escribió la carta de intención con el proyecto y la verdad que a mí me entusiasmó mucho su pasión y sobre todo que se veía que era un trabajo comprometido, no solo cojo cuatro archivos, grabo tres días y nos apañamos, y eso me gustó. Justo me pilló terminando una gira y empezando el proceso de creación fue como: venga va. En esa época estábamos girando con varias obras y comenzaba con los Impulsos y siempre cuando estoy en época de creación lo combino.
¿Cómo es la forma creativa del espectáculo, si hay guion o una base?
Caída del cielo es la primera obra que me pongo al borde del precipicio sin nada por delante y decir, vamos a partir de aquí. Era junto con Carlos Marqueri, mi director, y empezamos a conversar, primero sin nada, nos entusiasmaba que no hubiera nada por delante, ninguna idea preconcebida. Nosotros no trabajamos con guiones, lo hacemos de forma muy física, muy carnal, muy de intuición, creemos también en el azar, en la paciencia y sobre todo luego ya, decidimos trabajar en la confianza de un equipo que llevábamos girando casi ocho años con los músicos, había una unión muy bonita. Ahí nos basamos y a partir de ahí, mucho trabajo de mesa, improvisaciones, comienzan a aparecer imágenes, inspiraciones..,
¿Esto en cuanto a Caída del cielo, pero anteriormente como trabajas una representación bailada que es como un teatro en cierta forma?
Es difícil de articular porque no pienso en escena, lo primero va el cuerpo. Yo me echo al estudio, me echo a la calle a cualquier espacio que me insinúe cosas. Voy tomando notas de lo que he sentido, me ha sucedido, escenarios que se han dado, la mente empieza a volar y te vienen muchas imágenes e intento relacionar todo lo que ha ocurrido en el día a día, es una forma de obsesión, y cuando llegas a esos niveles se relaciona absolutamente todo. Estar en un estado muy de estoy escuchando, sintiendo todo.
No eres una bailadora al uso, buscas ahora riesgos límites en tus performances y obras, de donde nace esa fase artística
Siempre ha sido así, al principio de una forma más inconsciente, luego tomas conciencia de lo que haces y siempre busco el temblor debajo de mis piernas de alguna forma. Esa inestabilidad, descubrir cosas nuevas, mucho desde el cuerpo desde experimentar que pasa con él, y también con la emoción, siempre trabajo hacia la libertad de movimiento y de vez en cuando el cuerpo te pide cosas diferentes y te pide más.
¿Qué es más complejo improvisar un baile, la música, ambas cosas y que se compaginen y complementen.
Para mí lo más difícil es compaginar las dos partes. Es muy fácil entrar una improvisación libre y puedo estar desde una hora hasta cuatro horas. Una de las últimas impros que tuve fueron cuatro horas y eso estar totalmente libre. Luego hay algo que me gusta mucho y es hacer las cosas muy, muy perfeccionistas, muy al detalle, todo muy estudiado. Esto es lo que nos ha enseñado Caída del Cielo. Para una bailarina llegar suelo y después levantarse para seguir bailando es algo que tu cuerpo no entiende, ni tu fisionomía, ni tu mente, entonces es lo más difícil, pero es completamente divertido.
¿Las perfomances que recreas con pintura, entre piedras, cómo surgen, de la raíz de la naturaleza?
La naturaleza es algo que necesito en mi vida, y el propio paisaje, si no, no toco tierra y la intuición me guía muchísimo. Por eso cuando entro al estudio intento conseguir lo más salvaje, lo menos pensado en realidad en el movimiento. Necesito crear cerca de la naturaleza y en especial esa imagen que dices. Era muy animal, muy de mujer, puede ser una gran menstruación o mi primer aborto, lo he sentido así.
Después de ver el documental y parte de tus espectáculos en Impuslo, da la sensación como si te estuvieses dejando la piel en el escenario.
Sí, siento que cada representación muero, hay una parte de mí que muere, pudiéndome incluso, hay épocas que es demasiado duro.
¿Te afecta anímicamente?
Bueno, afecta mucho al cuerpo por lo que entregas por la emoción, ya no solo por el desgaste físico que es muy alto, pero emocionalmente es un viaje muy gordo cada actuación.
¿Cuánto tiempo te lleva crear un espectáculo y como es la colaboración y trabajo con los músicos y el co-director artístico?
Alrededor de año y medio desde que empezamos a probar con estos impulsos a pensar, también ten en cuenta que alternamos giras y es complicado, y mientras estamos de gira seguimos creando, ensayando, haciendo improvisaciones en cualquier prueba de sonido: venga chicos veinte minutos de improvisación libre. Pero es muy duro compaginarlo todo, pero es la forma de trabajar.
Dices que Solea con 17 años fue el baile de tu vida, de ahí parte tu carrera, dices que es pura melancolía y que salió tu personalidad, ¿dejaste de lado ahí ya tu adolescencia y tu infancia, porque ahí sale un columpio, que puede ser el movimiento de tu vida, o dejar atrás la vida anterior?
Eres muy joven para dejar la adolescencia así tan rápido, pero sí ocurre como el descubrimiento tuyo, toda tu formación, todo el camino recorrido y de pronto salió en ese momento, muy salvaje, muy bruto, sin pulir aún. Pero sabía que ahí estaba ocurriendo algo, esas emociones, esas sensaciones que tenía, es mi gran melancolía, es algo que siempre intento recuperar, pero todo se transforma. Pero sí, en una palabra es el descubrimiento.
Tienes varios momentos muy emotivos, las declaraciones de tus padres, el encuentro con la Chana, y tu voz en off cuando estás corriendo, es metafórico y simbólico en muchos momentos, naturaleza, rayo de luz como de inspiración.
Me ha sorprendido mucho la reacción, tú lo ves desde tu vivencia, llega un momento que no puedes tener mucha perspectiva, porque es algo que tú has vivido, y de pronto verlo pasar, tan reciente también es súper raro, pero empiezo a descubrir detallitos. Recuerdo que he visto la película con más gente, y se han reído donde lo hubiera imaginado porque han visto un detalle que a mí se me ha pasado, y digo, anda esa era mi madre, una cara de ella que conozco mucho, pero al ser algo propio has perdido la perspectiva.
Tenías claro que esto es lo que querías hacer desde muy pequeña, 4 años. ¿Tú familia ha sido tu gran apoyo por lo se plasma en la película?
Por supuesto mi madre ha sido un apoyo vital y sin ella no hubiera podido. Mi padre en silencio, currando y aguantando casi el perder en cierta forma su mujer porque se va con su hija y difícil pero muy agradecida a ellos. De hecho la obra que estoy ahora trabajando está mi madre en escena, ella no es profesional ni nada, pero está siendo una experiencia muy fuerte.
Cuando sales al escenario tu madre decía que sufría mucho, ¿quién lo pasa peor tú o ella?
Mira yo no era consciente de eso que ha dicho mi madre hasta lo escuché en el documental. Sabía que yo buscaba esa autodestrucción, pero cuando se lo oí a ella lo sentí más que nunca, y a partir de ahí me hizo reaccionar y pensar: cuidado que estás haciendo, tomé un poco más de conciencia. Evidentemente sufre más ella, porque yo entre el dolor, el sufrimiento, que me muero un poquito cada vez, hay un me lo paso pipa y un resurgir.
Me llamó la atención y me gustaría saber que música escuchas mientras corres
Escucho de todo, pero curiosamente que gusta mucho escuchar mucho flamenco cuando corro y me pongo desde la Paquera de Jerez a Tomatito, Paco de Lucía, Camarón, Omega, Chaqueta, Manuel Vallejo… me pongo de pronto lo más rancio. Luego los grandes clásicos como Miles Davis, música religiosa, a un jazz o Bill Evan, entre otros.
Referentes en baile, aparte de La Chana
A parte de esa mujer, yo quiero ser de mayor como ella. Me gustan muchas cosas, en flamenco a mí me puede gustar desde Fernanda Romero y Carmen Amaya por supuesto, está dentro de mí siempre. Mario Maya, Farruco, Antonio el bailarín, Vicente escudero, que eran los más rompedores en ese momento a lo más clásico, siempre tengo esos contrastes porque me gusta
En esta última obra, utilizas mucho el flamenco rock, o me dio a mí esa sensación
Sí, es un obra un poquito cañera, aunque no todo el tiempo. Hay un homenaje a Enrique Morente, con esas guitarras eléctricas, de Omega total, de hecho se abre la obra con una referencia suya.
Estimada Susana,
Te agradezco el interés por la película Impulso y las líneas que le dedicas. Si has hablado con Rocío entenderás que ha sido un verdadero lujo trabajar con ella y acercarse a su arte.
Cordialmente,
Emilio Belmonte
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