Hoy en Yo he venido aquí a hablar de su libro presentamos a Francesc Barberá Pascual, autor de microrrelatos nacido en Algemesí en 1979 y graduado en Psicología por la Universidad de Valencia. Sus relatos han obtenido premios y menciones en diversos certámenes literarios, y sostiene que escribe “por una cuestión de principios”: siempre ha preferido crear a destruir. En esta entrevista nos presenta su primer libro, El hombre que cabía en la palma de su mano, publicado en mayo de 2017 por la editorial Unaria e ilustrado por Riki Blanco. El próximo 22 de septiembre se presentará en Madrid (Vergüenza ajena, C/Galileo, 56) a las 19.30 horas.
El libro contiene 100 hiperbreves, textos de entre una y tres líneas que son su especialidad. Y en ese contexto se mueve también nuestra entrevista, una batería de preguntas concisas que el autor responde con la habilidad que lo caracteriza a la hora de expresar mucho con pocas palabras.
¿Cómo fueron tus comienzos en esto de la literatura? ¿Escribías otro género antes de los hiperbreves?
Recuerdo que cuando tenía 18 años le escribía unos poemas horribles a la que entonces era mi novia. Espero que nunca salgan a la luz. Diez años después empecé a participar en concursos de juegos de palabras, frases ingeniosas, etc. Y terminé participando solo en concursos de microrrelatos.
En El hombre que cabía en la palma de su mano sólo encontramos hiperbreves. ¿De dónde esta preferencia?
Como decía, llegué al microrrelato a través de los concursos de juegos de palabras, humor, ingenio. Siempre en formatos muy breves, como por ejemplo un tuit. Y en el hiperbreve encontré un género en el que encajaban bien esas características.
¿Qué cosas te inspiran estas chispas concentradísimas que nos muestras en el libro?
Es difícil. A veces la inspiración surge simplemente de un doble sentido, de un juego de palabras. Otras veces de una paradoja. O de una imagen impactante.
¿Depuras los textos hasta adelgazarlos al máximo o suelen ser de pocas palabras desde su concepción?
Nunca me ha pasado (que yo recuerde) reducir un texto de unas 50 o 100 palabras hasta convertirlo en un hiperbreve. Los puedo “adelgazar” unas pocas palabras, pero nunca de forma extrema.
En el capítulo 8 de su libro Las herramientas del microrrelato, Manu Espada, (que va a ejercer de presentador de El hombre que cabía en la palma de su mano el próximo 22 de septiembre), habla de la desactivación de metáforas ―esto es, usar expresiones metafóricas o frases hechas en sentido literal y no figurado― y te menciona como uno de los expertos en esta técnica. En tu libro encontramos ejemplos abundantes de desactivación (“Ligados”, “Sinsabores”, “Don…). ¿La tendencia se ha convertido en una costumbre en tu vida diaria?
La verdad es que sí forma parte de mi día a día. Quien me conoce bien puede dar fe. Me suele pasar a veces que me viene a la cabeza algún juego de palabras o doble sentido y tengo que censurarlos porque me pilla en un momento en el que resultaría fuera de lugar.
En textos como los que nos ocupan, los títulos juegan un papel fundamental, completando el relato y dando claves para su interpretación. ¿Te resulta difícil dar con el título adecuado?
Precisamente fue gran problema. Cuando le pasé el manuscrito a la editora, solo un 20% de los textos llevaban título. Como bien dices, el título es muy importante, sobre todo en textos tan breves, ya que pueden estropear el conjunto, por lo que tuvimos que darle muchas vueltas para encontrar los títulos adecuados. Pero al final me he quedado satisfecho.
¿Crees que el hiperbreve necesita de la complicidad del lector más que otros subgéneros del relato?
Totalmente. Al ser un formato tan breve es indispensable el uso de la elipsis. Y por ese motivo se precisa la colaboración del lector.
A veces se acusa al hiperbreve de quedarse en el chiste o la mera pirotecnia en detrimento de la narratividad. ¿Qué necesita un hiperbreve para evitar ese peligro?
Es un peligro que hay que evitar y en ocasiones puede resultar difícil diferenciarlos. Yo creo que un microrrelato o hiperbreve debe usar el humor de forma sutil y al servicio de la historia, que esta no sea una mera excusa sino que formen un conjunto.
¿Usas la famosa libretita de los relatistas para apuntar ideas o eres más de nuevas tecnologías?
Me gustaría decir que escribo en una cabaña de madera junto a un lago en una máquina de escribir antigua. Pero mentiría. Soy muy práctico y utilizo la tablet y la “nube” para guardar mis archivos. Pero quién sabe, quizás dentro de 20 años escriba en la cabaña junto al lago.
Tu libro tiene un título llamativo y muy adecuado a su contenido, que a su vez es el título del primer texto. ¿Cómo se te ocurrió? ¿Barajaste otros títulos o “nació así”?
Nació gracias a un hashtag que propuso un usuario de Twitter. El hashtag era #relatítulo (narración que consta solo de título). Y pensé en una imagen que fuera difícil de imaginar: el hombre que cabía en la palma de su propia mano. Inmediatamente me pareció que sería un buen título para el libro. Le quité el “propia” y así se quedó.
Las ilustraciones de Riki Blanco casan perfectamente con los textos. ¿Os conocíais de antes de la publicación o la colaboración surgió mediante la editorial?
La primera vez que vi sus ilustraciones fue en el libro Seísmos, de Javier Puche. Poco después contacté con él a través de Facebook para encargarle una ilustración para un encuentro de escritores de microrrelatos en el que era tradición llevar un texto escrito sobre algún objeto de forma original. Mi propuesta no fue precisamente original porque se trataba de una ilustración en una cartulina, pero gustó. Le propuse que ilustrara mi libro, aceptó y a partir de ahí busqué editorial.
Hace unos años hubo una auténtica explosión de blogs abiertos por relatistas. Tú también tienes uno, Microrretales, inactivo desde 2015. ¿Por qué decidiste dejar de actualizarlo?
Supongo que como muchos otros autores. Lo que pasó es que Facebook sustituyó a los blogs de una manera más rápida y práctica.
¿Podrías recomendarnos algún(os) otro(s) autor(es) de hiperbreve según tus preferencias personales? ¿Qué le pides tú a este tipo de textos en otro autor?
Me gusta la capacidad de impactar en muy pocas palabras. En ese sentido, uno de los mejores es Santiago Eximeno. También recomendaría a José Luis Zárate y a Javier Puche.
Para terminar, nos gustaría que seleccionases algunos de tus textos favoritos de El hombre que cabía en la palma de su mano para poder compartirlos con nuestros lectores.
EL AHORCADO
Fin_lmente, encontró un _otivo para n_ quita_se la vida.
GARANTÍA
Se vende máquina del tiempo. Si no queda satisfecho, puede devolverla durante los siete días anteriores a la fecha de compra.
HONOR PATRIO
El capitán fue condecorado con la Medalla de Honor. Había dado la vida de todos sus soldados por la patria.
HEREJÍA
Persiguieron a la bruja que aseguraba que la Tierra era redonda. Para atraparla tuvieron que dar varias vueltas al mundo.
SE PRECISA VIDENTE
—Llamaba por lo del anuncio que publicaréis mañana.