por Marina Limiñana
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Revisitar a Lorca siempre es un placer. Regresar a Nueva York, la ciudad universal, también. La experiencia se convierte en extraordinaria al fusionar arquitectura con literatura, bien sea la prosaica como la poética, y que el combinado dé frutos atractivos. Esto es lo que ha logrado hacer Gaspar Jaén i Urban, arquitecto y urbanista básicamente, pero también, escritor, poeta y dibujante en su libro El paisaje urbano de Nueva York en la obra de Federico García Lorca. Jaén funde en un ensayo, de ágil y rápida lectura, la arquitectura de Nueva York con la obra de Federico García Lorca, como resultado de veinte años de investigación. El arquitecto, que pertenece al Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía de la Universidad de Alicante, donde imparte docencia en dibujo técnico, habla en esta entrevista, sobre su acercamiento primero a Lorca y su obra, su continuo interés por el escritor granadino y las causalidades de la vida, que no casualidades, para acercar su profesión a las letras.
Pregunta: ¿Cuáles fueron los orígenes de esta obra que ahora se publica?
Gaspar: Es una investigación que llevo veinte años haciendo, desde 1993 hasta el año 2013. Se inicia en Nueva York porque, en aquellos momentos, tenía un encargo para clausurar, en el Colegio de Arquitectos de Barcelona, un Máster de Paisaje que llevaba un catedrático de Urbanística, ya fallecido. Yo elegí aquel tema y le pareció bien.
Mi relación con la obra escrita de Lorca y, concretamente, con Poeta en Nueva York se remonta a mis diecinueve años; eso era el año 1970-1971. Fue una de las obras que más me ha impactado, culturalmente, digamos, a lo largo de mis lecturas. Entonces, en aquellos momentos, lo que yo di fue una conferencia en el Colegio de Arquitectos de Barcelona, en catalán. La preparación de la conferencia la hice en Nueva York, donde estuve un mes, en primavera de 1990, y todas las fotos son de ese viaje a Nueva York. Nunca he hecho fotografía más que como estudioso, como turista. Preparé, para la conferencia, algunas fotos antiguas de libros y mías. Esa fue la primera aproximación al tema. Una segunda aproximación al tema fue la publicación en 1993, en la separata de la revista Canelobre, en catalán.
Después, en el último año (2013), hasta que entregué el manuscrito, es la obra actual en castellano El paisaje urbano de Nueva York en la obra de Federico García Lorca. Digamos que, del paso de la conferencia a la segunda publicación, el contenido se multiplicó por dos; y ahora se ha multiplicado por tres.
P: ¿Qué destacas de la obra?
G: La novedad más remarcable de este libro es el hecho de que Poeta en Nueva York tiene unas circunstancias como de novela policíaca, de thriller, en el sentido de que cuando Lorca deja un original a José Bergamín, lo asesinan a los dos días. Aquel original, durante mucho tiempo, se dudó si – efectivamente – había existido o no, o en qué estado se encontraba. Después, este salió a subasta en Sotheby’s. Lo compró la Fundación Lorca, apoyada por el gobierno español, y se publicó en el 2013, por Galaxia Gutemberg, a cargo de Andrew Anderson, que es uno de los grandes lorquianos. Aquel manuscrito apareció, se expuso en la Biblioteca Pública de Nueva York.
P: Arquitecto, poeta, escritor,… ¿qué más?
G: Hago dibujos… Yo lo llamo dibujo, con acuarela o con…Jardins teixits, paisatges es mi obra que se puede ver por internet.
P: ¿Le interesa por alguna razón?
G: El dibujo ha sido siempre obra de los arquitectos. Estos (de mi despacho) son del año 71, cuando yo descubrí a Lorca y Poeta en Nueva York. Son tres venus, que era lo que hacíamos en la Escuela de Arquitectura. En las escuelas de arquitectura siempre ha habido una intensa formación gráfica; en ellas ha habido siempre tres puntos fundamentales: dibujo, matemáticas y física. Eso era la base de la arquitectura. Todo lo demás era como ornamentos. Hay historia, hay construcción…
P: Pero ¿usted da dibujo, como profesor, dibujo técnico?
G: Yo doy dibujo técnico. Pero el dibujo técnico ha tenido muchos nombres; en un momento, se llamó industrial; en otro momento, se llamó técnico; en otro, se llamó lineal. Ahora, desde hace varias décadas, se llama dibujo de arquitectura. Va cambiando los nombres. La diferencia más clásica en Bachillerato era cuando se llamaba un dibujo lineal y un dibujo artístico.
P: ¿Por qué escoge a Lorca para hablar del paisaje urbano?
G: No hay un motivo. Todo son cúmulos de circunstancias. Yo tenía que hablar sobre el paisaje, dar una conferencia en un máster de paisaje, organizado por la Escuela de Arquitectura de Barcelona, y estaba entonces en Nueva York. Son sugerencias que te trae la vida. No te sé decir porqué. De todas maneras, de lo que hablo es de la obra escrita de Paisaje en Nueva York de Lorca.
P: ¿Utiliza más fuentes de información?
G: Hay tres partes muy importantes que son las que utilizo. Una son los versos de Poeta en Nueva York; otra son las cartas que Lorca le escribe a su familia y amigos, que tienen mucha importancia y más aún cuando lo asesinan en el año 36. De repente, toda su obra se cierra, cuando todo el mundo creía que iba a estar produciendo otros cuarenta años. Esta es una segunda fuente primaria. Y una tercera fuente es una conferencia que da sobre los versos de Poeta en Nueva York. En la conferencia Lorca explica los versos. Era muy didáctico.
P: ¿Qué es lo que encuentra en la obra de Lorca?
G: La obra de Lorca es una obra que, en los años que han pasado, (él está en Nueva York en el 29 y muere en el 36), en los ochenta y tanto años, ha ido subiendo de consideración en todo el mundo. Incluso, los intentos que hacen los fascistas españoles de desacreditarla, a nadie se le ocurriría decirlo hoy en día. Y cuando intentan negar el asesinato político, pues la muerte de Lorca es una muerte política… esta versión fascista corre por todo el mundo en los años 40 y 50. Conforme el tiempo ha ido pasando, ha ido quedando todo lo anterior en un segundo plano, y lo que ha quedado de Lorca en primer plano es su obra, la teatral, la poética, y su prosa. Esa obra, en todas las universidades del mundo ha ido cobrando una fuerza tremenda. Y la obra mejor que es Poeta en Nueva York, conforme va pasando el tiempo la vamos entendiendo todos cada vez más.
Casi todos hemos viajado a Nueva York y es un recurso habitual. Doy una referencia, donde alguien que está en Nueva York explica el paisaje de Lorca en Nueva York. En estos momentos, el Lorca que más éxito está teniendo es el Lorca en Nueva York.
Lorca usa unas metáforas que en el 30 no se entendían, que en el 40 se despreciaban, pero que, a partir del 2000, cualquier persona medianamente formada es capaz de entender y, si ha viajado a Nueva York, todavía más. El imaginario de Nueva York forma parte de cualquier persona medianamente formada.
P: ¿Es el mismo Nueva York el que Lorca vio que el de 2014?
G: Yo mismo, cuando preparaba el libro, con fotos mías del año 1990, me encuentro una foto donde aparecen las Torres Gemelas, me sorprendo porque esos edificios no están y son la imagen más famosa de toda la historia de la televisión y del cine.
P: ¿Desde qué ámbito se habla de Nueva York en el libro?
G: Básicamente, a nivel arquitectónico. Algo de sociología también, pero tratada de manera periférica. Lo que a mí me interesa es todo lo que tiene que ver con la arquitectura y con la ciudad, el uso de las ventanas, por ejemplo, como elementos metálicos.
P: Usted utiliza más documentación para construir el ensayo ¿cuál?
G: Otra de las fuentes secundarias que yo utilizo es una colección de textos críticos, que publica en los años 80 la editorial Taurus y que se llamaba El escritor y la crítica. Hay uno dedicado a Federico García Lorca. Por primera vez en España se hace crítica literaria de una forma moderna. Es un momento de eclosión tremenda de las editoriales. Entonces, ese volumen sobre García Lorca recoge el estado de los estudios lorquianos a mitad de los ochenta. Uno de los estudios es el uso del metal en la obra poética de Lorca, cómo utiliza los metales. El autor de esta edición, cuando habla de los metales, habla de ellos como instrumentos de muerte. Dentro de los metales como instrumentos de muerte, en la obra anterior a Poeta en Nueva York (que supone un gran punto de inflexión en la obra lorquiana) toman la forma de instrumentos de muerte, incluso las monedas hechas de metal.
P: ¿Su investigación qué descubre?
G: Lo que yo avanzo es la importancia que tiene, en el paisaje de Nueva York, el elemento metálico, al que estamos ahora acostumbrados a ver hoy en día. Pero en 1929, en Nueva York sí había, mientras que en España no había aluminio en los elementos arquitectónicos, como ventanas o puertas. La lectura que yo hago es que los elementos arquitectónicos que incluyen metal forman parte de los instrumentos de muerte que Lorca ve en Nueva York. Como ejemplo, en la página 71 del libro, hablo del acero por todo Nueva York. Lorca escribe su propia poesía con unas referencias, que es el mundo que lo está rodeando.
En 2013 se publica un libro en Galaxia Gutemberg, de Christofer Maurer y Anderson, que es Federico García Lorca en Nueva York y la Habana. Cartas y recuerdos, libro con una gran investigación.
P: ¿Difiere el paisaje urbano que refleja Lorca del que encuentras tú cuando vas a Nueva York?
G: No lo sé. Eso es imposible de saberlo. Hay un libro que referencio en la página 35 donde explica cómo es el funcionamiento de la ciudad entre 1918 y 1940, que es la época en que Lorca lo visita. Lo único que puedo llegar a relacionar es que una gran cantidad de edificios que ahora forman parte de Nueva York de una manera total, en aquellos momentos estaban en construcción; como una gran cantidad de edificios todavía no se habían empezado a edificar.
Referencias bibligráficas:
Jaén i Urban, Gaspar, El paisaje urbano de Nueva York en la obra de Federico García Lorca, Alicante, Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2014.
Jaén i Urban, Gaspar, «El paisatge urbà de Nova York en l’obra de Federico García Lorca» en Canelobre, 25 (separata del monográfico Imágenes de nuestra América), Alicante, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, Alicante, 1993.
Fotografías de Gaspar Jaén i Urban