La memoria tiene grietas que la ciudad tensiona.
Después de cada fractura,
un recuerdo, una activación,
una nueva ciudad.
▲1999 – Una niña discute con su padre porque quiere ponerse un mono (de esos azules de faena) para trabajar con él en verano. Su padre insiste en que eso no son cosas de chicas.
▲2003 – Alguien en un aula escucha por primera vez la palabra feminista. A continuación se pregunta: ¿seré una de ellas?
▲2005 – Dos amigas de 21 años van al hospital Virgen de la Arrixaca para pedir la píldora del día después para una de ellas. No son de la Región de Murcia y tienen tarjeta sanitaria de otra comunidad autónoma. El médico que las atiende les dice que sus padres recibirán una notificación sobre el tipo de pastilla que solicitan, insiste en que, en el fondo, es un tipo de aborto y les explica que esto no es un juego.
Las dos salen de la consulta confusas; por un lado desconcertadas, por la conversación y por otra cagadas de miedo, por si tienen que dar explicaciones. Durante semanas se preguntan si habrá llegado la carta a casa. Con el tiempo se les olvida.
▲2007 – Una niña trans se pone delante de su clase y les explica que, de ahora en adelante, quiere que la llamen Julia en lugar de Julio. Su clase entera la abraza, ponen en marcha una asamblea feminista en el instituto.
▲2008 – Mireia y su abuela trasplantan un poto, su abuela le explica cómo poner la tierra, cómo regar la planta. Meses después la abuela sufre un infarto y muere. Mireia ve en cada poto las manos de su abuela, sus consejos y gestos. Se pregunta si le pasará a más gente eso de ver a sus abuelas en las plantas.
▲2011 – Alguien vuelve del trabajo y un tío la persigue. Ella corre y cuando él la alcanza, ella lo empuja con fuerza y lo tira al suelo. Consigue, entre nervios, abrir el portal de casa, una vez dentro, llora como si no hubiera un mañana. El miedo era eso. Dos días después se compra una bici, ahora puede volver tranquila a casa. La seguridad también era eso.
▲2014 – Lara cae en la cuenta, frente a la fachada de la catedral de Murcia, que la única imagen con una mujer leyendo que conoce en la ciudad, es la de la santa que hay en la fachada principal ¿será posible?
▲2015 – Un grupo de activistas aprende que el entusiasmo también puede acabar con un grupo ¿se puede morir de éxito? Alguien entre quintos dijo que sí.
▲2016 – Una chica de 16 años se reconcilia con su abuela mientras ve su antiguo álbum de fotos. Se reconoce en sus fotos y relativiza lo machista que le parece en algunos momentos.
▲2018 – Marta y Laura se encuentran en la manifestación del 8 de marzo en la Gran Vía. Nunca habían visto a tanta gente, se abrazan, hacia tiempo que no se veían, se emocionan nivel sororidad. Bailan, gritan y cantan: Murciaaaaaaa, Murciaaaaa feministaaaaaaaaaaaaaaa.?
Texto publicado en el nº3 del Femzine ma(u)rciana Vulva Estelar