Georgiana Phua, 1985, Singapur. Diplomada en Bellas Artes con énfasis en Historia del Arte del School of the Art Institute of Chicago y Máster de Arte del Goldsmiths College, Universidad de Londres. Su rango de trabajo es muy amplio y multidisciplinar que va desde el bordado y pintura sobre tela hasta collages y modelados en cerámica. Recientemente ha realizado una residencia artística durante su año sabático en España.
Georgiana ¿porqué tu interés por España?
Vine a España por primera vez en 2006 y me encantó la cultura española y el paisaje diverso, muy diferente de Singapur. Los españoles son muy apasionados y expresan mucho gusto por la vida. Generalmente, los asiáticos, incluso los Singapurenses, son más estoicos y no expresan tanto sus emociones. Volví a España muchas veces y descubría más del país cada vez. En 2009, hice un semestre de intercambio en la facultad de bellas artes en la Universidad Complutense aquí en Madrid como parte de mi carrera. Por otro lado, empecé a aprender la lengua española en 2007 y decidí dedicarme a estudiar español con más intensidad durante mi año sabático para mejorar mi nivel.
Tu investigación se ha centrado en curiosidades españolas como santos y sus atributos. ¿De dónde te viene éste hincapié?
Estudié historia del arte en la universidad que se enfoca mucho en el arte occidental que tiene una tradición de representar los santos y las escenas de la Biblia. Era complicado distinguir entre un santo y otro, y empecé a investigar las características diferentes de cada santo y su historia. Me interesan la simbología en pintura y como se representa con objetos- la flecha, la palma de mártir, el pecho, los ojos- a veces un poco sangrientos.
Por otro lado, en España se celebran muchos festivos relacionados con los santos aunque cada vez hay menos personas religiosas. Veo con mucho interés como celebran las tradiciones de los festivos en los pueblos, que es muy novedoso y rico en sus imágenes.
¿Has llegado a alguna conclusión sobre el tema tras tu residencia artística?
Mi motivo era investigar los santos y sus vínculos con la cultura española.
Para mi, el cuerpo de santo es un foco del momento. Fuera del arte, tenemos como reliquias partes del cuerpo de los santos incorruptos. Leí un artículo que dijo que Franco dormía con la mano de Santa Teresa a su lado por muchos años – me fascina mucho la idea que el cuerpo sagrado, como símbolo, pueda llevar tanto poder o protección.
¿De que manera te ha ayudado la residencia en el desarrollo como artista?
Es mi primera residencia de artista. Como tengo una carrera profesional fuera del mundo del arte (trabajo en el sector de educación), no dedico la mayoría de mi tiempo al arte. Con la residencia, pude enfocarme en mi arte dentro de un ambiente sin distracciones y participar en la comunidad con otros artistas. Creo que es importante tener este espacio no solo físico, sino también mental para hacer arte.
Cuentanos un poco sobre el mercado de arte en Singapur. ¿Cómo es la posición actual de la mujer artista en tu país?
En Singapur tenemos una sociedad multicultural y multiétnica. Las tradiciones artísticas son muy diversas, mezclan los medios tradicionales con la tecnología y el diseño, aunque el mercado del arte es mucho más pequeño que el de España. Como mujer y artista, tenemos las mismas oportunidades de exponer nuestro arte en los museos o galerías que los hombres. Creo que es una situación parecida en todo el mundo, que en las academias de arte se suele ver más chicas que chicos.
¿Qué es lo que más has hecho de menos durante tu estancia en España?
Sobretodo a mi familia y mis amigos en Singapur. A veces, también echo de menos la comida singapurense, porque no es posible encontrar un restaurante dedicado a la comida singapurense en Madrid.
El bordado es otra vez muy «in». ¿Cómo has llegado a trabajar el bordado?
Cuando era niña, mi madre bordó un delantal con mi nombre, y así aprendí que bordar era una manera de dibujar o escribir, pero con una calidad muy táctil. Tuve una asignatura en la secundaria en la que me enseñaron a coser y bordar con la máquina de coser, pero no lo hacía mucho.
Al principio de mi carrera pintaba sobre tela y luego empecé a bordar encima de mis pinturas después de una asignatura de fibras en Chicago.
El bordado tiene una historia muy larga, como una manualidad femenina y por muchas mujeres de épocas anteriores, era la única forma de expresarse. Ahora vivimos en un mundo dominado por las pantallas y cosas instantáneas, el bordado es totalmente lo contrario y así creo que apreciamos más este medio de expresión.