Una de las personas de las que tenía pensado hablar para Amanece Metrópolis era Doris Day. Hace unos meses, pensando en ello, acabé en mi antigua habitación de casa de mis padres buscando un cd que teníamos en casa desde que era pequeña, un recopilatorio de los años 50 en el que había una canción interpretada por ella y que escuché por primera vez cuando era una niña. Pensé que ya escribiría sobre ella más adelante, y hace unos días falleció. Es una triste excusa para por fin ponerme a escribir acerca de esta artista y dedicarle este artículo.
Quizá es extraño que, para una niña que estaba todavía en el colegio, una de mis películas preferidas fuera “No me mandes flores”, de Norman Jewison, con Doris Day y Rock Hudson. Otra de mis películas preferidas era “Matar a un ruiseñor” (próximamente escribiré sobre Harper Lee). No eran las películas que veían los niños de mi edad, de hecho recuerdo ponerle a un amigo y vecino “No me mandes flores” porque quería que también la viera, pero me dijo que era un aburrimiento y me enfadé bastante con él.
Doris Day, nacida Doris Mary Ann Kappelhoff el 3 abril de 1924, murió este pasado 13 de mayo a causa de una neumonía con 97 años. Fue una de las mayores estrellas de Hollywood, y sus películas, especialmente las que hizo junto a Rock Hudson, son totalmente patrimonio del cine. La parte oscura de esto, es que sus personajes siempre intentaban -a modo de comedia- ridiculizarse, como se hacía en general con el papel de la mujer.
Cuando era niña quería ser bailarina, pero tuvo que abandonar su sueño porque se rompió una pierna en un accidente de coche. Mientras se recuperaba, escuchó muchísimo a Ella Fitzgerald y comenzó a cantar en casa por su cuenta. Inició su carrera musical con 15 años, y rápidamente consiguió el estrellato como cantante. Cuando empezó a trabajar con Hitchcock también se catapultó como actriz en todo el mundo. Nunca ganó un Óscar como actriz -aunque sí con dos de las canciones que interpretó- y sólo fue nominada una vez por “Confidencias a media noche”, en la que también compartía reparto con Hudson. Recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 2004 y un Grammy por su trayectoria en 2008.
El movimiento feminista en la última parte del siglo pasado quería cambiar la legislación y organizar grupos sociales para vigilar la ideología en los medios de comunicación y en el lugar de trabajo. En los años 60 y 70, muchas columnas de revistas fueron dedicadas a temas relacionados con el feminismo. Hubo muchas feministas que criticaron algunos papeles de Doris Day en pantalla como perjudiciales para el movimiento, porque las mujeres que interpretaba eran demasiado complacientes, conservadoras, convencionales y morales. En realidad, Doris Day ayudó en ese cambio lento. En la década de 1990 –en la que yo empecé a ver las películas que protagonizaba-, hubo un nuevo énfasis del movimiento feminista que venía de la “Tercera Ola” y comenzó a alentar a las mujeres a mejorar la posición colectiva en la sociedad al centrarse en el logro individual y la realización personal. Teniendo en cuenta estos estándares, los papeles de Doris Day iban tres décadas por delante de este movimiento organizado. Sus roles tenían capas de profundidad, presentaron a una mujer que estaba usando sus talentos y viviendo una vida plena sin la necesidad de un hombre, y esto, en los años 60, era algo impensable. Doris Day lo tenía todo antes de que alguien pensara que lo quería todo. Es discutible que los cineastas a finales de los cincuenta y principios de los sesenta comenzaran a presentar historias que reflejaban la visión cultural cambiante del lugar de la mujer. Sin embargo, la personalidad de Doris Day fue capaz de representar estos roles con habilidad, gracia, ingenio y entusiasmo, y las audiencias no hubieran sido tan rápidas en aceptar la posibilidad de mujeres reales en estas posiciones.
A pesar de que sus películas iban decayendo, como poseía poder en la industria, pidió cambios en su papel en El Show de Doris Day, dándole una enorme importancia a su imagen, convirtiéndose en una actriz reivindicativa de una forma directa, sin estar oculta la intencionalidad. Aprovechando su vuelta al éxito, decidió utilizar su imagen de celebridad para ayudar a la causa de la negligencia y abuso de animales. Siempre fue muy reservada con sus problemas y no los mostraba, intentaba ocultarlos y sus amigos siempre la veían bien, pero cuando se trataba de los animales fue la primera vez que la vieron llorar. Cuando en 1973 le pidieron renovar su contrato en su show, ella decidió abandonar con menos de 50 años el mundo del cine para dedicarse de pleno a la lucha por los derechos de los animales.
Le pertenece la famosa frase “Cuanto más estudio a los seres humanos, más amo a los animales”.
La perfecta pareja Doris Day – Rock Hudson eran lo opuesto en la vida real. Rock Hudson al que siempre mostraron como mujeriego, en la vida real era homosexual. Doris Day parecía la eterna inaccesible, a pesar de que en su vida real se casó cuatro veces, se divorció tres, y quedó viuda una. Su único hijo falleció, sufrió una crisis mental y tuvo problemas financieros debido a uno de sus maridos, que derrochó la fortuna de la actriz. Una de sus parejas la violó, otro le pegaba, incluso llegó a apuntarle con un arma la barriga cuando quedó embarazada de éste. Acabó divorciándose de él y tuvo sola a Terry Melcher, su único hijo. Su relación con él siempre fue muy cercana, casi de amistad, hasta que murió antes que su madre, a los 62 años.
Ocurre constantemente con algunos actores y actrices: ocultan otra vida y nosotros pensamos en cómo son sus personajes, no en ellos mismos. Doris Day, tras la desilusión que tuvo con su padre -que engañaba a su madre-, siempre quiso tener una relación ideal de pareja, y hasta decía que su aspiración era casarse. Luego descubrió que sus metas eran otras. A pesar de los problemas que tuvo a lo largo de su vida supo recomponerse, compartir con los espectadores una imagen con la que hacernos disfrutar, cambió mentalidades y fue más reivindicativa de lo que ella era consciente, y finalmente se dedicó por completo a su Fundación de Animales por la que luchó hasta el final de su vida. Su 97 cumpleaños lo celebró con una recaudación de fondos benéfica.
Fue la única actriz que apoyó a Rock Hudson cuando desveló su identidad sexual y contó que tenía sida. Por entonces la enfermedad era una completa desconocida. Doris Day estuvo con él en todo lo que pudo, incluso le ofreció vivir en su casa y cuidarlo ella. Habían sido grandes amigos, y en un programa que tuvo Day en el que invitaba a personalidades, su primer invitado fue Hudson, que fallecería dos meses después. En ella hablaban de lo mucho que echaban de menos reírse juntos, y Hudson decía que jamás había vuelto a reírse tanto como lo había hecho con ella.
Grabó más de 600 canciones y casi medio centenar de películas. Los últimos años de su vida se mudó a Carmel By The Sea, en California. Se hizo llamar Clara. Precisamente supe acerca de Doris Day cuando era una niña gracias a una de mis hermanas: Clara, que casualmente es su cumpleaños en la fecha en la que se publica este artículo, así que aprovecho para felicitarla y darle las gracias por los descubrimientos cinematográficos y musicales que siempre me ha hecho. Si no fuera por ella, no habría conocido en mi infancia a esta heroína feminista.