Ignacio de Vicente y Cristina Bodelón obtuvieron el Premio al Mejor Cortometraje y a la Mejor Actriz para Marta Nieto en el Festival de L’Alfàs del Pi con el cortometraje De repente, la noche, que busca en la mirada de la protagonista el interior y sentimiento de una madre en distintos ámbitos de la vida.
Elena y Mario tienen una hija pero acaban de perder a otro antes de nacer. Quieren a toda costa tener ese segundo hijo, que será la felicidad para el matrimonio, pero para ello ella tendrá que guardar reposo absoluto y no hacer ningún esfuerzo. Bueno solo uno, ser paciente y que la soledad sea su aliada.
De repente, la noche posee esa atmósfera que nos traslada a una intriga, aquí implantada en la familia, en lo emocional que se cruza con la piel de la protagonista sobre todo, aunque cada uno de los miembros de la familia llevan su carga encima.
Plantea un debate importante y es anteponer el valor de la mujer como persona al de madre, o viceversa. Pero lo abarca desde la objetividad de esa mujer que se ve aislada por diferentes razones, que los contrarios no tienen la culpa, pero que no ayudan a que se lleve con la normalidad adecuada las circunstancias.
Muchos pensarán que es una mirada egoísta la que está trasmitiendo el papel de Marta Nieto y otros pensarán que es al revés, que es el padre protagonizado por Cristobal Suárez. Incluso en esa faceta se ve a la propia hija, distante con su madre y mucho más cercana al padre.
Al mismo tiempo hay un planteamiento que ahonda en la necesidad de otra persona para mantener una relación, en este caso otro hijo, y ahí en la dependencia de alguien es cuando uno comienza a entender al personaje principal, a ver como sentirse aislada, en soledad sin ni siquiera poder expresar lo que siente le da un derecho, a una elección personal, que sería el eterno debate que hoy en día nos podemos encontrar en cuanto al feminismo y machismo en estos casos, y quién tiene el poder de decisión en su cuerpo.
Lo directores de De repente, la noche saben que la temática que abordan dará que hablar y explican con estas palabras la razón de su trabajo:
«Como directores nos parecía interesante y necesario explorar uno de los temas tabú de nuestra sociedad, el del lado oscuro, no ideal de la maternidad, a través del retrato de una mujer atormentada en una situación límite.
Y plantear una reflexión sobre la instrumentalización del cuerpo femenino y los efectos que ésta puede tener en la psique de la mujer. Todo ello en clave de misterio«.