El director de «De poolse Bruid» es Karim Traïdia, de Argelia, estudió sociología en París, y luego se trasladó a Holanda donde completó sus estudios en la Academia de Cine, desde entonces ha trabajado como cineasta.
El inicio del film nos toma de sorpresa a los espectadores, vemos una mujer desnuda, ensangrentada escondida entre los árboles de la granja de Henk, un solitario campesino que se dedica a trabajar la tierra. Esta mujer es Anna, una polaca, que ingresó a Holanda a través de dos hombres que la obligaban a prostituirse. Agobiada por la oscuridad de esta vida, y de las vejaciones a las que tenía que someterse, decide escaparse. Es ahí cuando el granjero la encuentra, la ayuda, la toma entre los brazos y la lleva a su casa.
Henk es un campesino, ermitaño, es un hombre rudimentario, sufrido, que ha permanecido aislado de las ruindades del mundo, por cumplir ciegamente la rutina del labrador, y hace mucho tiempo ha quedado viudo, es quien la encuentra, la baña, le cura las heridas y le ofrece albergue.
Entre estos personajes cuyo destino se han cruzado, imprevisiblemente se establece una peculiar relación, de mutua ayuda: el le da un libro para que aprenda el idioma, ella limpia la casa, cocina, le enseña modales a cambio de un sueldo, que envía a su hijita en Polonia. Pasado los días es notoria la presencia femenina en la casa, como un florero en la mesa, un mantel, una comida bien servida.
Con gestos simples, con pocos diálogos, en un escenario casi cerrado, comparten los días. La mujer que Henk curó y cobijó se ha convertido paulatinamente en el eje de su soledad. Se ha filtrado en su mutismo con utensilios tan sencillos como los que saca a relucir durante la partida de damas: la ternura, la dulzura , la descompresión de lo doloroso, crea un espacio apropiado para generar en ellos una atracción mutua y hasta un sentimiento muy fuerte.
Todo lo lindo se arruina con la llegada de dos mafiosos que exigen el regreso de la polaca que ellos habían importado, desencadenando un final esperado, sin embargo sorprendente.
La puesta en escena es austera, igual sucede con la banda sonora, pero la narración tiene la capacidad de plantear reflexiones muy profundas y además rescatar por completo la actuación de Monique Hendrickx como Anna, igual que la de Jaap Spijkers que interpreta a Henk.
«La novia polaca» es un filme totalmente recomendado, para seguir sintiendo que el séptimo arte tiene magia.
Excelente post !
Gracias Arrayan, me alegro que te haya gustado !