Hoy visita nuestra sección Concha García Ros, microrrelatista nacida en Cartagena en 1974. Es licenciada en Pedagogía y ejerce como orientadora escolar. Sus relatos han sido incluidos en las antologías Lectures d´Espagne 3 (Lectures d´Ailleurs, 2014), Buffet libre (Valencia escribe, 2015), Cincuentos (Esta noche te cuento, 2015), Cuenta que te cuenta hasta 150 (Premio Primer Certamen Puñal, 2015), El tiempo y la vida (Valencia escribe, 2016) y Relatos con banda sonora (Valencia escribe, 2017). De mis nubes es su primer libro.
¿Has escrito microrrelatos desde tus comienzos en esto de las letras o empezaste con otros géneros?
Empecé escribiendo relatos cortos y prosa poética. Y más tarde, cuando descubrí el microrrelato, este me atrapó. Me parece fascinante la libertad que te da para condensar historias y para que el lector pueda hacer distintas interpretaciones de ellas. El microrrelato te sacude por dentro, en un instante te hace plantearte muchas cosas.
Para De mis nubes optaste por la autopublicación. ¿Qué ventajas y desventajas crees que tiene esta modalidad frente a la publicación editorial?
Sí, me embarqué en toda una experiencia. Para mí ha sido muy positiva. La autopublicación te da libertad a la hora de escogerlo todo, la forma, los detalles. Yo me decanté por Amazon y esta plataforma te permite llegar a muchos lugares, te ofrece la posibilidad de presentarte a un número elevado de lectores potenciales. Otra de las ventajas que para mí tiene es el poder ofrecer tu libro en formato ebook y en formato papel, que se imprime a demanda, con lo que evitas publicar tiradas que no sabes si puedes llegar a vender o no.
Como inconveniente señalaría que hay que dedicar mucho tiempo a la promoción, a la que te enfrentas tú sola, sin el respaldo que supone tener una editorial detrás.
¿Por qué De mis nubes? ¿A qué hace referencia el título?
El título De mis nubes surge porque siempre he estado un poco en ellas, me gusta imaginar y, a menudo, me quedo en Babia. Quería hacer referencia a esa capacidad de volar que tiene nuestra imaginación, a esa posibilidad de abstraernos, aunque sea a ratos, de la realidad. El libro pretende que pasees de una nube a otra, descubriéndolas.
Tu libro se divide en cuatro partes, ¿Qué está pasando?, ¿Mi tiempo?, ¡Grita! y Desnudos. ¿Tienen relación entre sí o son independientes una de otra? ¿A qué obedece esta estructura?
Aunque cada parte e incluso cada microrrelato es de lectura independiente, la estructura que presenta el libro se puede interpretar como un viaje. Empezamos asombrándonos con las cosas, transcurre el tiempo y crece nuestra memoria, nos rebelamos ante situaciones y el fin, en todo momento, es desnudarnos, conocer quiénes somos realmente.
¿Qué está pasando? agrupa microrrelatos que abordan situaciones que nos descubren de pronto otra perspectiva, nos dan una visión diferente a la que percibíamos, son instantes reveladores.
En ¿Mi tiempo? los micros nos interrogan acerca de este concepto tan amplio y tan ambiguo. Me gusta contraponer Kronos y Kairós. Kronos es el tiempo cuantitativo, el del reloj, Kairós como concepto del tiempo cualitativo, calidad de tiempo, momentos de reflexión, de inspiración, el momento justo para algo.
Y de vez en cuando hay que gritar… como en el tercer bloque del libro, donde se llega al límite. ¡Grita! nos presenta situaciones de este tipo y cómo reaccionan ante ellas los personajes.
En Desnudos terminamos quitándonos la ropa… en sentido figurado, claro. Esa desnudez llena de libertad, de encuentro con uno mismo, con el otro… Se trata de un desnudo total, desnudar el cuerpo, el alma, la mente, descubrirse.
¿Cuáles son los temas más recurrentes en De mis nubes?
El tiempo es un tema fundamental en el libro. Las pasiones que nos mueven y los miedos, los fantasmas propios, también están muy presentes.
La portada de De mis nubes, así como varios relatos del libro, han sido ilustrados por collages de Iván Fuster. ¿Cómo surgió la colaboración entre ambos?
Ha sido una suerte contar con la colaboración de Iván. Nos conocimos en el trabajo, un día vi una muestra de lo que hacía y me impactó. Le pedí que leyera algunos de mis microrrelatos y que si le sugerían hiciera algo para De mis nubes. El resultado me sorprendió. Los collages de Iván definen a la perfección esa ambigüedad de los textos que ilustran.
Sabemos que eres participante habitual en concursos tales como ReC, Esta noche te cuento, Cuentos para el andén…, y que algunos de los textos en De mis nubes nacieron gracias a ellos. Como microrrelatista, ¿qué te aporta la participación en estos certámenes, aparte del estímulo obvio de los premios?
Me hace esforzarme, plantearme retos, disfrutar con el proceso y, sobre todo, escribir más.
Al igual que otros autores de micros, tienes un blog, Nos vemos en Kairós, que por cierto comparte nombre con uno de tus relatos. ¿Qué te llevó a abrirlo? ¿Sigues actualizándolo?
El blog surgió por sugerencia de unos amigos, que me animaron a contar con ese medio para compartir mis relatos. Sigo utilizándolo, aunque con menos asiduidad que antes. Me propongo actualizarlo en breve.
El nombre del blog surge por esa fascinación que he comentado antes por el concepto del tiempo. Kairós es, entre otras cosas, un lugar en el que el tiempo se detiene. Todo es posible. Y en mi blog quiero que ocurra eso, que sea un sitio para escribir, leer y pensar, para evadirse.
Además de en el blog y las antologías mencionadas al comienzo de la entrevista, ¿podemos encontrar tus textos en alguna otra publicación?
Sí, soy colaboradora habitual de la revista digital Valencia Escribe, que se edita mensualmente. También he participado de forma ocasional en otras publicaciones como las revistas Minificción y Cuentos para el Andén.
Para terminar, ¿podrías recomendarnos algunos microrrelatistas a tu parecer imprescindibles y algún libro de micros que haya tenido gran impacto en ti?
Considero indispensables a Juan José Arreola y Augusto Monterroso. Me entusiasman los microrrelatos de Ana María Shua, y disfruto con los textos de los compañeros de Esta noche te cuento, sitio web de obligada visita para los apasionados del género.
Si tengo que escoger un libro de microrrelatos que me haya impactado, me quedaría con La sueñera, de Shua.
Para terminar, compartimos con los lectores algunos textos de De mis nubes, disponible en Librerías Picasso, Amazon y Casa del Libro:
EQUILIBRISMOS
Soy un acróbata, y de los buenos. Esta noche tengo más público del que esperaba. Me desenvuelvo como pez en el agua, calibro el riesgo a cada paso, alimentándome con la tensión que se escapa de esas caras boquiabiertas. Cada vez camino más seguro por el cable. Todos esperan el número final y no les decepcionaré. Cierro los ojos y salto mientras escucho los gritos de espanto y el sonido de la sirena.
UN DOMINGO MENOS
No soportaba ese aire perezoso y bohemio ni esa manía suya de pasar las horas muertas leyendo; odiaba las salidas al monte, las comidas con familiares y amigos, las tardes de cine o cafés. Aunque, en el fondo, lo que de verdad detestaba es que todos le prefirieran. Así que, al llegar la medianoche y de forma sigilosa, como buen lunes, acabó con él, imponiendo de nuevo el orden.
ERRANTE
Hace un año la encontré tumbada en la cuneta. No sé de dónde viene, ni cómo se llama.
Me gusta verla despertar, despega los párpados y su luz verde divaga incapaz de posarse un instante. Inocente me abraza, a veces riendo, otras gritando. En ocasiones se muestra esquiva y desaparece, hasta volver con la prueba de su victoria.
Hoy ha sido un mechón de pelo. Me lo muestra eufórica mientras me cuenta que la ha vuelto a vencer. La nueva calva afea su aspecto. Sin saber qué hacer la beso, esperando romper algún día el encantamiento.
CRISTALES
La mira a través del vidrio. Tan cerca, sin tocarla. Su boca muda le pide auxilio. Su cuerpo se le desvela, despacio, mientras la ropa va poblando el suelo. El movimiento curvo, hipnótico, lascivo, le arrastra. Esa cadencia le saca de sí, le funde con ella, la chica de ayer. Aún recuerda el primer encuentro, aquella chispa eléctrica al cogerle la mano. Su chica de hoy, a un lejano metro de distancia. Sólo tiene que romper el maldito cristal.