¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.
Miguel Hernández
Poeta
Poeta
La cita de esta semana supone un paréntesis porque no es de un economista, no es una frase y no va a haber explicación sobre el autor. Paréntesis obligado, en la semana en que se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández. La actualización forma parte de la obra «El rayo que no cesa«. Porque hay rayos que no cesan ni se agotan.