El insomnio es una cosa muy persistente, aún no ha conseguido aprender a dormir en el hospital. Pese al cansancio, continua hablando con su marido mientras le dedica una sonrisa para aplacar sus temores. Evocan un pasado de momentos buenos y no tan buenos, aunque todos emotivos. Se apagan las luces, pero solo cuando está segura de que él duerme, se permite un respiro. Acompañarle estas últimas semanas ha resultado extenuante. Por fin cierra los ojos y se sumerge en un plácido sueño. El hombre, junto a la cama, ni se da cuenta de que su mujer se ha ido.