Eva García
Madrid, en el año de las revoluciones primaverales, me vio nacer entre nieves. Siempre contracorriente, emigré al norte celta y a pesar de mi formación de ciencias, disfruto con las letras. Escribo por necesidad y el microrrelato me da la satisfacción de poner final a las historias que me hacen cosquillas en la cabeza.
Lodos de barra
Siempre intento hacer bien mi trabajo. Es lo único que logro mantener un poco estable en la vida. Sonrío a las mamás de las nueve cuando...
La enfermera
No celebraré jamás que se repita el día en el que fui consciente de haber llegado tarde al mundo. Ese día que te vi por...
El pueblo impoluto
Como una llovizna que resbala por el terciopelo de los albaricoques maduros, sin empaparlos ni limpiar su piel, el hombre del...
Las noches de Eva
Los días que la vida se empeñaba en astillarle el corazón, soñaba en subjuntivo. Despertaba renovada, chorreando ilusiones, con...
Desconsuelo
Cuando la noche amenaza ser fría y borrosa, me basta evocar su boca procaz. Esa lengua que acariciaba, inconsciente de su efecto,...