Ciudadrealeña de nacimiento pero residente en Alicante, Vanesa Álvarez Menchero (1989) nos habla de su vida, su trabajo y de sus muñecos hechos de manera artesanal.
El arte para Vanesa es…
Libertad, imaginación, color, sentimiento, transmisión de conocimientos, evasión y terapia.
Vanesa presenta
Sus muñecos hechos con arcilla polimérica o fimo, un material que se trabaja en seco y se modela con las manos. Para que el material coja firmeza se coloca en el horno durante 30 minutos y posteriormente se le da un acabado de brillo con barniz. Es un trabajo de precisión y dependiendo de la dificultad de la pieza el trabajo puede tardar en realizarse hasta dos horas.
Vanesa confiesa que este proceso de creación forma parte de un aprendizaje autodidacta y de continua exploración con el material, empezando con figuras simples o planas hasta llegar a figuras con volumen y detalles
Fuentes de inspiración
Diversas son las fuentes de inspiración que le sirven a Vanesa para crear. La más importante de todas es, sin duda, su día a día. Se nutre de las cosas que ve y le gustan pero también de aquello que cree que puede funcionar o que directamente le piden.
En su proceso creativo no puede faltar la música. Seguidora de grupos como Mäbo o Natalia Lafourcade pero también de cantautores como Perotá Chingó o Aurora, este tipo de música y el ambiente que crea le proporcionan una inyección de optimismo, superación y alegria.
Planes de futuro
Vanesa se imagina en un futuro dedicándose al arte. Pero no sólo a la artesanía sino a una de sus grandes pasiones, el teatro infantil y el contar historias tanto mayores como a pequeños. En resumen, a todo aquel que quiera escuchar, disfrutar y pasar un buen rato.
Por lo pronto, se encuentra en pleno proceso de creación de “Oh, que guasa!”, proyecto en el que Vanesa pretende compartir y difundir sus creaciones junto con las de otros artesanos.
I ♥ Alicante
Vanesa tiene claros cuales son sus lugares favoritos de Alicante:
El barrio de Santa Cruz por sus colores, su encanto, por su autenticidad y vida. Y el Monte Benacantil, en plena naturaleza y el lugar idóneo para desconectar del bullicio de la gran ciudad.