Excusatio non petita
Cada año la fortaleza Bastiani trae los mismos e insoportables rigores y las mismas e indeseables rutinas. Al llegar el año Nuevo se ve uno impelido sin que nadie le obligue a realizar la lista de las mejores películas del año pasado.
Hace ya bastantes años dejé escrito en alguna parte que la lista carecía de sentido pero la he seguido haciendo. ¿Por qué tanto desagrado?. Es explicable. ¿Por qué la sigue haciendo?, eso es mucho más difícil de explicar, tanto como nuestra propia permanencia en la fortaleza Bastiani.
En primer lugar llegados a un punto en que cada vez me siento menos obligado a seguir la actualidad cinematográfica, no se me ocurre obligación más absurda y pesada, la lista que les presento a continuación es cualquier cosa menos un guía fiable sobre cómo ha ido el año y cuáles son las mejores películas. Creo que todas son muy buenas, simplemente. Si me apuran les diré que probablemente la mejor película de 2016 la descubra durante el primer trimestre de 2017 . O que la mejor película de 2016 ha sido «Las campanas de Santa Maria» (Leo McCarey, 1946). Bueno, eso sonaría a nostálgico o a lamento por un cine perdido. No es ése mi discurso. Simplemente el film de McCarey me apeteció verlo en su momento y me sobrecogió y me admiró de forma superlativa. No saco conclusiones de ese tipo quejumbroso.
En segundo lugar es un disparate tener que hacer una lista cuyo número 1 es una película de 2011 estrenada en su país en 2012. Evidentemente eso no es culpa de Numax, la distribuidora que arriesgó durante este curso por «La venganza de una mujer», sino culpa de las distribuidoras a las que no se les pasó por la cabeza ni en broma durante el año 2012 estrenarla.
Pero ¿qué hacer?, podría confeccionar una lista donde obligatoriamente las películas fueran producciones de 2016 como hacen los críticos de cine más rigurosos. Pero ni yo estoy bendecido con ese tipo de rigor ni la lista resultante tendría nada que ver con la experiencia vivida durante el año por el tipo de lectores que aspiro (humildemente) a que me lean.
En último lugar es un fastidio no incluir magníficos films que uno ha podido ver de forma completamente legal pero que no han sido agraciados (ni lo serán) con su estreno en salas, con lo que por primer año voy a dinamitar es barrera. En la lista entran películas que han sido estrenadas durante el año únicamente en (VOD) o sea pago por visión.
El año pasado Amanece Metrópolis puso en los títulos elegidos un enlace a lo que yo había escrito de la película en su momento. Creo que es una buena idea probar otra cosa y abordar brevemente cada película desde ahora, desde este enero ya postrero a 2016. Obviamente es difícil que tan poco tiempo haya cambiado mis opiniones. Pero el paso de los meses da un matiz importante a tu recuerdo y es toda una experiencia probar a escribir sin esa inmediatez.
Damas y caballeros: mis películas favoritas del año 2016 son las siguientes.
1- La venganza de una mujer (Rita Azevedo Gomes, 2012)
Estrenada en mayo por la distribuidora Numax y no siendo ajeno el largo trabajo de reivindicación de la revista Lumière, lo que constituye un éxito excelente como críticos (para esto debería servir el oficio), la película de Rita Azevedo Gomes es un poco usual ejemplo en cartelera de cine poseído por un concienzudo uso de sus elementos expresivos. Es una película que parece jugar en otra dimensión, en otra liga, sin mirar a las demás. No puede uno menos que esperar que se estrene también entre nosotros «Correspondencias».
2- Las mil y una noches:Vol.1, El inquieto (Miguel Gomes, 2015)
Otra vez Portugal. Un país culto que mima al cine presente, pasado y futuro. Ellos tienen sus propias quejas, claro, como que la retrospectiva Bergman que triunfó en los cines era a base de proyecciones en blu-ray pero ya nos gustaría tener aquí una retrospectiva Bergman triunfando en los cines.
No ha sido un simple juego el especificar que elijo el volumen 1. Los otros dos que conforman esta trilogía me parecen exageradamente inferiores a este inicio y exageradamente inferiores a las anteriores dos películas de Miguel Gomes. No están exentos de interés, en absoluto, pero me niego a creer que Gomes tiene cinco películas en su haber y dos son así. Prefiero considerar que tiene tres y dos extensiones resultonas.
Obra de apoteósica inventiva, acidez, ternura, inagotables ganas de contar y de hacer cine. Algo deudora de «Vidrios partidos» de Erice pero para amplificar su legado y para hablar de Europa y de nosotros sin dar sermones plúmbeos.
3- La academia de las musas (Jose Luis Guerin, 2015)
Jose Luis Guerin tiene el mayor de mis respetos pero reconozco que nunca se había producido el chispazo completo, aquella película que más allá de su reconocible y apreciable calidad te acaba llegando hasta lo más íntimo. Para mí lo ha conseguido absolutamente con esta obra, relacionada con los cuentos morales de Rohmer (de donde no mimetiza nada). Amalgama de amor y dolor por el conocimiento, ante el conocimiento. Exhibición de prodigiosos y naturales cambios de tono. Emocionante obra mayor que ya ha quedado inscrita entre lo mejor del siglo.
Pensar que en cierta ocasión le leí que se iba a coger el avión para filmar el canto perdido de unos pastores sardos y a mí me sonó engolado. Quién iba a imaginar que el resultado iba a ser tan sublime.
4- Julieta (Pedro Almodóvar, 2016)
Una de las cuestiones que polarizan España suele ser Pedro Almodóvar sí Pedro Almodóvar no. Confieso que mi sí es entusiasta. El no tampoco me provoca agravios ni agobios siempre que detecte que mi interlocutor me está hablando de sus películas, cosa que no siempre sucede así. «Julieta» nos llegó al inicio de la primavera en plena polémica por los papeles de Panamá, cuando aún seguíamos temblando por el futuro de Pedro por culpa del dislate de «Los amantes pasajeros», que creo que en la historia del cine sólo es comparable a «Una chica tan decente como yo» de François Truffaut.
«Julieta» es un ejercició de depuración sobre la base de la estilización. La película que hubiera hecho Sirk en los 60. Es «El dorado» de Almodóvar. Otro paso en su camino de perfección, ahora parece que inclinado hacia la gertrudización de su obra.
5-Experimenter (Michael Almereyda, 2015)
Una obra didáctica entorno a los fascinantes experimentos del psicólogo social Stanley Milgram. En lugar de adoptar el género documental opta por ser un biopic con todas las convenciones del mismo, donde además no hay más cera que la que arde y la que se formula. Aún así su encanto emotivo y educativo sigue siendo irresistible.
6- Sunset song (Terence Davies, 2015)
Resulta temerario escoger esta película cuando en el mismo año Terence Davies ha estrenado también «A quiet passion». ¿Cuál es mejor?. No lo sé, en breve saldré de dudas. Pero pocas películas trajo el 2016 tan placenteras y tan facilitadoras de estimulantes y bellas polémicas.
7-Cemetery of splendour (Apichatpong Weerasetakhul, 2015)
Estrenada este año, la había visto en el pasado festival de Sitges de 2015. Difícil no recordar su tempo narcoléptico poseído por un extraterrestre sentido del humor que a mis ojos de enloquecida asociativa la asimilan poco menos que a un Roy Andersson tahilandés. Aunque todos sabemos la verdad. Roy Andersson no es más que un Apichatpong sueco. Si tienen ganas de discutírmelo quizás se estén tomando esto del cine demasiado en serio.
8- Francofonía (Aleksandr Sokurov, 2015)
En un año que terminó con el descubrimiento de la Madame Bovary de Sokurov, acabándose de sellar mi reconciliación absoluta con quien había tenido una relación tan ambivalente, se estrenó esta especie de extraño ensayo sobre la amistad entre el director del Louvre Jaujard y Metternich, el nazi al que se le confiaron los asuntos del Arte durante la Ocupación.
Obra amena allá donde las haya que no escatima en recreaciones ficcionadas de tono documental sobre lo sucedido como hacen en algunos canales de Historia, un procedimiento convencional afortunadísimamente utilizado por Sokurov.
9- No home movie (Chantal Akerman, 2015)
El otoño del año 2015 nos traía la noticia de la desaparición de la cineasta Chantal Akerman poco tiempo después de presentar en Locarno su última obra. Este año se ha estrenado en España en VOD, filmada sobre los últimos tiempos de la relación con su madre, finalmente fallecida. Si el cine es verdad y mentira. Si es verdad que parece mentira y mentira que se siente como verdad, la obra de Akerman es simple y llanamente un trozo de verdad sin procesar ni fagocitar. No hay palabra que odie más en cine que Verdad, fuente de imposturas críticas y artísticas y muy pocos cineastas y casi ninguna película hacen que logre amarla. Nos encontramos ante una excepción.
10- Noches blancas en el muelle (Paul Vecchiali, 2014)
He tenido serias dudas sobre si escoger esta película o la otra obra de Vecchiali que hemos podido disfrutar en VOD «C’est l’amour». Vecchiali es un veterano al que sólo conocían los más versados que nos ha dejado a cuadros con estas dos películas. En particular ésta es una versión de «Noches blancas» (lectura con la que acabo el año y me ha condicionado la elección). Adaptación menos atípica de lo que podría suponerse en la que la palabra filmada va creando emociones in crescendo y en la que Astrid Adverbe y Pascal Cervo podrían compartir con Vecchiali en su condición de intérpretes la autoría absoluta de la película.
Que tengan ustedes un muy feliz año 2017. Les dejo con esta escena en la que dos críticos de cine intercambian impresiones tras haber hecho el más joven su primera lista sobre lo mejor del año. Huelga decir que yo me identifico con la frase final del crítico de cine interpretado por José Isbert. Sigan leyéndonos durante el año y no se pierdan dentro de 12 meses todo lo relativo a lo mejor del año 2017, que esperamos que sea mucho y bueno.
[…] primer lugar, la proporcionada por Sergio Sánchez, lista que ya fue comentada por él en el primer artículo de este año sobre […]