Sí, hoy es 25 de Noviembre. Y sabemos lo que se “reivindica”. Desde los medios de comunicación y las instituciones no paran de decirnos que hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres. Una violencia que está más que institucionalizada, está tan normalizada que hay a quienes ya no les asombra demasiado conocer que otra mujer ha sido asesinada por su pareja, expareja…
Pero ¿sabemos porqué el 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres? Se designó este día como tal el 17 de Diciembre de 1999. Y la elección de esta fecha fue para recordar a las hermanas Mirabal.
Minerva, Patria y María Teresa fueron tres hermanas que nacieron en Salcedo (República Dominicana). Universitarias, activistas, madres, esposas y mujeres y, que como muchas de las personas que vivían en República Dominicana, sufrieron la violencia y fuerza que el dictador Rafael Leonidas Trujillo ejercía de la mano de los militares y la policía secreta sobre la ciudadanía. Pocas personas se atrevían a oponerse a su autoridad, sin embargo las hermanas Mirabal formaban parte de una de esas resitencias. Ellas bajo el nombre de las mariposas formaban parte de una conspiración que pretendía acabar con la dictadura de Trujillo. Como sucede con todas las resistencias, las hermanas pagaron un precio muy alto: fueron acosadas un gran número de veces y hasta Minerva y maría Teresa fueron encarceladas, violadas y maltratadas. A pesar de todo ello, nunca cejaron en su empeño de luchas para terminar con la dictadura. Esta lucha les valió su reconocimiento internacional y, por ello, Trujillo las dejó en libertad.
La historia podría haber terminado aquí, pero no fue así. El 25 de noviembre de 1960 cuando las tres hermanas volvían de visitar a sus maridos que estaban encarcelados, fueron detenidas por un grupo de militares. A punta de pistola las metieron en sus camiones donde en una finca las torturaron hasta la muerte. Este episodio llevó a que la ciudadanía se rebelará contra el dictador. Dictador que terminaría siendo asesinado.
Así, cada 25 de noviembre las recordamos a ellas y a tantas otras mujeres que han sido asesinadas, violadas, marginadas, oprimidas, que han sido acosadas sexualmente… y todo ello, por el simple hecho de ser mujeres, de formar parte de la mitad de la población.
En 1993 la ONU aprobó la Declaración sobre la eliminación de la Violencia contra la Mujer, donde se definió este tipo de violencia como “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.
Sería fantástico poder decir que desde entonces hasta hoy se han reducido al mínimo las agresiones, violaciones, asesinatos…que ya no hace falta ningún día para reivindicar que mujeres y hombres somos iguales. Pero la realidad no es así. Y, aunque es cierto que la brecha de género se va reduciendo, tristemente continuamos necesitando que el 25 de noviembre sea el día en el que se reivindica la lucha contra la eliminación de cualquier tipo de violencia contra las mujeres.
La sociedad está más sensibilizada y somos muchas las personas que nos horrorizamos cuando se suma una víctima mortal más, cuando oímos que una mujer ha sufrido alguna agresión… Pero si hay más sensibilización y tenemos los medios ¿porqué el número de víctimas, de agredidas, de violadas, de maltratadas no disminuye? ¿qué se está haciendo mal? Las instituciones tienen en su poder los estudios realizados de porqué se producen estas situaciones, qué hacer frente a una agresión, cómo intervenir en la enseñanza para que no se reproduzcan estereotipos, roles… y, sin embargo las medidas que se toman no son realmente efectivas y algunas de ellas fallan.
Pensemos por ejemplo en una mujer que ha sido agredida durante mucho tiempo por su pareja. Y finalmente decide denunciar. Debido a la peligrosidad se decide una orden de protección hacia ella. Va a ser ella la que continuamente esté localizada. Y ¿por qué él no? ¿Porqué solo se le tiene a él controlado cuando ya ha quebrantado la orden de alejamiento? ¿qué mensaje le estamos transmitiendo a la víctima cuando le decimos que a ella la tenemos controlado y a él dependiendo de lo que haga? ¿por qué no dejamos de estigmatizar a las víctimas y empezamos a señalarlos a ellos que son los verdaderos responsables de estas situaciones?
Se hace necesario empezara poner el foco más en ellos. Que sean ellos los que están continuamente localizados, que sean ellos los que deban marcharse de donde viven y no que sean ellas las que tenga que ir a casas de acogida donde están solas porque su familia y amistades no están cerca.
Para que todas estas situaciones no se repitan, además de la plena concienciación, la educación es fundamental. Se hace necesario transmitir al alumnado normas, valores, actitudes que traten a la otra persona como una igual y no como la otra. Y esto ¿realmente se da? Desde mi experiencia diré que muchos profesores y profesoras se desentienden cuando ven alguna situación de desigualdad. Y eso, no debería ser así. Hay que actuar desde la raíz. Enseñarles que realmente somos iguales y que siempre es mucho mejor una sociedad en la que la totalidad se respeta que una donde el respeto brilla por su ausencia.
Así, hoy, en prácticamente todas las poblaciones y ciudades van a guardar silencio durante cinco minutos para mostrar su rechazo hacia la violencia machista. Pasados esos cinco minutos se marcharán y todo continuará igual. Una vez más la hipocresía estará presente en un problema que afecta a la totalidad de nuestra sociedad.