En los últimos años el panorama mexicano se ha visto envuelto en una ola de violencia que parece interminable. Pugna entre cárteles de la droga por el control de las plazas y rutas comerciales más importantes del país. Es difícil comprender la historia contemporánea de México sin analizar el origen del narcotráfico.
El origen del narcotráfico en México, se remonta a los años 40´s del siglo XX, en el que la producción de marihuana y amapola era común en estados de la región conocida hoy en día como “Triángulo dorado”, una vasta zona que comprende los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua. No sería sino hasta la década de los 80´s en la que, el primer grupo organizado aparecería en el radar de las autoridades mexicanas y estadounidenses, el llamado cártel de Guadalajara dirigido y fundado por personajes como Miguel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, fueron los primeros en establecer las rutas comerciales del trasiego de cocaína en territorio mexicano, en complicidad con autoridades y funcionarios públicos.
A la caída del primer cartel mexicano, se vendría una desorganización entre los grupos que lo conformaban. Cada una de las plazas comenzó a controlar su propio territorio, siendo los más importantes: Sinaloa, Tijuana y Juárez. Una vez entrado el siglo XXI y con la administración de un nuevo partido en el poder político de México, nuevas organizaciones delincuenciales se harían presente en el territorio que hasta entonces, no figuraban del todo en el mapa del narcotráfico; entre ellos, el estado de Michoacán, Tamaulipas y Morelos.
La violencia no ha cesado lo largo de los años, las estrategias de seguridad no ha dado los resultados esperados y el combate a la delincuencia organizada ha dejado decenas de consecuencias inesperadas que hasta el día de hoy ha tomado fuerza en diversos puntos del territorio. Tal es el caso de Michoacán y Zacatecas; este último, ha tenido un aumento considerable en los homicidios dolosos, secuestros o enfrentamientos armados entre bandas rivales por el control de las plazas. Poblaciones como Fresnillo, una de las ciudades más importantes del estado antes mencionado, se encuentra sumergido en una cruenta disputa que ha puesto en evidencia la debilidad de las policías locales para hacer frente a dichas organizaciones de la delincuencia, al grado que, de acuerdo con algunos medios periodísticos locales y nacionales, en nueve municipios del estado, la policía ya no existe y el ejército junto con la Guardia Nacional se han encargado de la seguridad pública, sin embargo, aun así no se ha logrado disminuir en lo absoluto.
Michoacán es otra entidad asolada por grupos de la delincuencia como son Cárteles Unidos y el CJNG, este último ha intentado incursionar en territorio michoacano para hacerse por el control de las rutas internas más importantes del estado, entre ellas, el puerto el Lázaro Cárdenas. En lo que va del presente 2022, al menos se ha calculado un aproximado de 215 personas asesinadas en la entidad; aunado a esto, en días pasados se han desatado diversos enfrentamientos entre el Ejército Mexicano e integrantes del CJNG en regiones que no han dejado de ser azotados por la violencia como son el caso de Apatzingán, Tepalcatepec y otros tantos en los que la situación de inseguridad ha generado que la población de la también llamada Tierra Caliente michoacana abandone sus casas y solicite asilo político a los Estados Unidos.
Esta interminable ola de violencia e inseguridad, ha dejado no solo un gran número de muertes en la entidad, sino que también el desplazamiento de decenas de familias que han tenido que dejar sus hogares a consecuencia de las amenazas, los enfrentamientos, las extorsiones o hasta los propios secuestros. Un claro ejemplo es la población de Aguililla, ubicada en la Tierra Caliente de Michoacán y que desde hace algunos años vive asediada por los carteles de la droga, sufriendo a su vez, el abandono de las autoridades estatales y federales, a pesar de los gritos de auxilio que los mismos pobladores piden para restablecer la paz.
En días recientes, tras un enfrentamiento armado entre autoridades federales y sicarios del CJNG, en la región de Zamora, Michoacán, se detuvo a 18 personas que portaban armas de grueso calibre, de los cuales según la información oficial del gobierno del estado. 12 de las personas detenidas eran menores de edad y el resto no superaba ni los 30 años de edad.
Lo anterior nos habla de la enorme descomposición social que se vive en el país, la falta de oportunidades laborales y educativas de las que el gobierno no ha sabido equilibrar; la pobreza que viven decenas de familias en gran parte del territorio y sobre todo, el aumento de la narco cultura en México, ha hecho que las futuras generaciones vean en los cárteles de droga una manera rápida de salir de la pobreza en la que se han visto inmersos junto a sus familias, pero también han encontrado en ellos (delincuencia) una forma de vida de ganar dinero fácil.