Xiana do Teixeiro ha presentado su película Tódalas mulleres que coñezo en DocumentaMadrid 2018 logrando el Premio Screenly.
Realidad y ficción están llegando a ser palabras y conceptos no tan dispares en la noción que siempre le hemos dado. En el cine cada vez vemos más que las películas se nutren de historias devastadoras, emocionalmente hablando, y la realidad es la que impera, sacudiendo almas y mentes
A la vez los telediarios de hoy en día reúnen noticias y cifran en algunos sectores que van aumentando al mismo tiempo que evolucionamos, por lo que uno tendería a pensar que toda esa negatividad, toda esa barbarie que compone la sociedad se iría perdiendo con la supuesta sociedad más culturizada, civilizada, avanzada y mucho más preparada. ¿Pero es esto verdad? ¿Los avances del tiempo ayudan a mejor la calidad humana? Desde luego después de ver muchas noticias y los juicios pendientes que hay hoy en día por acoso sexual, uno diría que la liberación de la mujer todavía está muy lejos de estar presente en nuestra sociedad.
Todas las mujeres que conozco, es esa película que no gusta ver, pero que lleva implícito después del visionado, el recomendar que sea visto ya que es importante no solo una reflexión de cada uno, sino una creación de debate social en torno al miedo y la mujer, al día a día, en las calles, en las casas, en los trabajos, es decir en la vida en sí.
Lo que queda latente después del debate que hubo en la película y la conversación amena con la directora, es el planteamiento de crear debate por la necesidad de revisar la base de la sociedad, de incidir en la educación desde la familia para remediar lo que hoy en día sucede en nuestro país en torno a la figura femenina.
La directora, Xiana do Teixeiro, consigue que la charla con ella sea de tú a tú, dejando latente que ella no querer ser la protagonista, si no meramente un hilo conductor para toda la sociedad. De hecho cuando estás hablando con ella ves como escucha atentamente, si matizas algo de lo que te ha proyectado la película. Intenta no ser ella la que lleve la voz, si no generar una grata situación para sacar conclusiones, y así poder en bandeja pulsos que haya lidiar.
La película está dividida en tres segmentes, tres grupos de diferentes edades y que están dispuestos primero en el grupo de chicas jóvenes, en la parte central ellas mismas con mujeres mayores, y la tercera charla con adolescentes, y ahí es donde si están chicos, ya que anteriormente solo estaban mujeres. Se podría intercalar los grupos pero Xiana do Teixeiro nos contó las razones para que fuera así:
Me imaginé la secuencia central como la que aparece al principio, una conversación entre amigas donde se has desde las emociones, acceso al conocimiento desde la emoción, desde la experiencia de tu cuerpo y colectivizas esas. Muy importante pasar de lo personal y de lo íntimo a lo político. Era el gran logro y la mayor aportación, primero facilitar esa situación, tener una conversación enriquecedora para nosotras, íntima, intensa, reveladora y muy viva. Fue complicado no perder la dinámica sin hacer interrupciones, pero se consiguió. Las otras dos conversaciones eran una estrategia para recalcar ese mensaje a la audiencia. La película en sí no es suficiente, la conversación tiene que ser retomada por la persona que escuche y eso pasa reiteradamente en la película, y necesario después. Un diálogo en varios tiempos, concéntrico. Mi decisión de poner este grupo más joven al final, es por el sentido de que reflejan más la sociedad, por ser mixto, porque plantea menos direcciones, se hacen eco de la problemática porque no tienen tantas herramientas ni dialécticas, ni historia de vida por la edad. Era interesante que ellos y ellas fueran confrontados por la película casi montada.
No podemos pretender que si esta película es solo visionada por adolescentes ellos solos recapaciten ante un problema que llevan absorbiendo desde la cuna, hay una necesidad de reeducar a todos en general, hijos, padres y por supuesto los abuelos que hoy en día asumen tanta responsabilidad, con todas las horas que comparten con sus nietos.
Visibilizar y romper silencios de unas violencias que no son personales, que no son aisladas ni estructurales y que suceden a todas las mujeres, y qué significa vivir con eso cada día de tu vida, cuando te educan así. Y para ello era necesario hacer espacios no mixtos, como si hubiera un refugio y que las mujeres allí nos sintiéramos, cómodas, seguras, legitimadas, para buscar, para pensar, para relacionarnos y para compartir: pensamientos, análisis, ideas o experiencias. De lo más íntimo personal hasta lo más teórico o analítico, lo que quisiésemos. No me interesaba aquí introducir un discurso masculino, creo que no es interesante, al menos desde las viejas masculinidades, primero hay que escuchar, y ellos no han escuchado, al contrario, nos han impuesto su silencio que sirve para que nosotras no nos demos cuenta de hasta qué punto esto es un problema política, la violencia contra las mujeres en la calle, y que la mujer calla por vergüenza e intenta bloquearlo para sobrevivir, pensado que solo le pasa a ella.
Me quedo con esa sensación y obligación de dejar de echar balones fuera de cada una y crear piña en torno al género femenino, defender el derecho a salir a calle sin tener miedo, pero no solo a una agresión física o sexual, si no a la dominación del hombre en todos los aspectos. El miedo llega porque poco a poco se mina la capacidad de autoestima y de la valoración de la mujer en todo su conjunto.
Me gustaba que se quedaba más abierta la apertura de todas esas preguntas que se plantean en la película, nada conclusiva, es un proceso de formular un montón de dudas, problemáticas y lo importante que es hablar de ellas.
Por ello hay que crear desde la base, desde la familia hacia el exterior, la calle y la sociedad, fomentar valores que nos enriquezcan y ante todo que nos equiparen no solo en igualdad si no en respeto, algo fundamental para poder convivir en armonía y sin el miedo que se muestra en Tódallas mulleres que coñezo de Xiana do Teixeiro. Y por todo esto, uno cae en la cuenta, que aunque parezca mentira, estamos hablando de feminismo, educación y también de política, como bien dice la directora. Aun así Xiana, si que nos cuenta que en la parte de adolescentes ve que hay chicas que ya tienen un buen discurso y con una base pero que solo hablan entre amigas pero muy poco en su casa.
El taller piloto es el que está en la película pero la directora le gustaría formalizar una medida didáctica, y sobre todo llevarlas sobre todo a centros de juventud, institutos, a primeros cursos de universidad, ahora está en pensado que lo estamos es realizar una pequeña adaptación a la aulas. Por mi parte le paso la idea de porqué no se hace llegar todo esto a los padres,
Es complicado, aunque necesario, pues sería en cierta forma imponer algo, sobre todo a los hombres, que son machistas pero no lo admiten, y que la educación viene dada. Es muy difícil sin un trabajo previo con esas audiencias, si que hay entornos como Documenta que lleva tiempo haciendo un gran trabajo, pero que tienen una audiencia bastante selecta de gente cinéfila, pero si no tenemos una cultura audiovisual y la importancia de lo pedagógico (talleres) y es un problema mayor, y como bien decías tú, más urgente sería que lo viese esa generación. Y caemos en la contradicción que se va acabar viendo en los sectores feministas que ya tienen este discurso muy trabajado, y no es que no les vaya aportar nada porque siempre es bueno seguir escuchando, pero no les va a sorprender, como se suele decir: estamos predicando para el coro. Sería muy interesante llegar a nuevas audiencias y ahí el papel de algunas instituciones sería fundamental, tenemos unas televisiones públicas, que por ley y constitución, debería ser una obligación para ellos. Por lo que solo queda organizarse como feminista.
Ficha técnica |
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[…] Diana Toucedo es una documentalista gallega que ya nos regaló una cinta donde planteaba la vulnerabilidad de la mujer en la sociedad día a día, en Tódalas mulleres que coñezo. […]