Quien más quien menos, todos recurrimos a Internet. Que por una consulta, que para comunicarnos con los nuestros, que para subir y compartir contenidos, que para buscar amigos, pareja, que por trabajo y una larguísima lista de etc. A la hora de acceder a la Red solemos usar diferentes perfiles: redes sociales, blogs, usuarios de empresas y otra larga lista de etc. Cada vez que damos nuestros datos personales ya sea para una promoción, un sorteo, una inscripción en un determinado sitio y ahí vamos otra vez con la mentada lista de etc., estos quedan grabados en algún sitio y se supone que están protegidos por leyes específicas que impiden que se acceda a ellos, si no es única y exclusivamente para el fin para el que los facilitamos. Además de los datos básicos, solemos comentar voluntariamente nuestras aficiones, gustos, experiencias y demás, sin contar con los cientos de diálogos o comentarios con nuestros amigos y familiares, ya sea por mensajes privados, en chat o por comentarios públicos.
Veamos el siguiente vídeo y reflexionemos al respecto.
¿A que asusta? ¡Decididamente no es oro todo lo que reluce ni son tan seguros los métodos de protección de datos!
Es importante saber que existe una red de espionaje electrónico llamada Echelon que registra todos y cada uno de los datos que ingresan en la red, cuyo objetivo “oficial” es luchar contra el terrorismo, pero que obviamente tiene otras opciones de injerencia y es un poco inquietante que estén en poder de un caudal de información tan importante. Sus críticos sostienen que esta empresa realmente es un monstruo del espionaje del que habría que guardarse.
Esta red es “legal”, pero ¿cuántas más habrá que no lo son? La idea no es alarmar, sino que reflexionemos acerca de la enorme cantidad de información que solemos volcar en Internet y de la que no tenemos el más mínimo control de qué es lo que van a hacer con ella.
Y la pregunta es ¿cuál es el potencial de uso de esa información?
Usted qué cree ¿esto TAMBIÉN es cultura?