Nuestro país ha entrado en un momento crucial de su historia. Las condiciones sociales se han dificultado cada día en mayor medida con la falta de oportunidades para la sociedad mexicana, la privatización de los recursos naturales del país, la corrupción que ha ido alcanzado extremas condiciones y ha ganado espacios entre las instituciones públicas, la violencia que va en aumento en distintas partes de las entidades federativas del territorio nacional, la pobreza y el desempleo desmesurado que ha afectado a la población mexicana pero en especial a los jóvenes de México.
En términos laborales, “México se encuentra entre los países latinoamericanos que poseen las peores condiciones laborales”. Este lugar que ocupa el país a nivel Latinoamérica es preocupante, ya que nos muestra una realidad que se ha manifestado a través de la historia como parte de la incapacidad de los gobiernos para solucionar la problemática que ha alcanzado números extremos en la tasa de desempleo y garantizar oportunidades dignas para la mayor parte de la población.
Muchos son los obstáculos que los jóvenes mexicanos enfrentan en la realidad que se vive actualmente, las condiciones obligan a muchos a dejar sus estudios inconclusos y entrar en el ámbito laboral desde temprana edad; muchos de ellos no encuentran los medios dignos que les permita generar un entorno decente en el futuro para sí mismos y para sus familias. No obstante, ante las difíciles circunstancias que se presentan entre la juventud, denotan que los jóvenes en México, no tienen oportunidad de empleos formales y muchos de ellos viven al día en términos económicos, sin preocuparse por el mañana es como vive gran parte de la población joven en México.
La preocupación es grande y genera problemas muy serios en nuestro país, la falta de cultura financiera impulsa a jóvenes no solo, en algunos casos, a obtener trabajos informales donde no se encuentran los ambientes adecuados para la misma seguridad social de la persona, sino a ser partícipes en la búsqueda de trabajos delictivos donde muchos de los adolescentes de entre 13 y 20 años son envueltos en las redes de la delincuencia organizada, que a su vez se conjunta con los contextos sociales en los que muchos jóvenes se desenvuelven.
“Exclusión, marginación y desventaja…Lo que pasa a los jóvenes en términos generales es un reflejo de lo que pasa en el país” según las palabras del Dr. Alfredo Nateras Domínguez, académico, psicólogo y antropólogo por la UAM, considera que esta es la realidad que acontece en el sector juvenil para concebir el gran número de problemas y obstáculos que se interponen entre ellos para salir adelante. Sin embargo, desde la perspectiva del contexto social en que muchos viven, otro punto que se puede considerar como alarmante en la creciente cifra de jóvenes que no estudian ni trabajan se debe de igual modo a la fragmentación familiar que varios de ellos llegan a tener y que en todos los casos se encuentran en situación de pobreza y otros en extrema pobreza, siendo estos un blanco fácil para su reclutamiento de la delincuencia.
La frustración y desesperanza entre el sector joven se vuelve cada vez cosa de todos los días, un malestar social gira en torno a nuestra sociedad y el futuro de ésta se vuelve complicado. La educación y el trabajo se comienzan a rechazar y se puede oír entre voces de los jóvenes de distintas zonas el típico “¿Para qué estudio si no hay trabajo?” “estudias para ser taquero o transportista público” entre otros cuestionamientos se llegan a escuchar y a preguntarse a sí mismos
Bastan preguntarnos entonces, ¿qué es ser joven en un país sin oportunidades para ellos? Y ¿qué han hecho las autoridades para involucrar más a los jóvenes y garantizarles un mejor futuro? Realmente este es el futuro que necesitan los jóvenes en México, donde la educación es para unos cuantos y la riqueza la ostenta una minoría que define los salarios para el sector social mayoritario de nuestro país.