Lo leo en un post de Pikara Magazine e inmediatamente me pongo a llorar. No conocí a Dolores Juliano. Ni siquiera me he leído todos sus libros y, sin embargo, siento enormemente su pérdida. En estos tiempos de feminismos tan divididos, recuerdo empezar a leerla cuando tenía veintipocos años y decidir que yo quería estar con ella, de su lado, es decir, con las excluidas: migrantes, gitanas, trabajadoras sexuales, locas, presas… «Las otras mujeres». Quizás ese pensar siempre en quienes se quedan fuera, en quienes tantas veces dejamos fuera nosotras mismas sea el principal aprendizaje que me llevo de ella. Ése y el de que todas tenemos nuestras «astucias», nuestras estrategias, nuestras alianzas, nuestros saberes. No somos siempre víctimas, todas tenemos cierta capacidad de acción. Por lo tanto, escuchemos más y «salvemos» menos.
Dolores Juliano hace mucho tiempo que puso encima de la mesa, y con un lenguaje claro y sencillo, cuestiones que siguen siendo básicas para pensar hoy en los feminismos: la intereseccionalidad, la capacidad de agencia, la invisibilización y el silenciamiento de ciertos colectivos, incluso dentro del propio movimiento feminista. Leámosla de nuevo o por primera vez. Nos hace mucha falta.