Sinónimos de «arriesgado«:
1. Aventurado, peligroso. Osado, imprudente, temerario.
2. Audaz, valiente, que enfrenta peligros y aventuras.
Arnim Dahl. Parkour, 1930
Esta semana quería tratar en la entrada un concepto al que últimamente, por muchos motivos, le estoy dando infinitas vueltas: el concepto de «arriesgarse«. Podría empezar a hablar del riesgo, de la toma de decisiones, de aventurarse a vivir experiencias más allá de los peligros que esto conlleve; hablar de esos días en los que apetece perder el control y tirarse rodando por una pendiente de hierba (o cualquier superficie mullida, nada arriesgado en lo que peligrara mi vida :)) Sin embargo prefiero definir este concepto a través del artista Bas Jan Ader.
Bastiaan Johan Christiaan Ader nació en Holanda en 1942 y, se presume, murió en 1975. “Se presume” porque, oficialmente, todos los documentos de su biografía dicen “perdido en altamar».
Durante su breve carrera profesional produjo un número limitado de obras (sobre todo vídeo) que lo consagraron como artista conceptual y aún hoy siguen inspirando a las nuevas generaciones.
A los 19 años tuvo su primer naufragio, cuando el barco en el que viajaba de Europa a América encalló cerca de California. Allí, Ader vivió los últimos diez años de su vida.
Como en casi todos sus videos, Ader utiliza recurrentemente el riesgo y la tragedia con un toque de comicidad para explorar la esencia humana. Con este objetivo, se vale también de la gravedad en su serie de vídeos de caídas. En estos se desploma repetidamente desde techos o dentro de canales de agua. Es curioso pensar en cuántas tomas tuvo que hacer y cuántos golpes tuvo que sufrir antes de lograr el encuadre perfecto. El acto torpe de caer, de perder el control y someterse a ser el protagonista de una escena absurda y vergonzosa, se repite una y otra vez en sus vídeos en blanco y negro.
Fall I:
http://www.youtube.com/watch?v=EiWyrEyLY8Y&
Fall II:
http://www.youtube.com/watch?v=NRHba4IAdsI
Sin embargo, hay un vídeo ligeramente diferente que vale la pena analizar. Se trata de Broken Fall (Geometric). En éste, en escenas de menos de dos minutos, se ve a Bas Jan Ader de pie en un corredor al aire libre que divide una zona de arbustos, junto a lo que parece ser un tripié. El viento sopla y mueve las plantas suavemente. Al inicio parece ser que el artista ensaya una caída. Conforme pasan los segundos, se cae a medida que se mueve con el viento, como si su cuerpo fuera tan ligero que es empujado por el aire.
Broken Fall
http://www.youtube.com/watch?v=qxc3iBaW7Pc
El saber que tarde o temprano caerá (como sugiere el título) y anticipar esa caída, da cierta intriga al vídeo: ¿logrará caer de forma natural, como una planta doblada por el viento?, ¿se resistirá a poner las manos? Esa expectativa, casi mórbida, hace que los segundos pasen lentos y su caída final se sienta como una victoria.
Gabriela Galindo escribió sobre este artista en su artículo Bas Jan Ader: Una obra en tres caídas . Copio fragmentos para que entendáis mejor su obra:
“Ader se avienta en bicicleta a un canal en la Ciudad de Ámsterdam. Ader se cuelga de un árbol y se mantiene el mayor tiempo posible hasta que termina por caer en un río. Ader se sube a la azotea de su casa, rueda por el techo inclinado y cae al suelo; y así, siguen las caídas, una tras otra, en la calle, en el bosque, en el agua.»
«Bas Jan Ader plantea la caída como una metáfora existencialista. El ser humano, que es libre por naturaleza, utiliza esa libertad para provocar su propia caída y con ella caen ideologías, historias, tradiciones y hasta el alma misma.»
«Ader se avienta y cae, con su cuerpo y con su pensamiento, en una muestra de libertad plena, ausente de condiciones o límites y así, manifiesta su libertad, consistente en la capacidad de actuar o no como consecuencia de su elección.»
«La intensidad de su obra parece agrandarse por el hecho de ser un artista atrevido que desapareció misteriosamente a la edad de 33 años, cuando iniciaba la segunda fase de su obra In Search of the Miraculous.»
«Su búsqueda lo llevó a la muerte, un viaje que simbólicamente representaba la última afrenta, el riesgo de caer al vacío explorando los límites de una tierra plana y finita. Así, en el verano de 1975 se embarcó en un pequeño bote, se armó de provisiones e inició el trayecto que debería llevarlo desde Cape Cod, Massachussets hasta Falmouth, Inglaterra.
Pero Ader nunca llegó, a las pocas semanas de su partida se perdió el contacto con su embarcación y ocho meses después se encontró su bote a la deriva cerca de las costas de Irlanda; su cuerpo nunca fue hallado.»
Al parecer, la desaparición de Ader, al final, fue la obra conceptual perfecta, la mas arriesgada; muchos especulan que en realidad se retiró de la vida artística y ahora vive de incógnito en algún lugar inesperado.
En resumen, Bas Jan Ader, hizo de las caídas, del riesgo, actos de libertad absoluta, sin dramatismos, que se percibían como acciones voluntarias, llevadas a cabo con una pasmosa naturalidad y que a mi me parece que tienen un trasfondo romántico, a la vez que cómico.
Algunos otros artistas, además de Ader, han hecho de las caídas auténticas obras maestras que hablan de libertad y de control del propio cuerpo. Por ejemplo la famosa caida o levitación, de Ives Klein, The Leap into the Void que resultó ser un fotomontaje, o la no levitación de Bruce Nauman, Failing to Levitate in the Studio.
Definitivamente, la vida es arte en función del riesgo que estemos dispuestos a correr y de las caídas que estemos dispuestos a soportar.