En publicaciones anteriores desafortunadamente he hablado respecto a la violencia que vive mi país de origen, me ha tocado hablar bien de su cultura, su arte y los paisajes turísticos que hacen de México un país envidiable; sin embargo, también he hecho mención de la gran crisis de seguridad que vivimos hoy día ante la situación feminicida en contra de las mujeres.
Es difícil dejar de lado la problemática que se ha acrecentado en los últimos años en nuestro México lindo y querido, una problemática que no parece tener fin y que las autoridades mexicanas siguen minimizando. Así es, la violencia contra la mujer sigue creciendo día a día y los medios periodísticos reportan homicidios, violaciones o agresiones de cualquier índole contra las mujeres.
Es preocupante la situación que se vive en nuestro país, genera miedo y temor, las calles dejaron de ser tranquilas y los hogares se convirtieron en un total infierno por la gran cantidad de violencia intrafamiliar que desató la pandemia en las familias mexicanas. ¿A qué se debe tanta violencia? ¿Realmente el odio contra la mujer en un país demasiado machista es tan grande que por tal motivo son violentadas? O ¿Hemos normalizado tanto la violencia contra la mujer que hasta hoy día nos damos cuenta de lo mal que estamos como sociedad?
Demasiados cuestionamientos y muy pocas respuestas ante la situación que vivimos. Un claro ejemplo de lo anterior fue lo ocurrió en el reciente fin de semana en el que los medios de noticias reportaron el asesinado de una joven de nombre Ariadna Fernanda la cual, fue encontrada muerta en el estado de Morelos; supuestamente la causa del fallecimiento fue una broncoaspiración etílica de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía del Estado de Morelos.
Sin embargo, al ser intervenido el cuerpo de Ariadna Fernanda por investigadores de la Fiscalía de la Ciudad de México, éstos informaron que la causa de muerte no fue una broncoaspiración, sino traumas múltiples, por lo cual se habla de un feminicidio contra la joven de 27 años de edad y un posible nexo de corrupción y encubrimiento entre funcionarios de la Fiscalía de Morelos y los ahora implicados del asesinato Vanessa “N” y Rautel “N” quienes se encuentran ya detenidos esperando a resolver su situación legal ante los tribunales.
Así mismo, otra noticia que ha impactado mucho es la también muerte de otra joven de 23 años de edad de nombre Lidia Gabriela, quien hasta el momento se sabe que la mujer se aventó de un taxi para evitar posiblemente ser secuestrada por el conductor de dicha unidad, quien al parecer desvió su trayecto para llevarse a la joven a otro sitio diferente al que se le había indicado.
Caso como los anteriores y muchos otros que han ocurrido en los últimos meses y también en los últimos años, dan testimonio de la falta de interés de las instituciones de seguridad y de justicia por tomar cartas en el asunto, permitiendo con ello, una total impunidad e investigaciones a medias que no logran esclarecer los feminicidios y la violencia que sufren las mujeres en México.
Hasta dónde tenemos que llegar para que, como sociedad nos demos cuenta de que el problema nos compete a todos y que la falta de exigencia hacia nuestras autoridades ha puesto de manifiesto el desinterés, la impunidad, la corrupción y hasta la normalización de la violencia contra las mujeres. Día con día se habla de desaparecidas, de que ya encontraron a una mujer asesinada con huellas de violencia o violentada sexualmente y tal parece que en nuestro México lindo y querido la seguridad y la justicia no es para todas.
¡México feminicida! No encuentro otras palabras para describir lo que se vive actualmente, la violencia sin fin contra las mujeres en un país totalmente machista y con una historia que se repite diariamente sin que hasta el momento se tenga una solución.