Eran los primeros meses de 1908, pleno siglo XX, donde países europeos como Francia o Inglaterra eran el claro ejemplo de progreso y modernismo; o territorios como Estados Unidos impulsaba al capitalismo como sinónimo de libertad y desarrollo. Ese era el México que John K. Turner tuvo a bien o, mejor dicho, a mal conocer en aquellos años de 1908 y finales de 1909.
El país vivía una fuerte esclavitud, hombres, mujeres y niños sometidos en las haciendas henequeneras de Yucatán, así como el destierro de las tribus Yaquis de Sonora de su antiguo Valle fueron parte de ese México Bárbaro que el periodista norteamericano John Turner conoció y registro en una magnifica obra que relata el abuso de poder de la dictadura de Porfirio Díaz, así como una parte significativa de la historia del país.
Sin embargo, ese México Bárbaro de Turner no se encuentra tan alejado de lo que actualmente se vive en nuestro país. Recientemente se ha suscitado una especie de dictadura, que si bien, ya no es impuesta por personajes como Porfirio Díaz, si lo es ahora por organizaciones criminales que han sabido someter las voluntades de la sociedad a través de la violencia y el terror.
Dos estados de la República Mexicana fueron azotados por el terror y la violencia el pasado fin de semana de manera abrupta, siendo Ciudad Juárez (Chihuahua), Tijuana y Mexicali (Baja California), los más afectados por bloqueos e incendios de transporte público y comercios, presencia de hombres fuertemente armados, riñas entre pandillas dentro de un penal, asesinatos que lamentablemente fueron dirigidos de manera directa a diversos sectores de la población civil ajenos a los problemas delincuenciales.
México se encuentra sumergido en el terror, en una lucha de poder y control territorial entre organizaciones de la delincuencia, por un lado, el Cártel de Sinaloa (antigua organización del Chapo Guzmán) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (conocido como cuatro letras CJNG) quienes se disputan en fuertes enfrentamientos armados las zonas fronterizas del territorio nacional.
Las imágenes de la violencia hablan por sí solas de lo que México vive actualmente, un verdadero terrorismo impuesto por la delincuencia y que pone de manifiesto su poderío económico, humano y de armamento. Todo esto se da posterior a lo anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de militarizar de manera oficial a los cuerpos de seguridad (específicamente a la Guardia Nacional), al integrar a dicha corporación como una rama de la Secretaría de la Defensa Nacional y que ésta a su vez, se vea inmersa en tareas de seguridad pública permitiendo el desplazamiento de las policías en dichas funciones.
México Bárbaro no ha terminado, solo ha evolucionado y se ha diversificado la dictadura que un día impuso el general Porfirio Díaz cuando tomó las riendas del poder en aquel año de 1876. Esa famosa frase de “mátalos en caliente” parece tener más sentido hoy ante la violencia que se vive día a día.
El terror se ha apoderado de las familias mexicanas y como ya se mencionó, lo ocurrido en Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali, es solo una probada de lo que se vendrá más adelante con la incursión de la Guardia Nacional como brazo armado, entrenado y sometido a las exigencias de la Secretaría de la Defensa Nacional para el combate de la delincuencia. Aunado a lo anterior, la guerra interminable entre los Cárteles mexicanos parece no dar tregua y el mensaje es contundente y claro, infundir terror entre la población ante la mirada ausente del gobierno federal y su fallida estrategia de abrazos, no balazos.