El mundo está en continuo cambio, la tecnología avanza y las cámaras actuales captan imágenes cada vez más detalladas y precisas. Las memorias de nuestros móviles se llenan de fotos y selfies que tomamos cuando queremos. Y mientras las empresas luchan entre sí para sacar al mercado el dispositivo que haga las mejores fotografías, la estética analógica se está volviendo abrir paso.
Cada día hay más apps que dan un aspecto analógico a las fotografías, como Dazz Cam o Huji Cam u otras que incluso nos revelan los negativos y los digitaliza como es el caso de Helmut Film Scanner y Photo Negative Scanner. Redes sociales como Instagram también dejan ver el resultado del revelado de un carrete en tus fotografías aunque sea en formato digital.
En el año 2001, la venta de carretes alcanzó su punto más alto. Entonces apareció lo digital, y la fotografía analógica se fue desinflando haciendo que empresas como Fujifilm tuviera que diversificarse y crear otros productos u otras que no tuvieron tanta suerte como fue el caso de Kodak que en el año 2012 se declaró en bancarrota.
Durante los últimos años las empresas del sector fotográfico han notado un aumento de interés entre la gente joven que va a sus establecimientos en busca de cámaras analógicas y carretes para empezar su aventura en el mundo de la fotografía. Pero esto no sucede solo a nivel aficionado si no que fotógrafos profesionales han presentado sus últimos proyectos en este formato.
La vuelta a esta estética ha dado a situaciones tan curiosas como que en YouTube existen canales que te enseñan desde cómo poner los carretes en las cámaras hasta como hacer un revelado casero de tus fotografías.
No todo son todo ventajas y una de las contras es el precio de los productos. En 2014 el precio de un carrete oscilaba de entre tres a cinco euros y ahora mismo está sobre unos ocho euros. Otro problema también es el revelado de los negativos ya que gran parte de los laboratorios están cerrados y los que hay están saturados.
Pero, ¿Por qué nos gusta tanto la fotografía analógica? Algunos dicen que es por los colores, otros porque el resultado queda para toda la vida, en mi opinión como nieto de fotógrafo que soy, pienso que es porque la fotografía digital está basada en la perfección provocando que nos parezca irreal y lo que nos gusta realmente es esa imagen imperfecta provocada por un temblor de manos en el momento más inoportuno.