A orillas del conocido Lago de Pátzcuaro, en el estado de Michoacán, se ubica una población mágica, llena de historia y una arquitectura inigualable. Tzintzuntzan, un pueblo con historia, asentamiento del antiguo imperio Tarasco y primera capital de la antigua provincia de Mechuacán (hoy Michoacán).
De acuerdo con la historia y los vestigios arqueológicos, Tzintzuntzan como muchos otros pueblos michoacanos, tienen su origen a raíz del asentamiento de un grupo cultural conocido como Tarascos. El grupo gobernante de los Uacúsecha serían los encargados de expandir su dominio por gran parte del territorio michoacano, alcanzando territorios de los actuales estados de Guanajuato, Guerrero y Jalisco.
La palabra Tzintzuntzan proviene de la lengua purépecha que significa “Lugar de Colibríes”, es un asentamiento que destaca por su importante historia, la arquitectura colonial y prehispánica que aún se conserva en la región. Sus antiguas Yácatas (basamentos piramidales), destacan como huella de lo que alguna vez fue el gran poderío tarasco. En las cercanías, se encuentra el antiguo convento de Santa Ana, aquella imponente construcción que los frailes franciscanos levantaron pocos años después de la conquista en Michoacán [1522] y donde el ilustre Vasco de Quiroga, quien fuera primero obispo de la provincia, oficiara la primera misa.
Incorporado al programa de pueblos mágicos desde el año 2012 por la conservación de sus costumbres y tradiciones, su historia y gastronomía, la población de Tzintzuntzan, albergó una nueva edición de la fiesta grande de Michoacán, conocida en lengua purépecha como K´uinchekua.
Una de las festividades más emblemáticas de la región, en la que se reúnen las tradiciones más importantes, en la que destacan danzas, canto, música y distintas manifestaciones típicas de las diversas regiones culturales de Michoacán. Dicho encuentro tuvo lugar en lo que fuera la sede principal de los tarascos, particularmente en la zona arqueológica de Tzintzuntzan, en la que reunieron poco más de 200 artistas michoacanos los representantes de festejos de índole religioso y tradicional se dieron cita el pasado 18 de marzo, finalizando el día 20, en la que también se incluyeron una serie de proyecciones de video mapping, destacando aquellos relacionados con la naturaleza, la historia, las costumbres y tradiciones michoacanas.
Convertido en producto turístico – cultural, la K´uinchekua, se convertirá en un emblema michoacano, destacando la grandeza cultural del estado, de su gente, su historia, sus costumbres ancestrales y su gastronomía, impregnando un toque de magia en aquellos que quieras disfrutar de lo que Michoacán el Alma de México ofrece a propios y extraños.