La historia es un cementerio de aristocracias.
V. Pareto nació en París y murió en Ginebra en el año 1923 (biografía). Pareto realizó importantes contribuciones al estudio de la economía y de la sociología, especialmente en el campo de la distribución de la riqueza y el análisis de las elecciones individuales. Denominado en ocasiones como «el Marx de derechas» (senador vitalicio nombrado por Mussolini), fue el creador del concepto eficiencia de Pareto, y contribuyó, con ideas como la de las curvas de indiferencia, al desarrollo de la microeconomía. A destacar y con algo de explicación, estos conceptos e ideas de su cosecha:
- El concepto de Óptimo de Pareto (también llamado eficiencia de Pareto, Pareto-optimalidad u óptimo paretiano) es aquella situación en la cual se cumple que no es posible beneficiar a más elementos de un sistema sin perjudicar a otros.
- Famoso por su análisis de que, en Italia, el 20 por ciento de la población poseía el 80 por ciento de la propiedad, observación que posteriormente Joseph Juran y otros popularizarían con el nombre de «Principio de Pareto», creando el concepto de índice de Pareto, que es la medida de la desigualdad de la distribución del ingreso. Llegó a la conclusión de que la distribución de la renta en cualquier sociedad responde siempre a un mismo modelo, por lo que serían inútiles las políticas encaminadas a redistribuir la riqueza.
- En microeconomía las curvas de indiferencia se definen como los conjuntos de puntos en el espacio de combinaciones de bienes para los que la satisfacción del consumidor es idéntica, es decir que para todos los puntos pertenecientes a una misma curva, el consumidor no tiene preferencia por la combinación representada por uno sobre la combinación representada por otro.
La cita, responde a una frase que dijo V. Pareto en relación a su teoría sobre la circulación de las élites. Para él existen dos clases de hombres: zorros (calculadores, materialistas…) y leones (conservadores, resuelven por la fuerza…). Los mejores de cada tipo son los que conforman la élite, que para él no es hereditaria. Además, Pareto consideraba que en ocasiones, la élite funcional, formada por los mejores de ambos tipos no solía coincidir con los que ocupaban el poder. Cuando los gobernantes que no son la élite son demasiados conformando gobiernos, en opinión de Pareto, estos tenderán hacia la decadencia y el colapso.
¿Es lo que sucede en la actualidad en diversos países? ¿los dirigentes son no élite ocupando puestos que requieren de ellos una excelencia que no poseen?