Del 2 al 6 de abril tendrá lugar el décimo certamen de «Bailar en la Berlanga». Nueve ediciones anteriores donde han pasado figuras de la danza como Kukai Dantza, Daniel Doña Cía, Compañía dlcAos, Carmen Roche, Elías Aguirre, Mercedes Pedroche, DOOS Colectivo, Carmen Fumero, Vanesa Aibar, Sara Cano, Natalia Jiménez, LaMOV o Co-Lapso cía., entre muchos otros, y que impregnado la sala de una diversidad dentro del mundo de la danza, desde lo más clásico a lo más contemporáneo.
La décima edición llega cargada de seis jornadas donde la danza contemporánea, el flamenco y danza española estarán representados en ocho espectáculos. Hoy nos centramos en El problema filosófico del cambio, de Begoña Quiñones & Verónica Garzón, danza contemporáneo con Verónica Garzón y Miguel Zomas como interpretes.
Mantenemos una charla con Verónica Garzón con respecto a su participación en el ciclo. Su formación VA desde la danza española, contemporánea y jazz y como nos dice «he tocado muchos palos». Su carrera no se ha desarrollado en nuestro país, admite que ha salido mucho fuera, aprendiendo, absorbiendo, ejerciendo de profesora, y en todo ese recorrido se encuentra su faceta de crear coreografías, donde se cruzó con Begoña Quiñones y formaron compañía. Comenzaron con Pacto, que consiguió el primer premio coreográfico de Madrid en 2018, de la que nos cuenta que todavía tienen funciones con esa pieza. Cada año, más o menos, hemos sacado un trabajo, además de los encargos que tenemos, pero sin centrarnos en crear algo porque sí, lo que va surgiendo, sin entrar en dinámicas establecidas.
Tenemos una línea de trabajo muy particular, que une muchos elementos, no es danza solamente. Cada proceso es iniciado desde un lugar de investigación para hablar sobre algo y luego ya le vamos dando forma, no entramos en un trabajo sabiendo inicio y fin. Lo vamos elaborando a fuego lento. Nos interesa mucho también el ambiente sonoro, y colaboramos con músicos, para utilizarlo en directo o en ausencia, aporte sonoro. Los textos también es algo que introducimos en nuestros trabajos al igual que no utilizar la danza contemporánea al uso, con pasos de danza reconocidos. Nosotras intentamos romper esa línea tradicional, buscar lo más natural posible.
Verónica Garzón
Y efectivamente en esta propuesta que llevan a Bailar en la Berlanga se sale de lo común, ya que como nos comenta Verónica, con ella estará en el escenario Miguel Zomas, que viene del break dance, pero de aprender en la calle, pero que también está en otra compañía de danza contemporánea. Para Verónica esto es todo un handicap, por el hecho de su versatilidad: ahora mismo muchos bailarines vienen de la danza urbana, porque es muy interesante lo que se puede aprender de ellos a nivel físico, y a mí me ha dado mucha riqueza a la hora de montar esta pieza, porque él ha venido con una información que yo desconocía porque él también hace artes marciales, por lo que hay una mezcla curiosa: danza urbana, contemporánea, flamenco… y el ensayar junto ha dado el trabajo final en cuanto a material de movimiento. Como su nombre indica, el de la pieza, es la pregunta de la humanidad, siendo un tema muy recurrente en el movimiento filosófico. Se plantea la inmanencia sobre la permanencia, si realmente estamos cambiando todo el rato y todo se sucede, y nada es, y ¿entonces que es lo que sentimos nosotros, porque sí que hay que una identidad, pero no podemos sentir esa fugacidad?
Admite que todo esto, tan complejo, lo querían plasmar de una manera muy manera, por lo que tienen escenas con textos y otras con solo danza. Nos cuenta que tiene momentos muy concretos y otros muy abstractos desde el cuerpo y desde la danza. La música es un elemento más para ellos, por eso han trabajado mano a mano con el creador Ángel de la LLave, quien dio su visión de lo que era permanecer y sucederse.
Se declaran una compañía austera en escena, no haciendo alarde de grandes recursos escénicos, buscando la identidad de los cuerpos y los movimientos. Preguntamos por los cambios en la propia obra con el paso del tiempo, y nos cuenta que depende mucho de cada pieza, en esta en concreto, El problema filosófico del cambio, va a tener a algunas modificaciones en el texto, pero también porque ellos mismos también han cambiado, ninguno es el mismo con el paso del tiempo.
Los textos son de José Andrés López, aunque han sido posteriormente adaptados entre Verónica y él, a medida que la obra iba cobrando forma. Miguel y yo lo hemos ido modulando a la hora de la coreografía para ver qué carácter le dábamos, y eso ha sido decisión nuestra acorde con el permiso de José Andrés López.