Loreak se presentó en sección oficial en el «Festival de San Sebastián» en 2014, se estrenó el 31 de octubre del mismo año. Dirigida por José María Goenaga y Jon Garaño, con guión de ambos dos junto con Aitor Arregi, obtuvo dos nominaciones en los premios Goya: mejor película y mejor música original y 6 en los Premios Feroz obteniendo la de mejor actriz de reparto para Itziar Aizpuru.
Ninguno de los responsables de la cinta pensó que superaría en votos en la Academia de cine a Magical Girl o Felices 140, pero lo hizo y representaron a España como mejor película de habla no inglesa, aunque esa terna no la superaron. Aún así volvieron a cartelera por esa mención, tanto aquí como en Estados Unidos, donde ya habían tenido un pequeño recorridos en festivales, y para ellos supuso un regalo ya que por ejemplo en San Sebastián era la cuarta vez que salía a cartelera, y en el resto de España, el primero el estreno, la segunda vez la nominación a los Goya y con la representación de España fue la tercera. Antes del verano Loreak fue la película más visionada en Filmin, algo tendrá para que el público la siga visionando.
Nos vamos de 80 Eguneam a Loreak de drama a drama, con situaciones dispares pero con puntos de referencia bastante iguales aunque apriori no lo parezca
Si, realmente es curioso, la idea de 80 Eguneam es de Garaño y la de Loreak es mía, pero el trabajar en común hace que tengan una patina muy parecida que las asemejan, más allá de ciertos detalles de personajes y de diálogos sí que hay también argumentalmente que tienen muy parecido, un accidente de coche como detonante de toda la historia, el tema de la incomunicación de los personajes que está muy presente en las dos películas, puede que en esta de forma más drástica pues los personajes están metidos en burbujas, cabinas, de grúas, de casetas de obras, también en la realización hemos intentado que el personaje de Anne esté muy encuadrada muy en el centro del plano, que parece que todo lo que tiene alrededor es como una cosa accesoria, pero estamos muy centrados en todos esos personajes que parece que están muy aislados de su entorno, y lo mismo pasaba en 80 Eguneam, donde veíamos a una familia que apenas se comunicaba entre ellos, veíamos el drama de Asun e intuíamos el drama que podía tener su marido y su hija, pero que cada uno tenía su drama independiente aunque no se viera.
¿Tanto en 80 Eguneam como en Loreak la amistad es un gran lazo que al final une a los protagonistas es símbolo vuestro, marca de la casa?
Nos gusta tratar a los personajes con mucho cariño, nos gusta quererles mucho, y la amistad es un vínculo, una relación, en la que ese aspecto positivo, bondadoso y se saca lo mejor aunque tengan su lado oscuro, sus miserias, pero a través de la amistad puedes potenciar su lado cálido. No creo que lo hagamos conscientemente, pero la amistad es un vehículo para elevar la calidez de los personajes.
Decís que Loreak es una historia que trata la vida y la muerte, pero para mi sobre todo trata los cambios de la vida a los que hay que enfrentarse, pero lo plasmáis en cada personaje de distinta manera
Va unido, Es como ante un mismo acontecimiento que va a suponer algo traumático, un quiebro en tu vida, cómo tres personajes se enfrenta a ello de forma diferente, como uno para seguir adelante no tiene que mirar para atrás, pero el problema surge cuando ese se convierte en una actitud casi obsesiva o el no querer reconocer que tu pasado entre en tu presente. Y otro personaje que es todo lo contrario, que no puede concebir que éste presente puede existir sin estar recordando continuamente ese pasado. Entonces sí que se aplica a la muerte de un personaje, pero se puede aplicar a otros acontecimientos de la vida también.
Loreak posee un tono íntimo en su exposición y encerrado en cada personaje que muestra mucho en cada mirada ¿ Habéis querido dejar a la interpretación del espectador muchas cosas con todo ello?
Hemos querido pedir al espectador que complete algunas cosas, que tenga una actitud activa al ver la película. Las insinuaciones en muchos momentos son fáciles de entender y que el espectador llegue a ciertas conclusiones no siempre pasa, pero muchos lo hacen. No nos gusta demasiado el plantear respuestas y que el público sepa lo que está sintiendo, sino dejar un margen para que se pueda hacer preguntas. No es tanto igual el darle un mensaje cerrado, sino el plantearle una historia a través de la cuál pueda salir haciéndose ciertas preguntas e reflexiones y en ese sentido si que intentábamos que los diálogos de los protagonistas fuesen los justos, si no hacerlo todo a través de las miradas y de los elementos que vamos sembrando a lo largo de la historia, como el espectador pueda sacar sus propias conclusiones y hacerse sus propias preguntas.
Hay un gran poso de positividad dentro de esta historia que gira entorno a tres mujeres y sus distintos puntos de vida frente a un suceso, ¿queréis enfocar las historias en la posibilidad de cambio?
Nuestra intención si era esa, pero hay gente que sale de la proyección diciendo, que triste o que dura. Y cuando al principio lo oíamos nos sorprendió un poco porque nuestra intención era dar con un final, esperanzador, al menos conciliador con uno mismo. Estamos viendo a lo largo de toda la película una mujer que está luchando por tapar una herida, el personaje de Lourdes, aunque realmente no se cure esa herida. Al final la curación viene de la aceptación, y es esperanzador y positivo y ello puede traer ciertos puntos de amargura por otros personajes, porque van a olvidar ciertas cosas. Nuestra intención no te voy a decir que fuera un final feliz, pero sí conciliador.
¿Cómo se puede crear una historia tan intimista y con tanto fondo, con unas escenas que dan un giro tan espectacular que le lleven a uno a pensar que está dentro de un thriller sin sacarle de contexto?
Ese planteamiento estaba muy en la base de la película, queríamos hacer una mezcla de drama y misterio, la vida está lleno de ellos, y es bonito cuando haces estas mezclas y dejas que se fusionen los géneros. En guión a pesar de que no ha quedado mucho, había mucho más humor de lo que hay en el montaje final, pero sobre todo lo que nos interesaba es ese punto de thriller, porque estaba en la base de la idea, esas flores en la carretera nos trasmitía un gran misterio, porque apenas se sabe quien coloca esas flores, no se sabe quién hay detrás de ese símbolo, son una imagen de algo, pero no sabes nada más, apenas se ve el acto de colocarla o quien las coloca. Esto nos daba el tono perfecto con el que queríamos contar esta película.
Aquí en Loreak, en cierta forma desnudáis a las mures y a parte de su universo interior ¿Es difícil trabajar con ello, o vosotros os manejáis bien contando temas tan universales pero que a veces parecen que van director a un cierto sector?
No veo un esfuerzo en ese sentido, en 80 Eguneam si nos imponía mucho pero era más por una cuestión de edad, dos mujeres de 70 años como pueden enfrentarse a esto como pueden encararlo. Pero creo que los hombres y mujeres tenemos mucho más en común de lo que a priori parece nos hacen ver, en ese sentido intentas que fluya tu sentir y aplicarlo eso a una mujer, y la actitud de las personas está determinada por su contexto y al crearlo te surgen unas actitudes, también es un tema de imaginación y de empatizar con ello. Y por ello puedo estar más cerca de una mujer que tiene un contexto parecido al mío que el de un hombre que tenga una vida muy dispar a la mía. Intentamos tirar siempre de sentimientos universales.
Hay algo que me llamó mucho la atención y es que enmarcáis a la protagonista en un ambiente laboral muy masculino cuando realmente lo que de ella destacáis es muy femenino, es como un contraste muy fuerte.
No fue al consciente en ese sentido, pero sí que es verdad. Nos gustaba este espacio que se creaba de la obra, que es todo como muy geométrico muy poco orgánico, con la organicidad de las flores. Estábamos buscando más espacios que estuvieran relacionados con lo que decíamos de la incomunicación, no tanto por un espacio de género, pero le aporta también, pues es una mujer que vive encerrada en sí misma, y además el hecho de estar en un espacio muy masculino y sonoramente resulta muy hostil potencia más la sensación de aislamiento que tiene esta mujer.
Ahora que has mencionado las flores, ¿como fue el plasmar el recorrido de los colores de flores y el estudiar todo para plasmarlo en Loreak, porque tiene un significado?
Sí, bueno la verdad es que tampoco lo estudiamos mucho de hecho hay muchas cosas que son aportaciones nuestras. Existe un lenguaje de las flores dependiendo del color, pero nosotros no nos metimos en eso, quisimos jugar con ello pero algo diseñado por nosotros mismos. Teníamos claro que queríamos arrancar y finalizar con flores blancas, y era una forma de ir mostrando que todas las flores van transitando por todo un abanico de colores. Las primeras tenían que ser blancas porque no se habían teñido de color no tenían significado, tenían que ser un poco neutras. Pero poco a poco cuando ese acontecimiento se repite va adquiriendo un color, primero más rosadas, luego más rojo y era ir acompañando cromáticamente el sentimiento de los personajes, la ilusión creciente de Anne y la inseguridad que aumenta de su marido, y después el amarillo nosotros lo utilizamos como un símbolo de amenaza de peligro y aparece cuando Anne comienza a mentir a su marido. Nos gustaba ese punto de mostrar que Anne es una mujer infiel cuando realmente no lo es, todo es lo que pasa en su cabeza, pero llega un momento que entre comillas decide serle infiel a su marido, pues decide ocultarle las flores y la ilusión que hay detrás de ello, y a partir de ahí cuando entran en escenas el resto de mujeres la flores se vuelven más multicolores. Al final cuando Lourdes decide llevarle flores a su marido vuelven a ser blancas y son margaritas, pues nos parecían las flores más inocentes y más puras. Así cerrábamos el círculo, pero también planteábamos un nuevo inicio.
¿Cuál de los personajes fue más difícil de perfilar o encajar en la película?
Escribiendo el guión el personaje que más problemas me daba era el de Anne porque no sabía hasta qué punto el público lo iba a entender o no, porque no entendieran que para llenar su vacío pusiera flores semana tras semana a alguien a quien apenas conocía, pero si el espectador entra en el juego y entiende que ahí hay un valor simbólico y conceptual, creo que el personaje de Anne es muy coherente en toda su evolución, también es verdad que Nagore Aramburu enseguida entendió el personaje y le daba matices interpretativos para que todo fluyese muy bien. El personaje de Lourdes, nos daba más dudas en cómo establecer su contexto, no es por su evolución ya que es quien posee un arco dramático más amplio e interesante, pero los pequeños matices de la evolución eran difícil de marcar, ella nos preguntaba ¿pero esta mujer que sentía por su marido, le quería no le quería? De partida era un personaje muy duro, y ¿Cuándo ve las flores porque reacciona como lo hace? Había momentos que parecía el personaje de Iztiar reaccionaba ante esas cosas y para nosotros era un personaje que estaba constantemente reprimiendo un dolor, pues Lourdes es una persona que siempre mira hacia delante. Y cuando aparecen las flores de un desconocido traduce en obsesión toda esa represión que ha estado ejerciendo sobre sí misma, y para nosotros en cierta forma estaba sacando ciertos traumas del pasado, era como centralizar recuerdo y olvido y era difícil de perfilar. Y también porque al principio el personaje iba a ser más mayor y cuando elegimos a Itziar tuvimos que cambiar muchos matices.
La película visualmente tiene un tono clásico, ¿lo habéis querido hacer así?
No sé si tanto visualmente como de guión, pero está dividida en dos partes, hay una primera mitad que a nivel de estructura y demás que es menos clásica, vas generando espacios, sensaciones y conflictos es más el presentar una circunstancia y a partir de que las dos historias de juntan la película se convierte más en un causa efecto, en una cosa te lleva a la otra. Pero hay gustos para todo, y nos lo han dicho, unos dicen que la primera parte les gusta pero que después luego se vuelve más lineal o más clásica, y otros viceversa. Pero si que creo que nosotros tenemos un estilo en general clásico, en la forma de contar de las cosas, no hacemos un cine muy rupturista en ese sentido y aparte nos gusta y eso finalmente se impone.
¿Cómo es trabajar dos o tres guionistas al mismo tiempo?
lo podemos hacer porque llevamos quince años juntos en la productora, tanto Aitor, Jon como yo, y personalmente me costaría hacerlo con otra persona. Nosotros no trabajamos juntos, si no que cada uno de forma alterna trabaja el guión, por ejemplo yo trabajo un guión, se lo doy a Jon, nos juntamos y comentamos nuestros puntos de vista y Jon se lleva el guión y hace los cambios que quiere, nos volvemos a juntar y lo volvemos a leer, y así nos vamos turnando escribiendo, leyendo, hablando y cambiando. En la película que se estrenará en el 2017 ha sido diferente, en la propias reuniones ha salido el guión, pero normalmente tendemos a que cada uno vaya trabajando por su lado y luego hacer una puesta en común.
Vuestros trabajos cuentan siempre con la música de Pascal Gaigne, tengo la sensación como si fueseis una gran familia a la hora de trabajar.
Es verdad, por un lado nos da mucha alegría que así sea, y por otro lado es como más cómodos nos sentimos. Tanto Pascal Gaigne en música, Javi Aguirre en fotografía e Iñaki Díez en sonido, han estado desde siempre con nosotros, desde que empezamos en los primeros cortos, entonces nos da mucha seguridad el contar con todo el equipo. Aunque Pascal ya tenía un recorrido en el cine, el resto es tener la sensación de haber crecido juntos con todos los trabajos, y el conocernos bien, hace que nos sintamos cómodos construyendo las películas.