No se puede alcanzar el recorte de emisiones exigido para hacer frente al cambio climático –Acuerdo de París- , si no se cuenta con el apoyo de las empresas, sobre todo, de las grandes empresas multinacionales.
Se entiende por Responsabilidad Social de la Empresa (RSE), también llamada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), a la contribución activa y voluntaria de la empresa en la mejora del contorno económico y ambiental. Suele ser un concepto vinculado a las grandes empresas.
Según las autoras del libro La dimensión ética de la responsabilidad social, Begoña Arrieta Heras y Cristina de la Cruz Ayuso (1), «Los directivos de empresa tienen el deber de aumentar su cuenta de resultados, pero no deberían olvidar que es también un deber contribuir al progreso y a la mejora de las condiciones sociales. No en vano su empresa y ellos mismos forman parte de la sociedad y se sirven de ella».
En 1999, en el Foro Económico Mundial (Foro de Davos), el entonces secretario de Naciones Unidas. Kofi Annan, anunció la creación de Global Compact, un pacto general entre Naciones Unidas y las empresas multinacionales. Este Pacto Global incluye nueve principios, que se detallaban en el documento oficial, preparado por los servicios del secretario general. (Texto extraído del libro de Jean Ziegler, Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación ya fallecido, El imperio de la … vergüenza (2))
Los principios 1 y 2 tratan de los derechos humanos: «[Los firmantes se comprometen a] apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales, reconocidos internacionalmente, dentro de su ámbito de influencia]…] asegurarse de que sus empresas no son cómplices en la vulneración de los derechos humanos».
Los principios 3 a 6 se ocupan del mercado de trabajo: « [Las empresas se comprometen a] apoyar los principios de la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva […] apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción […] apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación».
La protección del medio ambiente y la naturaleza aparece en los principios 7 a 9: «[Las sociedades firmantes] deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente […] fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad medioambiental […] favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio ambiente».
El Pacto fue aprobado por unanimidad. Cada una de las empresas firmantes tenía derecho a hacer constar su adhesión al Pacto en todos los folletos, documentos publicitarios… y apropiarse así del logotipo de las Naciones Unidas.
“El 24 de junio de 2004, se reunieron en el cuartel general de Naciones Unidas en Nueva York, bajo la presidencia de Kofi Annan, los representantes de las principales empresas transcontinentales firmantes del Pacto Global. Se trataba de realizar un balance de los cinco años anteriores».
«Bajo la presión de las organizaciones no gubernamentales, Kofi Amman presentó una propuesta: ¿no habría que crear un mecanismo internacional de control, una autoridad de vigilancia que se encargase de comprobar si los firmantes hacen uso a su firma y en qué condiciones? La propuesta fue rechazada por unanimidad».
El 24 de septiembre de 2019, el periódico El País publicó, bajo el título Las grandes corporaciones crean alianzas por el clima, una noticia en la que se indicaba que en un evento paralelo a la cumbre del clima, la consejera delegada del Pacto Mundial de la ONU (Global Compact), Lise Kingo, «pidió ayer a los emprendedores que se conviertan en activistas». El periodista, autor del texto, escribió: «El 90% de las grandes compañías que integra esta iniciativa entiende que el desarrollo sostenible es clave para su futuro. Pero solo el 20% cree que hace un buen trabajo».
Sin embargo, en estos momentos ¿cuántas empresas no están cometiendo crímenes medioambientales (ecocidios)? ¿Cuántas no se sienten responsables de las muertes de activistas que denuncian sus malas prácticas? ¿Cuántas no han encontrado –ni están encontrando en la actualidad- obstáculos a la hora de contaminar suelos y aguas? Etcétera.
No obstante, la situación es tan grave que es de esperar el renacer del Pacto Mundial de la ONU (Global Compact) para que las empresas colaboren en el cumplimento fe los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cooperen en la transformación hacia una economía sin carbono. Es responsabilidad de las empresas, lo mismo que son responsables los ciudadanos, los gobiernos y las instituciones élites del sistema económico.
Referencias
1.- Arrieta Heras, B., y Cruz Ayuso, Cristina de la. (2005): La dimensión ética de la responsabilidad social. Bilbao. Publicaciones de la Universidad de Deusto.
2.- Ziegler, Jean. (2006): El imperio de la… vergüenza. Madrid. Santillana Ediciones Generales.