Las listas que solicita la ultraderecha suponen persecución ideológica y por condición de género, orientación e identidad sexual.
Tras meses de extenuantes campañas electorales, vuelve la calma, que deja tiempo para reflexionar. Retorno al espacio de expresión que me concede Amanece Metrópolis. Esta vez, para hablar a cerca de cómo la ultraderecha está atentando contra los derechos conquistados por el movimiento feminista. Además de poner en cuestión consensos sociales tan amplios como el relativo a los derechos del colectivo LGTBIQ.
Desde el pasado 15 de junio formo parte de la corporación local del ayuntamiento de Orihuela, como concejala de Cambiemos Orihuela: UP. Aquel día aconteció la toma de posesión y promesa de cargos. Al prometer el cargo y posteriormente recoger la medalla y el fajín no di la mano al concejal del partido de ultraderecha Vox, que formaba parte de la Mesa de Edad.
Pensándolo bien, hacerle el vacío a alguien que comulga y es portavoz de las ideas de odio contra mujeres, inmigrantes y colectivo LGTBIQ, debería ser casi un obligado acto simbólico de rechazo. Sobre todo teniendo en cuenta que me reconozco mujer, bisexual, activista y desempeño el trabajo de llevar el feminismo al ámbito educativo y al político.
En los últimos meses hemos presenciado cómo allá donde ese partido tiene posibilidad de formar parte de gobiernos, o incluso desde la oposición, nos ha declarado la guerra a muchas. Cabe recordar como en Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, han solicitado los datos de personas y asociaciones que imparten talleres y cursos de sensibilización en materia de igualdad y LGTBI.
Al más puro estilo de la Caza de Brujas y con la connivencia, en algunos casos, de las instituciones de justicia y administraciones públicas. La ultraderecha ha comenzado a hacer uso de la situación de privilegio que le confiere estar en las instituciones. Es importante destacar que la solicitud de listados pone en marcha una cruzada ideológica contra quienes trabajan por la defensa de los derechos humanos. Derechos que hasta la fecha siguen sin ser respetados.
Poner en cuestión la capacidad de acción de las profesionales, así como disuadir y frenar el avance del feminismo en los distintos ámbitos
El alcance de estos hechos estriba en dos aspectos: de una parte poner en cuestión la capacidad de acción de las profesionales. De aquellas que trabajan en favor de la igualdad de género, prevención de la violencia machista y acompañan en procesos a las víctimas. Y de otra parte, disuadir y frenar el avance del feminismo en los distintos ámbitos institucionales, educativos, etc.
La Plataforma Trans solicitó ante la Fiscalía que se inicien los trámites para ilegalizar a un partido que promueve el odio. No le faltan motivos. Está en juego lo logrado. Como resultado de estos ataques, entramos en una fase en la que será imprescindible la respuesta ciudadana. Una respuesta que continúe la tarea de poner en valor los principios feministas, antifascistas, por los derechos humanos más elementales y por la defensa de los cuidados y la vida.