Todos sabemos que el planeta Tierra es donde vive la especie humana junto con otras muchas especies animales y vegetales. La especie humana, gracias al proceso de humanización, es la única inteligente y, podríamos decir, ser cada vez más humana. El parámetro utilizado para medir el grado de humanización es la ética.
Por otra parte, numerosos estudios sobre el desarrollo infantil y experiencias en Psicología y Neurociencia han puesto de manifiesto que ser humano posee lo que se han llamado neuronas espejo que hacen que es ser humano sea empático, social y solidario.
Sin embargo, el vigente sistema económico-social nos ha empujado a comportarnos a ser egoístas, nada solidarios, y carentes de empatía. Ello supone un retroceso en el proceso de humanización.
En cuanto al planeta Tierra se caracteriza porque ofrece a los seres humanos recursos de distintos tipos: unos renovables como el agua y otros no renovables, como multitud de metales. Por ser un sistema cerrado: nada puede salir y entrar, salvo los rayos del Sol, astro alrededor del cual gira el planeta Tierra.
En un determinado momento de la historia, quizás empujado por el vigente sistema económico-social, el ser humano empezó a realizar actividades que suponían destrozar el planeta en que vivimos.
En su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua Española, Miguel Delibes advertía sobre la angustia que experimentaba por el futuro de una Tierra sometida a una intensa explotación a causa de las exigencias de la era tecnológica.
Treinta años después, esas preocupaciones fueron en aumento, en la media en que los efectos de esa explotación se generalizaban.
En esas circunstancias, aprovechó una visita de su hijo, Miguel Delibes de Castro, eminente biólogo, para preguntarle lo que estaba pasando. Posteriormente, le convenció para que sus preguntas y las explicaciones de sus hijo se recogieran en un libro, pues le parecía obligado para que todos conocieran la opinión de los científicos sobre sobre la situación por se estaba atravesando la Tierra y con ella toda la Humanidad.
Fue así como se publicó el libro La Tierra Herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? (2005, Círculo de Lectores)
Antes otras personas preocupadas por el mismo problema mundial empezaron a estudiar de qué forma la humanidad podía resolver ese problema.
En abril de 1968 de reunieron en Roma personas de 52 países invitados por dos personas, entre ellas un empresario, gerente de la fábrica de coches Fiat. Dos años más tarde se constituyó el Club de Roma bajo la legislación suiza.
El Club de Roma encargó al MIT (Massachusst Institute Tecnology) un informe sobre la situación en que nos encontrábamos, titulado Los límites del crecimiento, publicado en 1972. Los autores de ese informe advirtieron que las actividades humanas, junto con el aumento del consumo, nos llevaría forzosamente a tropezar con los límites del planeta Tierra.
Un papel muy importante jugó Naciones Unidas con sus Cumbres de la Tierra. En una de ellas, Informe de Broundtland, empezó a utilizarse la palabra «sostenible».
El 25 de septiembre de 2015, los 193 miembros de Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta Agenda diseña un plan para el futuro, y establece la necesidad de un cambio de rumbo hacia un mundo resiliente y sostenible.
Hemos empezado el año 2023 y parece que muchas personas parecen desconocer la existencia de la Agenda 2030. ¿Será posible empezar a cambiar de rumbo?