Comparto con muchos no solo la preocupación por la inmigración sino también la situación de los países donde nacieron para atreverse a montar a sus hijos pequeños en un minúsculo barco con el que llegar España, si antes no han muerto en la travesía.
¿Cuál es la situación del país donde nacieron esos niños? Sin duda, la pobreza, a decir la falta de recursos no solo para darles de comer, sino también para educarles, llevarles al médico si están enfermos…
En España, los niños inmigrantes llegan Canarias. Según el Gobierno canario, que debe asumir su tutela, las islas, en estos momentos, acogen a unos 5.600 niños y adolescentes, cuando su capacidad máxima estaría en 2.000. Dicen las autoridades canarias que se esperan hasta 11.000 más antes de que acabe el año.
Para solucionar el problema el Gobierno español pretendió firmar la Ley de Extranjería por la cual las comunidades autónomas debían hacerse cargo de un determinado número de niños inmigrantes. A los menores migrantes hay que darles de comer, hay que darles formación, hay que hacer un seguimiento de la etapa de escolarización obligatoria, hay que tutelarlos hasta que son mayores de edad, en algunas comunidades incluso hasta que tengan 21 años.
La ley de Extranjería, en un principio, es la mejor solución posible. Es evidente que, si no saliera adelante, el Gobierno de Canarias tendría un problema tremendo porque estaría vulnerando los derechos de los niños inmigrantes. Sin embargo, el Gobierno que gestiona Canarias no tiene ni las infraestructuras, ni los recursos, ni los espacios necesarios.
El presidente canario, indicó que era imprescindible lograr el apoyo de las comunidades antes de llevar la ley al Congreso. «Tenemos 5.966 menores. Con este volumen es imposible que podamos garantizar la calidad en la asistencia. Empezamos el año con 60 centros de acogida, vamos por 80. Y ya no tenemos donde habilitar nuevos. Le hemos pedido al Ministerio de Defensa que nos ceda instalaciones y lo ha rechazado. Por ello, estamos planificando carpas y literas en los puertos, porque no hay otro espacio físico».
Para que el resto de las comunidades dijeran que están saturadas como las islas, tendría que haber en España 130.000 migrantes no acompañados y hay 15.000. miles de chicos -entre ellos más de un millar de refugiados malienses huidos del conflicto en su país-, viven en un limbo. Sin ir al instituto, sin cursos, sin papeles, a veces sin un espacio digno, durmiendo en colchones en el suelo…
Un lugar, un centro para la cría y entrenamiento de palomas reconvertido en almacén de niños «no es apto para mantener un número tan elevado de menores», afirman fuentes fiscales. Pero el Gobierno de Canarias con 80 espacios de acogida abiertos, no tiene alternativas.
Algunos de nuestros políticos, poniendo de manifiesto la falta de empatía y solidaridad que caracteriza al verdadero ser humano, no han aceptado la Ley de Extranjería, Con lo cual el Gobierno de Canarias no encuentra la manera de atender a todos los niños inmigrantes que siguen llegando a las islas.
No obstante, la inmigración no es problema para España sino la solución para un problema posterior. Para España, la llegada regular de extranjeros es imprescindible. Según el Banco de España, para lograr en el año 2053, la actual relación entre trabajadores y pensionistas harán falta 24 millones de inmigrantes más.
De momento, me parece conveniente recordar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 10 «reducir la desigualdad en y entre los países» y una de sus metas a alcanzar en el año 2030: «facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de la personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas».
Other Articles
Una caja de Pandora que lleva por nombre Washington
La (re)vuelta permanente de la cuestión judía
