Romper la cuarta pared «es un término original del teatro que se ha adaptado a cine, televisión, videojuegos, cómics, manga e incluso al juego de rol. Concretamente en el caso del cine, cuenta con una nomenclatura específica, donde los personajes se mantienen en el off homogéneo hasta que se dirigen de algún modo a los espectadores, en cuyo caso hablamos del off heterogéneo. Romper la cuarta pared es, por tanto, cuando los personajes que vemos interactúan directamente con nosotros». Este recurso se usa en una de las últimas películas que he visto, La gran apuesta (The Big Short, de Adam McKay), basada en la novela homónima de Michael Lewis. Se suele decir que rompiendo la cuarta pared se consigue que el público sea consciente de sí mismo en vez de seguir sumergido en la acción. En la película se le da, al menos, otras dos funciones añadidas: explicar términos financieros complejos y hacernos ver quiénes somos.
Explicar términos financieros
La película trata de acercar al gran público diferentes términos financieros y determinados funcionamientos del sector bancario. Para lo más complejo, el director hace uso de la cuarta pared como si de vídeos tutoriales se tratara valiéndose de cameos. En dichos tutoriales —tres en total—, mediante comparaciones con situaciones que nos son familiares, cotidianas, nos aproxima mejor a la complejidad de algunos términos financieros.
El primero, lo protagoniza Margot Robbie —referencia a El lobo de Wall Street— explicando los títulos con garantía hipotecaria mientras bebe champán en un baño de burbujas. El segundo, el chef y estrella de la televisión Anthony Bourdain, comparando la preparación de un guisado de marisco a base de sobras de pescado de días anteriores —práctica habitual— con la composición y estructura de los CDOs (obligaciones de deuda garantizada). Y el tercero, viene de la mano de Selena Gómez junto con Richard H. Thaler, hablando sobre los CDOs y CDOs sintéticos y sus similitudes con las apuestas de un casino, una estafa piramidal y el síndrome de la mano caliente.
Hacernos ver quienes somos
Los personajes de La gran apuesta, son personas que forman parte del sistema y al ver una oportunidad la aprovechan, por mucho que se debatan entre cuestiones morales o no. Jared Vennett (Ryan Gosling) es el protagonista de este tipo de cuarta pared. Vennet representa a todos los que viven en un sistema económico como el actual y son conscientes y conocedores de los defectos existentes. Él sí asume y nos hace ver que, tanto una actitud activa o pasiva en estos términos implica las mismas consecuencias: que se mantengan estas grandes estafas que son vendidas como crisis económicas irremediables dentro de un sistema permisivo.
Una historia verdadera
El financiero es un sistema compuesto por entidades financieras, agencias de rating, grandes inversores y ciudadanos. Las entidades financieras crean productos financieros y las agencias de rating los califican. Es el mundo en el que las entidades financieras idearon los CDOs[1]Pablo García Estévez. Diciembre de 2008. Colección Mercados. Los CDO. (pdf). Las agencias de rating establecieron la calidad y precio no según sus análisis, sino influidos por la presión de las entidades financieras (conflicto de intereses). De no ser así, las entidades financieras buscarían otras agencias de rating dispuestas a aceptar sus condiciones. Por así decirlo, quién marcó la calidad y precio de los CDOs fueron los bancos, ayudados por la credibilidad de las agencias de rating como agentes independientes. Al principio, solo unos pocos inversores vieron la estafa (Michael Burry entre ellos, interpretado por Christian Bale). Con el tiempo, ya en 2005, todos los agentes acabaron sabiéndolo pero, pocos apostaron contra dicha estafa vía ventas en corto (a través de CDFs[2]CNMV. Contratos por diferencia. (pdf)). No lo hicieron porque, sabedores de la manipulación del mercado financiero por parte de entidades financieras y empresas de rating, creían que la estafa duraría hasta que ellos considerasen.
La gente quiere una autoridad que le diga cómo valorar las cosas; pero elige esta autoridad, no basándose en hechos o resultados, la eligen porque parece autoritaria y familiar.
Michael Burry (Christian Bale)
El último paso del recorrido fue implicar a la población. Para que el CDO fuera un producto financiero de éxito, requería un crecimiento exponencial de operaciones de compra y venta del mismo. En definitiva, hacían falta más hipotecas concedidas en el mercado para vender más paquetes de hipotecas (CDOs). Objetivo para el que fue relevante la participación del gobierno de los Estados Unidos, pues al bajar los impuestos incrementó la cantidad de dinero en manos de los ciudadanos destinable a inversiones. No menos crucial fue Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal (Fed), que bajó los tipos de interés tras La crisis de las puntocom, y defendió desde su cargo la desregularización del mercado financiero aquellos años. Pretendían activar la economía de esta forma. Para el que no lo sepa, una bajada prolongada de tipos de interés provoca que el dinero de las personas, ahorrado e invertido en operaciones sin riesgo financiero, pase a tener una rentabilidad nula. Además, abarata las hipotecas. Es así en teoría económica. Resultó, por tanto, que actuar de forma cauta carecía de sentido y esto llevó a los pequeños ahorradores a invertir en operaciones de mayor rentabilidad pero con riesgo, como hipotecas y otros productos financieros. Con la desregularización financiera en auge, se concedieron hipotecas a todo el que quiso, con o sin recursos económicos suficientes. Empujados, los ciudadanos cayeron en la trampa.
El mercado inmobiliario es sólido como una roca.
Alan Greenspan
No siendo suficiente el fraude desarrollado, se inventaron también los CDOs sintéticos[3]Ramiro Losada López. CNMV. Estructuras de titulización: características e implicaciones para el sistema financiero (pdf). Eran productos financieros formados por varios CDOs ya existentes. Ni siquiera se molestaron en empaquetar nuevas hipotecas. Toda esta espiral llegó a su fin cuando las familias a las que les habían concedido hipotecas no podían pagarlas. Pinchó la burbuja. Empezó a cundir el pánico, los inversores vendían sus CDOs si podían, con grandes pérdidas. Hasta el punto que grandes bancos estadounidenses quebraron —Lehnman Brothers y Bear Stearn. Y no quebró el sistema porque los ciudadanos —sin ser preguntados— rescataron a los creadores de la estafa sin depurar errores ni culpables. Muchas familias sí perdieron su inversión, su casa y quien sabe qué más. Aquí se ha hecho un ejercicio de simplificación, pero es mucho más complicado[4]Ricardo Reyes Heroles Cardoso. La crisis financiera: orígenes y efectos. (pdf). Parece una broma pesada pero, no lo es. Es el relato de cómo actuaron algunos agentes del mercado financiero, generando una economía que no es real. No lo es porque todo lo construido fue alrededor de apuestas fraudulentas. Todo esto que hemos comentado se muestra en La gran apuesta.
Todo el mundo apuesta. Pueden llamarlo de otra forma como bolsa de valores o bienes raíces (casas). Pero una cosa es segura. Si arriesgas algo, estás apostando.
Richie Furst (Justin Timberlake en Runner Runner)
Formato y aprendizaje
La película mezcla el formato documental con la ficción, el drama con la comedia, dando lugar a un novedoso manual sobre la crisis subprime de 2008. Entre explicaciones, tutoriales y ejemplos a pie de campo con la indignación de Steve Carell —que representa a los ciudadanos—, es sin duda el largometraje que mejor explica ésta crisis. Usa un lenguaje financiero, económico. Dicho lenguaje técnico ha sido esgrimido como argumento para criticar la película por expertos y no expertos en cine. Estas críticas son reflejo de la sociedad. Hacerlo por la complejidad y vocabulario es parte del problema. ¿Podemos quejarnos de la crisis económica si no hacemos el esfuerzo de entender lo que ha sucedido? ¿podemos protestar por las acciones de los bancos si compramos productos financieros que ni entendemos? Si no se usa ese lenguaje y se profundiza, resulta imposible comprender.
El riesgo proviene de no saber lo que se está haciendo.
Warren Buffet
Con la película aprendemos que, sin ese esfuerzo, colaboramos en la sucesión de crisis originadas por pocas personas que manipulan el sector financiero a su antojo. Conocer qué hacemos y qué hacen los agentes financieros con el dinero es fundamental. Lo es para evitar comprar productos financieros que escapen a nuestra comprensión y para evitar que se creen productos financieros que son estafas. De lo contrario, continuaremos viviendo episodios críticos sin necesidad. La famosa mano invisible somos nosotros mismos, que permitimos que sucedan éstas crisis y, si nos las intentan explicar, nos genera ansiedad y rechazo. No ha de existir el riesgo moral, ni el «demasiado grande para caer». Es un sistema que depende de nuestro comportamiento y, sus necesarias correcciones vendrán de nuestra mano. Lo harán siempre y cuando lo afrontemos y queramos una solución más allá de la inacción, la queja y la falta de conocimiento. Es triste pero, todo seguirá igual mientras no rompamos nuestra cuarta pared.
Referencias
↑1 | Pablo García Estévez. Diciembre de 2008. Colección Mercados. Los CDO. (pdf) |
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↑2 | CNMV. Contratos por diferencia. (pdf) |
↑3 | Ramiro Losada López. CNMV. Estructuras de titulización: características e implicaciones para el sistema financiero (pdf) |
↑4 | Ricardo Reyes Heroles Cardoso. La crisis financiera: orígenes y efectos. (pdf) |
[…] Hablan de adaptarse a las medidas impopulares, que la sociedad ha de asumir los costes de la crisis económica de 2008 pero, ¿acaso todos nosotros no pagamos por lo que hacemos de forma incorrecta? ¿Por qué no se […]
[…] si no impunes, terminarán siendo pagadas por otros en las consecuencias económicas. Más que una gran apuesta estamos ante una gran estafa, el mecanismo de conversión de los agujeros financieros en deudas asumidas por los ciudadanos, una […]
[…] que, un tipo de interés fijado a través del Estado, de los Bancos centrales excesivamente bajo, desencadena booms […]