La tecnología avanza a pasos agigantados, pero sin preguntarnos si todo con el paso del tiempo tendrá sus consecuencias, o puede que si lo reflexionemos, pero no nos interese saberlas. Los móviles, y sobre todo los llamados inteligentes, nos dan muchas posibilidades de mejora, pero al mismo tiempo también de estar esclavos de él mismo, pero ¿sabemos cómo afecta la producción de aquellas manos que son las que fabrican esos juguetes que se supone que hacen una vida mejor?
Cuando en 2007 Steve Jobs presentó el iPhone a los pocos años salieron a la luz las penosas condiciones laborales de los trabajadores de la empresa Foxconn, que era el fabricante de los productos de Apple, entre otras muchas, y el número elevado de suicidios de los trabajadores de la cadena de montaje.
iSlave aborda la tecnología en muchos sentidos, la utiliza y ante todo medita sobre ella. Su camino ha sido de un largo recorrido para crearla, arrancan antes de la pandemia y ahí se queda parada, y ahora ya se podrá ver en los Teatros del Canal los días 1, 2 y 3 de marzo. Alberto Bernal afirma que la obra ha salido beneficiada y que ha crecido con el tiempo, han dotado de más expresividad a la obra en todo su contexto, los bailarines representan una situación dura y eso se transmite en el escenario y que se combinan a la perfección con la música y las proyecciones.
iSlave es un drama musical contemporáneo que aborda la contraposición entre el elemento lúdico de los nuevos dispositivos electrónicos que usamos a diario y el trabajo alienante de quienes los producen. La tecnología libera y esclaviza. Esta obra se pregunta cómo y a quién.
La pequeña línea que existe entre el teatro y la performance cada vez es más latente, y aquí, Alberto Bernal nos comenta: ¿dónde acaba el teatro, dónde acaba la performance, dónde empieza la obra sonora que tiene su propio discurso? Nosotros mismos hemos tenido problemas para definir con categorías lo que estamos haciendo, tiene algo muy performativo y la performance es poner de relieve los cuerpos reales de las personas, y aquí jugamos bastante con el cansancio real y tiene algo de performativo, no son actores que hacen como estuvieran cansados, sino que son, bailarines y músicos que van a cansarse por lo que tienen que hacer en escena, estar durante una hora tocando gestos repetitivos con percusión, o bailando de forma repetitiva, y eso tiene algo de performance, porque además de actuado es también real.
Nos dice que la creación es como un camino de ida y vuelta, primero lo tienes que visualizar y después con los medios artísticos es todo posible, y eso te puede hacer repensar el punto de partida. Admite que esta obra de teatro ha tenido una parte de búsqueda de información muy dura, porque han tenido que investigar bastante cómo es la vida de esas personas que producen el hardware de nuestros dispositivos. Es una realidad bastante dura, y la única forma bonita es darle una forma escénica, cada uno en su ámbito, pero siempre con una gran colaboración estrecha entre todos.
Una obra donde muchas disciplinas cobran sentido en escena, donde la danza, la música y la interpretación se entrelazarán con dos bailarines (Led Silhoutte) y cuatro músicos, (dos oboístas y dos percusionistas del colectivo E7.2) que interpretarán la música de Alberto Bernal y el texto de Mar Gómez Glez (casi todo proyectado). Contando en la dirección con Pablo Ramos.
Que la obra sea posible hay que agradecerlo, por una parte, a la Fundación BBVA, por su ayuda Leonardo, que financia una parte de la obra, y habría que añadir a Teatros del Canal, que coproduce y es donde estrenamos. También está el Museo Universidad de Navarra, que apoya a la obra con una residencia de producción que vamos a hacer esta semana, y que también se representará allí el 7 de marzo.
Alberto Bernal
La elección de bailarines y música parte de Carlota Cácerers, percusionista que tenían claro que querían que estuviera y de ahí entra el COLECTIVO E7.2, que es una parte importante de la obra y del que forma parte el director de escena Pablo Ramos; son los encargados de la música y dirección de escena. Los bailarines son una propuesta de Pablo Ramos, LED SILHOUETTE, un dúo navarro. Es una propuesta entre Madrid y Navarra, que no querían extender más para poder tener una cercanía entre el equipo.
La obra todavía no sé sabe el recorrido que va a tener, ya tienen propuestas y creen que ante todo su mayor repercusión será a finales de este año y el que viene, pero sobre todo son conscientes de que la obra puede tener cabida en diferentes espacios que recogen música, danza, teatro o perfomance. A veces cuando haces algo que está en medio de todo, puede salir muy bien o no, producir el efecto contrario y no tener cabida, pero de momento la recepción ha sido muy buena y esperamos y deseamos que sea así, pero sobre todo de cara al público, porque sabemos que el lenguaje que estamos utilizando de expresión es difícil, contemporáneo y vanguardista, tanto el musical, escénico y coreográfico, pero que esté compartido entre varios ámbitos también estén compartidos facilita un poco poder un tener un discurso arriesgado y tener puntos de conexión con el público.